AGUJEROS NEGROS

Los agujeros negros (AN) son, con mucha diferencia, los objetos físicos reales más extraños y fascinantes que existen en el Universo. Las leyes de la Física predicen que en estos extraños objetos suceden fenómenos que desafían completamente la capacidad de visualización y entendimiento del cerebro humano. En este artículo veremos algunos fenómenos extraños (y desconocidos) sobre estos misteriosos objetos que pueblan nuestro Universo.

1º) LA POSICIÓN DEL HORIZONTE DE SUCESOS DEPENDE DEL FUTURO DEL AGUJERO NEGRO

La imagen convencional que prácticamente todos tenemos de un agujero negro es la de una especie de "sumidero" cósmico que atrapa todo lo que atraviesa un determinado "borde" denominado horizonte de sucesos. Sin, embargo, como veremos, esta simple imagen no es totalmente correcta. De hecho, definir incluso que es un AN no está exento de problemas. En 1971 Stephen.Hawking propuso la definición formal de horizonte de sucesos: este se define como el límite del pasado causal del "future null infinity", es decir, el "borde" que separa la región del espacio-tiempo (el interior del AN) que está causalmente desconectada del exterior (donde el exterior incluye no solo el espacio sino también el tiempo).

El problema con esta definición es que los agujeros negros reales son dinámicos, es decir, se evaporan con el tiempo hasta desaparecer por completo y para definir la posición del horizonte de sucesos en el instante actual deberíamos conocer las magnitudes físicas del AN (masa-energía, momento angular y carga eléctrica) de toda la evolución futura del AN, lo cual, evidentemente, es imposible.

Otro importante problema a la hora de definir el "borde" de un AN es que no existe ningún experimento físico local que pueda decirnos la posición del horizonte de sucesos, el horizonte de sucesos es por tanto una frontera teórica, acausal y no física. Para realizar cálculos teóricos prácticos sobre AN se suelen utilizan otro tipo de horizontes, aunque estos también incluyen problemas derivados de sus definiciones.Por si estos problemas no complicaran ya suficientemente la descripción de un AN, existe otra complicación más extraña y espectacular si cabe: los horizontes de sucesos pueden darse incluso en un espacio- tiempo plano.

Para ver esto, imaginemos una masa de polvo estelar esférica cuya masa está localizada en el borde y que comienza a colapsar por efecto de la gravedad. Imaginemos que en un instante t0 se emite un fotón desde el centro de la masa en colapso. El fotón se expande hacia afuera mientras que la masa colapsa hacia adentro. Si el fotón alcanza el borde en un instante t1 posterior al momento en el que la masa en colapso ha alcanzado el radio de Schwarzschild, este ya nunca podrá escapar al exterior.

Esto implica que en algún momento entre t0 y t1 se ha formado un horizonte de eventos en el interior de la esfera y que este horizonte se ha expandido hacia afuera, incluso teniendo en cuenta que el interior de la esfera en colapso no hay gravedad (la masa en colapso es perfectamente esférica) y por tanto el espacio-tiempo es plano. Este fenómeno abre incluso la posibilidad de que en este instante estemos siendo atravesados por un horizonte de sucesos de una enorme masa esférica que está colapsando desde más allá de nuestro pasado causal produciendo que este instante sea nuestra última posibilidad de enviar información al exterior.

Todo esto nos hace preguntarnos ¿Que es entonces un AN? ¿Como podemos definir un AN si no podemos definir con claridad donde está su borde?

Esquema de una fina capa esférica de masa (linea negra) que cae hacia un agujero negro ya formado (parte azul). El horizonte de sucesos (linea roja), debido a su propia definición, es una frontera acausal que depende del futuro del AN y por tanto, comienza a aumentar ANTES de que la masa esférica entre en el AN, anticipándose a que suceda la entrada de la materia en el AN. Los llamados horizontes aparentes son locales y respetan la causalidad pero contienen discontinuidades (linea verde sobre a la linea negra del "thin mass shell").

LA RADIACIÓN DEL AGUJERO NEGRO NO SE PRODUCE SOLO DESDE EL HORIZONTE

El célebre físico Stephen.Hawking descubrió que los AN emiten radiación. La imagen aproximada que todos tenemos de un proceso como este es la de un objeto totalmente oscuro que emite radiación desde el horizonte de sucesos. Sin embargo, una vez más esta imagen no es del todo correcta. La mecánica cuántica implica una incertidumbre intrínseca acerca de la posición exacta del horizonte de sucesos. Teniendo en cuenta este hecho junto a diversos efectos relativistas obtenemos que desde el sistema de referencia de un observador exterior la radiación de Hawking se emite desde posiciones comprendidas entre 2Mlp2 y 3Mlp2 aunque tiene un pico de intensidad cerca del horizonte (la posición 2Mlp2). Es decir, la radiación es emitida dentro de una zona que puede estar bastante alejada del AN.

Hay que tener en cuenta que la radiación de Hawking es un proceso lentísimo y posee una longitud de onda enorme, esto, unido a la incertidumbre en la posición desde donde es emitida hace que esta radiación sea casi imposible de detectar.

Además, esta radiación posee otra característa inusual: los cuantos de radiación emitidos están entrelazados cuánticamente y se emiten en direcciones opuestas, lo que produce que mientras que uno de los miembros de la "pareja entrelazada" escapa al exterior, el otro atraviesa el horizonte desapareciendo por completo del "Universo exterior". Este fenómeno implica que, desde un sistema de referencia exterior, el AN produce y absorbe entropía negativa.

EL HORIZONTE DE SUCESOS "SE ALEJA" A LA VELOCIDAD DE LA LUZ

El "borde" de un AN denominado horizonte de sucesos es una superficie con características muy extrañas. Visto desde un observador exterior en reposo el horizonte de sucesos se aleja a la velocidad de la luz, es decir, es una superficie inalcanzable como lo es un rayo de luz.

Si viéramos a un astronauta caer desde este sistema de referencia exterior veríamos lo mismo que si éste estuviese acelerando hasta casi la velocidad de la luz: el tiempo del astronauta parecería ir más y más lento hasta que en el borde parecería congelarse.

Sin embargo, desde el sistema de referencia del astronauta que cae todo transcurre normalmente, incluso puede atravesar el horizonte de sucesos sin ver nada extraordinario. ¿Como es posible reconciliar ambas historias totalmente contradictorias?

EL AGUJERO NEGRO ES UNA SUPERPOSICIÓN DE DIFERENTES GEOMETRÍAS

Cuando nace un AN la incertidumbre en su posición y momento es del orden de 2M y sin embargo, cuando un AN es viejo (cerca del final del proceso de evaporación) la incertidumbre es del orden de M2. Según el AN va radiando energía la geometría del mismo va cambiando por lo que podemos considerar al AN como una superposición cuántica de diferentes geometrías.

De forma similar a lo que sucede con una partícula cuántica, no es posible localizar al AN en una posición determinada sino que es un sistema cuántico en superposición de un enorme número de posibles geometrías.

Esto implica también otro hecho sorprendente: para describir el interior de un AN no podemos usar solo un sistema de referencia de un observador que cae hacia el AN, necesitamos todo un conjunto de sistemas de referencia de distintos observadores en distintos instantes de tiempo.

Podemos decir entonces que el interior del AN es una superposición de diferentes geometrías definidas en diferentes instantes de tiempo.

EL AN ALMACENA UNA CANTIDAD INMENSA DE INFORMACIÓN

En este punto tratamos una de las características más extrañas (si cabe) de los AN. La expresión de Bekenstein-Hawking nos dice que un AN posee una entropía S, que es igual

donde  'h' alude a la constante de Plank, 'G' la constante de Newton o de la gravitación universal, 'A' al área del horizonte de eventos o punto de no retorno más allá del cual no se puede escapar de un agujero negro, 'c' es la velocidad de la luz, K la constante de Boltzmann.   

Esto supone una inmensa cantidad de microestados, muchísimos más que cualquier objeto conocido. Además, esta expresión nos dice que los microestados de un AN no aumentan con el volumen del AN sino que solo dependen de la superficie del AN.

¿Como es esto posible? Si esto de por sí es muy extraño, el misterio aumenta cuando tenemos en cuenta que según la relatividad general el AN es un objeto muy simple y sin estructura interior:: está completamente definido por solo tres magnitudes físicas: masa, carga eléctrica y momento angular. ¿Es el AN un objeto simple y sin estructura como nos indica la relatividad general o un objeto complejísimo con una inmensa cantidad de microestados como nos indica la mecánica cuántica? Si la segunda opción es la la correcta ¿Dónde se almacena esa inmensa cantidad de información?

Por si esto fuera poco, existe otra aparente paradoja: desde el punto de vista de un observador que cae hacia el AN, éste atraviesa el horizonte sin notar nada extraño, por lo que la información de este objeto quedará para siempre dentro del AN. Sin embargo, para un observador exterior la información sobre los objetos que han caído en el AN es radiada hacia el exterior lo que implica una impactante inconsistencia ¿Dónde se encuentra realmente la información?

COMPLEMENTARIEDAD: LA DOBLE CARA DE LOS AGUJEROS NEGROS

Este apartado explica una faceta sorprendente de los AN que, sin embargo, constituye una de las propuestas más prometedoras para explicar gran parte de las paradojas que rodean a estos objetos. La idea clave del concepto de complementariedad es que la naturaleza de los microestados del AN depende del sistema de referencia del observador: un observador exterior observará estados termales mientras que un observador cerca del horizonte observará estados de vacío.

Esto nos muestra una realidad sorprendente: la naturaleza de los microestados de un AN depende del sistema de referencia. A primera vista esto parece descabellado; sin embargo, este fenómeno es similar a fenómenos físicos bien establecidos como el efecto Unruh.

La complementariedad de los AN se debería a que los experimentos realizados por ambos observadores mostrarían resultados diferentes: desde el sistema de referencia de un observador lejano el interior del AN no existe, este está causalmente desconectado y no hay ningún sistema de referencia en el que se pueda describir el interior.

Lejos del horizonte hay una gran densidad de estados y los modos están tan desplazados al rojo que el observador solo observa un baño térmico. Por el contrario, desde el sistema de referencia de un observador que pasa el horizonte la densidad de estados es baja, éste solo observa un espacio-tiempo suave y nada extraño sucede al atravesar el horizonte.

EN EL INTERIOR DEL AN EXISTEN SINGULARIDADES ESPACIALES Y TEMPORALES

 

Un AN de Schwarzschild (eterno y sin rotación) tiene una singularidad en el tiempo (space-like). Sin embargo,un AN de Kerr (con rotación) tiene una singularidad en el espacio (time-like). Esto quiere decir que si tomamos un AN en reposo y le aplicamos una rotación existirá un momento en el que la singularidad "time-like" se transforma en una singularidad "space-like".

Las singularidades "time-like" son singularidades en el espacio, es decir, existe un lugar en el espacio donde la definición de lo que conocemos por "espacio-tiempo" deja de tener sentido (aún no sabemos que sucede en este lugar). Este tipo se singularidades son "tratables" matemáticamente: en ciertos casos, teorías como la teoría de cuerdas permiten evitarlas. Las singularidades "space-like" son singularidades en el tiempo, es decir, el "punto" donde reside la singularidad no es un lugar sino un instante de tiempo. Este tipo de singularidades aun no son tratables matemáticamente y es probable que su resolución esté ligada al misterio de la naturaleza del tiempo.

EL AN SE PUEDE COMUNICAR CON OTRO ESPACIO-TIEMPO

El propio Einstein y su estudiante Rosen hicieron un descubrimiento sorprendente: si tomamos las ecuaciones de la relatividad general para un AN de Schwarchild y aplicamos una técnica matemática denominada "continuación analítica", encontramos que las ecuaciones representan realmente dos espacio-tiempos distintos: el primero es el AN de Schwarchild usual y el segundo representa otro AN pero con el tiempo invertido, es decir, la materia en lugar de caer hacia el AN saldría despedida hacia el exterior. Este segundo AN se denomina agujero blanco. Ambos espacio-tiempos están unidos en el interior del AN por una especie de "puente" o "garganta" que se denomina "puente de Einstein-Rosen" o más comunmente "agujero de gusano".

Desde su descubrimiento original se han encontrado numerosos tipos de agujeros de gusano: traversables y no traversables, rotatorios y no rotatorios, microcópicos o macroscópcios, etc. incluso se ha postulado que muchos de los AN conocidos son en realidad agujeros de gusano. Aún no sabemos si estos increíbles objetos existen, es posible que muy pronto lo sepamos gracias a nuevos telescopios o a los experimentos de detección de ondas gravitatorias.

LOS AN PODRÍAN TENER UN SISTEMA CUÁNTICO DUAL

 

La famosa dualidad AdS/CFT (dualidad de Maldacena) nos dice que un espacio tiempo AdS (curvatura negativa) es equivalente a un sistema cuántico conforme definido en el "borde" en una dimensión menor (una CFT). La geometría de un AN es aproximadamente AdS, lo que implicaría que tendría un sistema cuántico dual definido en el "borde" del AN. Esta CFT dual tendría una entropía asociada equivalente a la entropía de Bekenstein-Hawking y por tanto contendría la información de todos los microestados del AN, es decir, la CFT asociada al AN contiene toda la información relativa al espacio-tiempo del AN. Esta imagen del AN está asociada al llamado principio holográfico: toda la información del AN de 4 dimensiones está contenida en el "borde" del mismo que tiene 3 dimensiones (similar a la información contenida en un holograma).

CIERTOS AN PUEDEN ESTAR ENTRELAZADOS

La dualidad AdS/CFT aplicada a AN tiene una consecuencia sorprendente: si los microestados de las 2 CFTs están entrelazados entonces los microestados de los espacio-tiempos duales (los 2 espacio-tiempos AdS que representan los AN) tienen que estar unidos mediante un puente de Einstein-Rosen. Esto sucedería incluso en el caso de que ambos espacio-tiempos estén separados cientos o miles de años luz. Este fenómeno abriría la posibilidad de que los agujeros de gusano estuviesen relacionados con el entrelazamiento cuántico y de que haya regiones lejanas del Universo conectadas entre sí.

Existe aún mucha controversia sobre si los agujeros de gusano, de existir, son estables a nivel cuántico. Diversos estudios sugieren que cualquier pequeña perturbación destruiría el agujero de gusano. Sin embargo, existen otros estudios que permitirían evitar dicha conclusión en determinadas circunstancias.

Sean o no reales los agujeros de gusano una cosa está clara: los AN son los objetos físicos más extraños y fascinantes que existen en el Universo y en su interior se encuentra la respuesta al enigma más grande de la Física fundamental: la naturaleza última del espacio-tiempo.

 

                                                                                                                                                                                    © 2019 Javier De Lucas