EL FIN DE LOS TIEMPOS
Actualmente estamos asistiendo a una fascinante competición entre
teoría y experimento en lo que se refiere a la energía oscura: la relatividad
general y los experimentos realizados hasta ahora favorecen la hipótesis de la constante
cosmológica, sin embargo, nuestras teorías fundamentales "más
avanzadas" que incluyen gravedad y mecánica cuántica favorecen claramente
la opción de una energía oscura que cambia con el tiempo. Además, los recientes
resultados del experimento DESI aunque aún son provisionales parecen favorecer
una energía oscura variable.
En este artículo describiré las consecuencias derivadas de esta
trascendente competición, incluyendo la inquietante posibilidad de que la
destrucción del Universo ya haya comenzado y cómo podría detectarse este
escenario apocalíptico.
La
energía oscura
La naturaleza del 73% de la energía total del Universo es
desconocida; por ello, al puro estilo de las películas de "Star Wars", los físicos y
cosmólogos la denominan energía oscura. Generalmente esta energía se asocia a
la energía del vacío del propio espacio-tiempo y básicamente puede ser de dos
tipos: una energía constante asociada a una constante cosmológica o una energía
variable asociada a un nuevo campo escalar. El modelo cosmológico estándar y
las mediciones actuales apuntan a la primera opción; sin embargo, la mayoría de
las teorías de gravedad cuántica descartan la primera opción y apuntan
claramente a la segunda. Dilucidar este problema es una de las cuestiones más
importantes de la física y la cosmología moderna y más aún después de que el
experimento DESI (Dark Energy
Spectroscopic Instrument)
haya anunciado recientemente cierta tensión entre las mediciones y el modelo
cosmológico estándar que podrían resolverse si la energía oscura fuera
variable.
Incompatibilidad
entre física fundamental y la constante cosmológica
Uno de los argumentos teóricos más sólidos para descartar una
energía oscura constante es el siguiente: de forma similar a lo que sucede
durante la inflación cósmica, la expansión acelerada del Universo provoca que
las fluctuaciones cuánticas de los campos sean amplificadas hasta tamaños
macroscópicos. De hecho estas fluctuaciones amplificadas durante la inflación
dieron lugar a inhomogeneidades que se convirtieron
en las semillas de las galaxias que hoy observamos. Si nos centramos en las
estructuras y los modos de los campos que observamos en nuestro Universo actual
y los extrapolamos hacia atrás en el tiempo, llegaremos hasta el instante y la
distancia a la que estos modos fueron creados. Al realizar este proceso
considerando una aceleración constante nos encontraríamos con que, a partir de
cierta edad del Universo, las distancias a la que estos modos fueron creados serían
inferiores a la longitud de Planck. Esto implicaría que a partir de cierta
edad del Universo comenzarían a aparecer estructuras macroscópicas procedentes
de fluctuaciones que fueron creadas a distancias inferiores a la mínima
distancia físicamente posible. Este hecho tendría consecuencias desastrosas
para la física como violaciones de la unitariedad
Durante la inflación cósmica, las fluctuaciones cuánticas de los
campos fueron amplificadas y quedaron plasmadas como inhomogeneidades
en el fondo cósmico de microondas. Estas inhomogeneidades
dieron lugar, por atracción gravitatoria, a las estrellas y galaxias que vemos
hoy en día.
Una imagen más intuitiva de este fenómeno es la siguiente: imagine un globo que
se infla muy rápido. Sobre la superficie del globo hay puntitos diminutos tan
pequeños que no los podemos ver. Estos puntitos se corresponderían con
fluctuaciones cuánticas de longitud de onda del tamaño de la longitud de
Planck. Si el globo siguiera inflándose eternamente de forma exponencial, esos
puntitos se separarían más y más. Con el tiempo, incluso puntitos más pequeños
que los correspondientes a la escala de Planck acabarían separándose tanto que
crecerían hasta tamaños enormes y acabarían "congeladas" como
imperfecciones clásicas en la superficie.
La conjetura de la censura de los modos transplackianos
El problema que hemos descrito en el apartado anterior da lugar a
la llamada conjetura de censura de los modos transplackianos
(TCC). La conjetura TCC puede definirse de la siguiente forma:
Donde a(t) es el factor de escala del Universo, lpl es la longitud de Planck y H(t) es el parámetro de
Hubble. Esta expresión quiere decir que los modos del tamaño de la longitud de
Planck multiplicados por el factor de escala del Universo correspondiente a
cierto intervalo de tiempo deben de permanecer siempre dentro del radio de
Hubble (1/H). Si esto no fuera así estos modos se amplificarían y serían
encontrados en las estructuras clásicas de tamaño cosmológico. ¿Cuándo
sucedería esto?
Esto sucedería en un tiempo dado por:
Este tiempo es unas 140 veces la edad actual del Universo. Por
esto, si la condición TCC es correcta, las leyes de la física fundamental no
permiten la existencia de una constante cosmológica. (1) El tiempo anterior
supone un tiempo máximo de existencia de un Universo con expansión
acelerada constante, lo que implica que antes de ese tiempo el Universo
debe de transitar a una nueva fase que no esté dominada por una constante
cosmológica. Esta transición puede ocurrir principalmente de dos formas: o bien
el Universo decae a otro estado de vacío de menor energía que el actual o bien
el potencial del vacío, en lugar de asentarse en otro estado de vacío inferior,
"rueda" continuamente hacia potenciales inferiores haciendo que el
potencial de la energía oscura disminuya con el tiempo (modelos de
quintaesencia).
Aunque parezca increíble, en ambos casos existe la probabilidad de
que el proceso de decaimiento del vacío de nuestro Universo ya haya comenzado:
-En el primer caso, aunque la probabilidad de transición es muy
baja, esta posibilidad está siempre activa. Además, ciertos procesos como la
existencia de agujeros negros primordiales de baja masa aumentan esta
probabilidad de forma dramática.
-En el segundo caso, si se confirmase una aceleración cosmológica
con un parámetro de estado cercano al de la constante cosmológica pero un poco
inferior, significaría que el campo que dirige la energía oscura está perdiendo
energía y que por tanto ya está "rodando" por la pendiente de
potencial descendente. En este caso podría incluso darse la posibilidad de que
el Universo frene su expansión y comience a contraerse.
Detectando
la destrucción del Universo
Sabemos por las mediciones realizadas en el LHC que el vacío del
modelo estándar (el vacío de nuestro Universo actual) no es estable y por tanto
existe la posibilidad de que decaiga por efecto túnel a un vacío más estable de
menor potencial. Esto produciría una burbuja de vacío verdadero que se
expandiría casi a la velocidad de la luz destruyendo todo a su paso. La
probabilidad de que esto suceda a corto plazo es muy baja; sin embargo, si
existen en el Universo agujeros negros primordiales de baja masa entonces estos
actuarían como "catalizadores" aumentando esta probabilidad de forma
dramática. En este escenario cabría incluso la probabilidad de que la
destrucción del Universo ya haya comenzado (2).
A continuación nos haremos la siguiente pregunta: ¿Existe la
posibilidad de detectar esa burbuja antes de que llegue a la Tierra?
¿Puede la ciencia contestar a esta pregunta o esto es solo posible en los
guiones de las películas de ciencia-ficción?
La burbuja de vacío verdadero en expansión tiene un vacío de menor
potencial que el del resto del Universo. Esta diferencia entre los potenciales
del interior y del exterior de la burbuja hace que se produzcan partículas de Higgs. Estas partículas decaen en fotones y neutrinos con
una energía característica que podría ser detectada.
¡La ciencia moderna nos permitiría detectar las señales del fin del
Universo! (3)
Si la burbuja de vacío verdadero se expandiese justo a la
velocidad de la luz, entonces no existiría posibilidad de detectarla; sin
embargo, si esta burbuja contiene un gran número de partículas de Higgs, estas partículas interaccionarían con cualquier cosa
que encuentren a su paso (gas interestelar, radiación, etc.) y esta interacción
ralentizaría su expansión (4). Por ejemplo, si la burbuja se crease a una
distancia de un millón de años luz de la Tierra, con que solo se ralentizase
1km/s la señal nos alcanzaría 3 años antes que la burbuja.
Los canales de desintegración del Higgs
en fermiones (tabla 1) y bosones (tabla 2) son los siguientes:
A nosotros nos interesarían los canales de desintegración en
fotones (rayos gamma) y neutrinos (mu) ya que son los procesos más fáciles de
detectar. Teniendo en cuenta estos valores, la densidad de energía emitida por
unidad de volumen de la burbuja sería:
Espectro de la densidad de energía de radiación de fotones de
la burbuja
Espectro de la densidad de energía de radiación de neutrinos
de la burbuja
Debido a los efectos relativistas esta densidad de energía debe
ser corregida por un factor:
Donde d es la distancia desde la Tierra a la burbuja y z es el
correspondiente desplazamiento al rojo.
Por esto, si algún día apuntamos nuestros detectores de rayos
gamma o de neutrinos hacia el espacio exterior y registramos una radiación con
el espectro de energía de las figuras anteriores ¡podríamos estar siendo
testigos de las señales del fin del Universo!, el fin de los tiempos.
Notas:
(1) Aunque la conjetura TCC se asienta sobre sólidos principios
físicos, su validez sigue siendo objeto de debate. Futuros trabajos deberán
confirmar o rechazar la conjetura.
(2) Afortunadamente, la probabilidad de transición a un falso
vacío sigue siendo muy baja incluso si existiesen agujeros negros primordiales.
Además las incertidumbres teóricas presentes en los trabajos sobre agujeros
negros primordiales como catalizadores de esta transición son muy grandes.
(3) En la práctica, la detección de esta radiación procedente de
la burbuja sería muy complicada. Además, si la burbuja alcanzase velocidades
muy cercanas a las de la luz, esta radiación sería indetectable.
(4) La densidad de materia y radiación en el espacio cósmico es extremadamente
baja, por lo que no está muy claro que su interacción con la burbuja pueda
tener efectos apreciables.
© 2025 JAVIER DE LUCAS