POESÍA ORIENTAL

 La poesía tiene su origen, al igual que la civilización, en los pueblos orientales. En general, las literaturas orientales son muy ricas en dicho género literario. En este ensayo sólo nos detendremos en aquellas obras o poetas que han tenido repercusión y/o influencia en occidente, puesto que se trata de poesía producto de una mentalidad completamente distinta a nuestra condición de pueblos occidentales y que, además, cuenta con una enorme producción.

1.- POEMAS ACADIOS: En Mesopotamia, el rey Assurbanipal creó en Nínive una de las primeras bibliotecas de las que se tiene constancia en la historia. Ello ha permitido a los arqueólogos descubrir dos extensos e importantes textos: Enuma Elish o Poema de la Creación, que se supone escrito en la primera parte del segundo milenio a.C., y cuenta cómo se organizó el mundo después del caos primitivo; y la Epopeya de Gilgamesh, que cuenta las aventuras del fundador y rey de Uruk, personaje real magnificado por el mito. Esta última obra tuvo mucha influencia en siglos posteriores, en el Génesis bíblico, en la Odisea y en la leyenda de Hércules.

2.- LA BIBLIA: En la Biblia se pueden rastrear testimonios de la poesía hebraica más antigua. Así encontramos pasajes líricos en el Libro de los Salmos, el Cantar de los Cantares del rey Salomón, o en el Libro de Job, entre otros. Los estudiosos no se ponen de acuerdo a la hora de fechar estas composiciones y dan unas fechas muy vagas, que oscilan entre los siglos XI a III a.C.

3.- POESÍA CHINA: La muestra más antigua de poesía china es el Shih Ching, una antología de poemas de la dinastía Chou, que remonta sus orígenes al siglo XVIII a.C.. Se cree que entre los años 1.122 a 570 a.C. existieron unos 3.000 poemas y fue el gran maestro Confucio quien, en el siglo V a.C., compiló las 305 piezas que conforman el libro para utilizarlas como texto de su enseñanza para las élites, insistiendo en la teoría de guardar el corazón recto. Se trata de poemas de contenido extenso y de expresión espontánea, simple e íntima, que refleja los sentimientos de la gente corriente, y cuya influencia llega hasta la actualidad.

Durante la dinastía Han (206 a.C. – 221 d.C.) hay que destacar al Emperador Wu, célebre por sus campañas en el centro de Asia, por su poesía y por su protección de las artes y las letras. La dinastía Tang (618-960) está considerada como la Edad de Oro de la poesía china. De ella se conservan alrededor de 50.000 poemas de una gran cantidad de poetas, como Wang Wei, Tu Fu y, sobre todos ellos, la figura mítica de Li Po, considerado el poeta más grande de China. Posteriormente cabe mencionar a Wan Nan Che y Li Ts’ing Chao, de la dinastía Song (960-1279) y a Kao Ki y Wu Seu-Tao de la dinastía Yuan.

4.- POESÍA JAPONESA: La literatura en Japón nace tardíamente, hacia el siglo VI d.C., claramente influenciada por la china. En ella predomina la delicada sensibilidad, y en sus orígenes se plasmaba en una estrofa llamada "tanka" (corto) de 31 sílabas repartidas en cinco versos, que con el tiempo se transformará en otra denominada "haikai" (más corto), de 17 sílabas contenidas en tres versos. Matsuo Bashô (1644-1694) es la gran figura del haiku y se le considera el poeta más grande de la historia de Japón. A su muerte, un grupo de poetas llamado Los Diez Filósofos se encargan de mantener su llama, enseñando a muchos poetas jóvenes. Otros poetas clásicos son Onitsura (1660-1738), Chiyo (1701-1775), considerada la mayor poetisa de haiku de Japón y discípula de uno de los 10 filósofos, Yosa Buson (1716-1783), que creó una escuela propia, y Issa Kobayashi (1762-1826), que no tuvo maestros ni discípulos y se caracterizó por realizar haikus a las cosas más insignificantes de la naturaleza, como insectos, ranas o caracoles. A finales del siglo XIX, la apertura de Japón al mundo supuso un cambio en su literatura, considerándose a Shiki Masaoka (1867-1902) como el gran renovador de la poesía japonesa.

5.- POESÍA INDIA: Dos grandes poemas épicos, situados por los historiadores alrededor del siglo V a.C., constituyen la epopeya del pueblo indio: el Ramayana, atribuido a la figura legendaria de Valmiki, narra el nacimiento y educación de Rama, el destierro en compañía de su esposa, el rapto de ésta y las vicisitudes por recuperarla; y el Mahabhárata, compuesto por más de 200.000 versos escritos en sánscrito, que relata la lucha que sostienen los "pandavas" por la posesión del reino de Hastainapur.

La lírica también es muy abundante en la India. Cabe destacar a Kalidasa, al que la tradición sitúa en el siglo I d.C., pero los críticos creen más probable situarle en el VI d.C. Una de sus obras dramáticas, Sakuntala, ha alcanzado gran popularidad en Europa. Otro autor con repercusión en occidente es Kabir (1440-1518), místico que expresó una reivindicación de los derechos del corazón frente al exagerado intelectualismo de la filosofía vedantista.

6.- POESÍA ÁRABE: Otra lírica que también cuenta con una vasta producción, pero de escasa repercusión occidental es la árabe. A finales del primer milenio de nuestra era, la pesimista voz de Omar Khayyam gozó y goza de gran fama en occidente. Otro poeta muy influyente de la literatura fue Sadi (S. XIII d.C.), descendiente de Alí, yerno de Mahoma, con una poesía moralizante sobre los ideales ético – religiosos del mundo musulmán de su tiempo. Otro importante poeta es Fuzulî (hacia 1500 en el actual Irak) con una obra muy extensa en árabe, persa y turco, cantando al amor, al sufrimiento y a la muerte.

POESÍA GRIEGA

 La poesía griega tiene unos orígenes oscuros, por los problemas que plante la propia historia de Grecia y del resto del mundo en los periodos de formación de la escritura. Podemos distinguir, a efectos meramente expositivos, tres períodos:

1).- CIVILIZACIÓN GRIEGA ARCAICA: El origen de la poesía griega hay que situarlo en Homero, del que no se tiene ningún dato real acerca de su existencia. Algunos estudiosos creen que se trataba realmente de un título como posteriormente fueron "bardo", "juglar" o "trovador", por lo que prefieren hablar de poemas homéricos. La Ilíada se supone compuesta en el siglo VIII a.C. y canta el hecho histórico más notable del pueblo griego: la guerra de Troya, aunque el relato se ha embellecido con muchos detalles fantásticos y mitológicos. La Odisea se cree compuesta cincuenta años después, y narra el regreso de Odiseo (Ulises) a su patria, con todos sus viajes y aventuras que preparan la venganza final. Ambas obras han servido de influencia a todas las culturas mediterráneas, llegando a nuestra época con el mismo interés que hace tres mil años.

A finales del siglo VIII a.C. surge la figura de Hesíodo, que continúa utilizando los procedimientos y los metros de la poesía homérica, pero con un espíritu muy diferente y aplicando su imaginación sobre los aspectos del realismo de la vida cotidiana.

La poesía épica se marchitó rápidamente dando lugar a una nueva poesía caracterizada por la influencia de la música oriental y al mismo tiempo por el individualismo de los griegos: la lírica. Cabe considerar como padre de la misma a Arquíloco de Paros (S.VII a.C.), La poesía lírica pronto contó con importantes poetas, como Tirteo (S.VII a.C.), Alceo (S.VI a.C.) y sobre todo Safo de Lesbos (S.VI a.C.), a la que Platón llamó "la décima musa".

2).- LA GRECIA CLÁSICA: La poesía lírica culmina en el siglo V a.C. con Anacreonte, que compuso sus versos para ser cantados a una sola voz al son de la cítara, y sobre todo con Píndaro de Tebas, que compuso 17 libros de Odas en las que cantó a los atletas vencedores en los juegos públicos, y que se dividen, según estos, en Olímpicas, Píticas, Nemeas e Istmicas. Píndaro es el más grande de los poetas líricos griegos y a la vez el último, pues el género se extingue en el siglo IV a.C.

3).- LA ÉPOCA HELENÍSTICA: A partir del siglo III a.C. comienza la decadencia de la cultura griega y consecuentemente de su poesía. Hay que señalar la aparición de un género nuevo: el poema didáctico, consagrado a la exposición de conocimientos científicos. Hubo poemas de agronomía, medicina, plantas medicinales, serpientes venenosas, etc., pero el que más éxito alcanzó fue Los Fenómenos de Arato de Soles, un tratado sobre las teorías astronómicas de Eudoxeo, ya anticuadas cuando se escribió el poema. También en este género hay que destacar a Licofrón, con la obra Alexandra, que es una recopilación de profecías puestas en boca de la troyana Casandra, y a Calímaco de Alejandría, autor de himnos, elegías, epopeyas y amante a los mitos y episodios poco conocidos.

Precisamente un discípulo de Calímaco, Apolonio de Rodas, resucita la poesía épica con su Argonáuticas, 6.000 versos para cantar las aventuras de Jasón en busca del vellocino de oro.

Como cierre de oro a una cultura fascinante, aparece otro género nuevo: los epigramas, que eran pequeñas obras, derivadas de las inscripciones métricas que se grababan sobre las tumbas, y que exigían gran destreza para encerrar en algunos versos un sentimiento valedero o espontáneo. En este arte destacan Teócrito de Siracusa (330-240 a.C.), también máximo representante de la poesía bucólica, y Maleagro (140-60 a.C.), al que además le corresponde el honor de ser el primero en realizar una antología de epigramas de autores de la época.

POESÍA LATINA

En los primeros tiempos, la península itálica contaba con tres lenguas sin literatura propia: el osco, el humbro y el latín. Con el paso del tiempo, y coincidiendo con el crecimiento político y militar de Roma, el latín adquiere preponderancia y surgen los primeros textos literarios hacia el siglo III a.C., por contacto con la literatura griega, aunque su influencia se irá paliando debido a las características del latín, muy distinto del griego, escindiéndose en dos direcciones: los historiadores y los poetas emplean un lenguaje rígido y de precisión lapidaria, mientas que los comediógrafos emplean un lenguaje más popular. La poesía latina suele dividirse en tres períodos:

1).- ARCAICO (Siglo III – 78 a.C.): En el siglo III a.C., Livio Andrónico realiza una traducción muy libre de la Odisea, que ejercerá una enorme influencia en Roma. Con Ennio (239-169 a.C.) la poesía épica se consolida con Anales, considerada la epopeya nacional hasta la aparición de la Eneida. Como derivación de la épica surge la poesía didáctica, que tiene como finalidad no los mitos sino la enseñanza, y cuya máxima figura es Lucrecio Caro (S. I a.C.) con una obra poético – filosófica influenciada por las doctrinas de Epicuro.

En el siglo II a.C. aparece un género nuevo y genuinamente romano, la sátira, considerándose padre de la misma a Lucilio (hacia 180 a.C.), el cual, con un lenguaje popular, utiliza la poesía para realizar feroces críticas a personajes, vicios de la sociedad, literatura o teorías filosóficas.

2).- CLÁSICO (78 a.C. - 14 d.C.): Coincidiendo con los últimos tiempos de la República y el reinado de Augusto surge la voz de Virgilio (70 a.C. - 19 d.C.), uno de los más grandes poetas latinos y de los que más influencia ejercieron para la posteridad, que cultivó prácticamente todos los géneros, con sus obras Bucólicas, sobre su profundo amor a la naturaleza, Geórgicas, en el que habla del cultivo del campo, y sobre todo, la Eneida, donde narra el origen y crecimiento del pueblo romano.

En la primera mitad del siglo I a.C. aparecen los poetas denominados neotéricos, que, abandonando la épica, propugnaron la realización de pequeñas composiciones sobre la intimidad y la vida privada, buscando la perfección métrica. Su mayor figura fue Catulo (84-54 a.C.), cuyos temas fueron muy variados: la tristeza del amor, el erotismo, descripciones de la naturaleza, sátiras privadas e incluso pasquines políticos. Otro gran lírico fue Ovidio (43 a.C. – 17 d.C), que conoció la vida espléndida y alegre de Roma y murió desterrado en el Ponto Euxino. Precisamente su destierro le consagró como poeta elegíaco. Su obra capital es la Metamorfosis.

Cerrando el periodo clásico aparece otra gran figura, Horacio (68 – 8 a.C.), gran cultivador de la sátira, pero, a diferencia de períodos anteriores (la situación política tampoco era la propicia) reprende con suavidad irónica y prudente, y difícilmente se pueden conocer los destinatarios de sus poemas.

3).- IMPERIAL (14-117 d.C.): En el siglo I d.C. el "español" Lucano supone el único intento de resucitar la épica con la Farsalia, sobre la guerra civil entre César y Pompeyo, aunque la obra se resiente un poco por su extensión (10 libros), su minucioso carácter histórico y su trasfondo moral.

La gran producción poética de esta etapa se produce en el terreno de la sátira. Persio (34-62 d.C.) puso su poesía al servicio de la filosofía estoica y Juvenal (60-130 d.C.) fustigó las corrompidas costumbres de su tiempo con unas sátiras feroces. Marcial (S. I d.C.) recuperó el epigrama griego de la época helenística para hacer una poesía de alta calidad referida a personas, cosas y sucesos de su tiempo.

Boecio (480-525) marca el fin de la poesía latina propiamente dicha. Fue un neoplatónico cuyas conclusiones van a parar a términos idénticos a la ideología cristiana, lo que, unido a su ejecución por causas políticas, le ha conferido la condición de mártir cristiano.

POESÍA MEDIEVAL

Con la caída del Imperio Romano, una gran incultura se apoderó de Europa. Prácticamente sólo en los monasterios conocían la escritura, por lo que la poesía era eminentemente oral. La incultura y la oralidad van a provocar la paulatina desaparición del latín y la formación de las lenguas denominadas "romances", que a partir del siglo XI van a ser las utilizadas en las distintas literaturas.

1).- CANTARES DE GESTA: Existían unos grupos de recitadores, cantores y músicos, denominados comúnmente "juglares", que recorrían ciudades, pueblos, castillos y señoríos feudales recitando versos, cantando e incluso haciendo de saltimbanquis. A lo largo del tiempo las composiciones se iban aumentando y embelleciendo hasta tal punto que antiguas historias reales se convertían en leyendas. La escritura ha conservado algunos restos de estas tradiciones orales, permitiéndonos conocer las epopeyas nacionales de los pueblos: son los Cantares de Gesta. Así los pueblos germánicos nos dejaron el Cantar de Hildebrando (S. IX) y, sobre todo, Los Nibelungos (S.XIII), que narra la pasión y muerte de Sigfrido y la venganza de su esposa. La literatura anglosajona nos dejó el Beowulf (hacia el año 1000) sobre las guerras entre gautas con francos y frisones, y el importante ciclo artúrico, compuesto por poemas de juglares que hoy no se conservan pero se pueden rastrear en las obras en prosa que han llegado hasta nosotros. Los pueblos escandinavos nos transmitieron sus mitologías en las Eddas, selección de poemas islandeses de los siglos IX al XII. En Francia hay tres ciclos importantes: el ciclo de Guillermo de Orange, el ciclo de Doon de Mayence y el ciclo de Carlomagno, que ha dejado una la de las obras cumbre de la literatura gala, la Chanson de Roland, que narra la batalla de Roncesvalles (año 778). En España también se da otra obra maestra de la literatura, el Poema de Mío Cid, compuesto a mediados del siglo XII, para algunos anónimo y para otros obra de Per Abbat, que cuenta las desventuras del Cid Campeador en su destierro.

2).- LOS TROVADORES: En las regiones del Mediodía francés, que durante la dominación romana se llamaron Aquitania y Galia Narbonense, se desarrolló una lengua románica, conocida como "provenzal" o "lengua de oc", que pronto fue apta para la expresión poética. Hay que distinguir la figura del "trobador", que es el poeta, de la del "joglar", que era quien cantaba la poesía, aunque la línea no aparezca siempre clara. A partir del siglo XI y sobre todo en los siglos XII y XIII los trovadores aparecen protegidos en castillos y palacios, componiendo canciones sujetas a férreos esquemas estróficos sin ningún tipo de libertad, de temas muy variados. Entre los numerosos trovadores de los que se tienen constancia cabe destacar a Ghilhen de Peitieu, Bernart de Ventadorn, Bertran de Born, Giraut de Bornelh, Raimon de Miravalh, y de manera especial a Arnaut Daniel (S.XII) máximo exponente del "trobar clus", una poesía hermética dirigida a un público muy selecto.

3).- ESPAÑA: Una de las primeras manifestaciones fueron las jarchas, breves composiciones escritas en mozárabe (aunque con grafía árabe) entre los siglos XI-XIV, cantando al amor de manera sencilla y emotiva. Por otro lado, los clérigos, poseedores de la cultura latina, advierten que el pueblo no habla latín y por ello deciden escribir en castellano, utilizando un lenguaje culto mediante la estrofa cuaderna vía. Es el movimiento denominado Mester de Clerecía, que floreció entre los siglos XIII y XIV. De entre sus autores hay que destacar a Gonzalo de Berceo (1195-1268), el primer poeta castellano de nombre conocido, autor de Los milagros de Nuestra Señora, y a Juan Ruiz, llamado el Arcipreste de Hita (1283?-1350?), con el Libro de Buen Amor, documento histórico y literario sobre los usos, costumbres y lengua de la época. También son destacables las obras anónimas Libro de Alexandre y Libro de Apolonio, sobre Alejandro Magno y Apolonio de Tiro, respectivamente.

Fuera del Mester de Clerecía hay que mencionar al rabino Sem Tob (1290-1369), primer poeta hebreo que escribió en castellano los Proverbios morales dedicados a don Pedro el Cruel.

En el siglo XIV la poesía deja de estar en las manos únicas de los clérigos, y aparecen autores como Pero López de Ayala (1332-1407), con su Rimado de Palacio, donde retrata la corrupción de las costumbres de su tiempo; el Marqués de Santillana (1398-1458) que mezcló con maestría sus tendencias cultas con otras de raíz popular; Juan de Mena (1411-1456), Gómez Manrique (1412-1490) y su sobrino Jorge Manrique (1440-1478), autor de la poesía elegíaca por excelencia del castellano, las Coplas a la muerte de su padre, compuesta en una estrofa que, en su honor, se llamó manriqueña.

Para cerrar este período en España hay que mencionar a Juan del Encina (1468-1529), poeta y músico al servicio de la casa de Alba y posteriormente del Papa León X, y la aparición del denominado Romancero Viejo, compuesto por romances anónimos compuestos entre los siglos XIV y XVI.

4).- FRANCIA: En el Norte de Francia los troveros imitan en lengua vernácula la poesía provenzal, sin alcanzar la perfección ni la importancia de aquellos. Su figura más importante fue Adam de la Halle (1255?-1288).

La figura de Rutebeuf (segunda mitad del S. XIII), primer poeta lírico de Francia, da paso al más grande poeta medieval, François Villon (1431-?), nacido en los barrios pobres de París, lo que le llevó a la delincuencia, que le costó una condena a muerte conmutada por destierro, lo que le hizo "desaparecer de la historia" con 32 años. Sus famosas Baladas giran alrededor de la muerte y el arrepentimiento, con un lirismo considerado, aún hoy, moderno.

5).- GRAN BRETAÑA: En Inglaterra la poesía medieval se centra en la figura del Geoffrey Chaucer (1340-1400), considerado el padre de la poesía inglesa, puesto que es el primero en fijar el inglés como lengua poética además de dotar al mismo de innovaciones métricas y estilísticas. Su obra fundamental es los Cuentos de Canterbury, colección de cuentos en verso donde, con intención satírica, se reflejan las costumbres de la época.

6).- ALEMANIA: La influencia de trovadores y troveros hace aparecer, a finales del siglo XII, a los minnesinger, poetas caballerescos que se diferencian de los anteriores por cantar a un amor más real e incluir en sus canciones elementos no amorosos, como la guerra. Sus figuras más destacadas son Walther von der Vogelweide (1170?-1228), Walther Neid hart von Reuenthal (1190?- 1236?) y Tannhäuser (S. XIII), personaje semi-legendario que inspiró a Wagner la ópera del mismo nombre.

7).- ITALIA: Los poetas italianos hasta el siglo XII están muy influenciados por los trovadores, tanto en la lengua como en las formas y temas de la poesía. Unicamente la lírica popular religiosa de San Francisco de Asís (1181-1226) y de Fra Jacopone de Todi (1228?-1306) se desentiende de toda tutela trovadoresca. A finales del siglo XIII varios poetas, toscanos en su mayoría, reelaboran y enriquecen la vieja tradición lírica de los trovadores, concediendo menos importancia a la habilidad técnica que a la inspiración directamente producida por un amor profundo: son los poetas del Dolce Stil Nuovo: Guido Guinozzelli, Guido Calvancanti, Cino da Pistoia, Dino Frescobaldi y, sobre todo, Dante y Petrarca. Dante Alighieri (1265-1321) nació en Florencia, ciudad de la que tuvo que huir por motivos políticos y a la que nunca volvió, andando errante por toda Italia. Dante elevó a idioma el dialecto florentino en obras como Vita nuova, dedicada a su amada Beatriz, y sobre todo en la Divina Commedia, extenso poema alegórico, filosófico y religioso que narra la marcha de la humanidad hacia su fin, Dios, a través de tres cantos situados, respectivamente, en el Infierno, el Purgatorio y el Cielo. Francesco Petrarca (1304-1374), cuya obra está casi toda ella inspirada en su amor por Laura, la "bella creatura", dejó para la posteridad su Canzoniere, que fue imitado por toda la lírica europea.

8).- SEGLE D’OR: En el siglo XIV, el esplendor económico del Reino de Valencia propicia el florecimiento de la literatura en lengua valenciana, período que se conoce como "Segle d’or" y que continuará hasta el siglo XV. Partiendo de postulados provenzales, Ausias March (1397?-1459) es la gran figura de este movimiento. Sus poesías se suelen dividir en cantos de amor, cantos de muerte, poesías religiosas y morales. También se le atribuye el mérito de abandonar el provenzal para escribir en su lengua materna. Otras figuras relevantes de la literatura valenciana de esta época son Jordi de Sant Jordi, Roiç de Corella y Jaume Roig.

EL RENACIMIENTO

A mediados del siglo XV se produce en Italia (y posteriormente en toda Europa) un movimiento de retorno a la cultura grecolatina, casi olvidada a lo largo de la Edad Media, abriendo una nueva época en la literatura, pero también en las artes, en la filosofía y en la política. Frente al teocentrismo medieval, el humanismo coloca al hombre como centro de todas las cosas.

Puede decirse, en términos generales, que el Renacimiento oscila entre dos tendencias, el idealismo y el naturalismo, aunque en ambas se hace patente el culto a la vida, al hombre y su mundo interior.

1).- ITALIA: Aquí tiene su origen el Renacimiento, sobre las bases sentadas por Dante y Petrarca. Tres grandes poetas son los que marcan esta época. Angelo Poliziano (1454-1494), filólogo y poeta bajo el mecenazgo de los Medicis, considerado uno de los precedente de la ópera por la estructura de sus canciones; Ludovico Ariosto (1474-1533), autor de la obra épica Orlando furioso y uno de tantos artistas que murió sin ver reconocidos sus méritos; y Torquato Tasso (1544-1595), autor de muchas obras, entre las que destaca Jerusalén libertada, perteneciente también a la épica.

2).- FRANCIA: Clement Marot (1496-1544), primer poeta renacentista, fue un poeta cortesano de estilo elegante y jocoso, hasta que cayó en desgracia y su poesía adquirió un tono más profundo y dolorido. En la segunda mitad del siglo XVI aparece un movimiento denominado Pléiade que preconiza el valor del francés frente al latín como lengua poética y la adopción de los géneros grecolatinos. Sus máximos representantes fueron Pierre de Ronsard (1524-1585), cantor del amor y del erotismo, y Joachim du Bellay (1522-1560), considerado como el "teórico" del grupo. Frente a este grupo hubo detractores como François de Malherbe (1555-1628), que defendía la contención clásica y utilizó una poesía de férreos esquemas negando validez a cualquier tipo de libertad poética, y Mathurin Regnier (1573-1613), afamado poeta satírico.

3).- GRAN BRETAÑA: En la literatura inglesa renacentista lo culto y lo popular se enlazan con la tradición medieval. Cuatro poetas destacan en este período: John Skelton (1460-1529), al que podemos calificar de satírico, Edmund Spencer (1552-1599), poeta original y con fuerte sentido nacional, John Milton (1608-1674), que al quedar ciego se refugió en la poesía y compuso uno de las obras maestras de la literatura, el Paraíso perdido, y John Dryden (1631-1700), poeta, dramaturgo e iniciador de la crítica literaria en Inglaterra.

Por encima de ellos hay que situar a William Shakespeare (1564-1616), una de las más grandes figuras de la literatura universal, poeta y dramaturgo por excelencia, con una habilidad en el lenguaje poético que aún hoy sigue siendo fuente de inspiración. Su vida está llena de misterios, e incluso hay quienes niegan su existencia. A parte de sus mundialmente famosas obras teatrales, hay que destacar aquí sus Sonetos.

4).- ALEMANIA: La Reforma de Lutero limitó la libertad de los escritores, hizo girar el interés alrededor de temas religiosos y rechazó por mundanas las ideas del Renacimiento italiano. Las pocas figuras que ofrece esta etapa son Hans Sachs (1494-1576), poeta indocto y popular, Friedrich von Spee (1595-1635), activista en la Contrarreforma, y de manera especial Martin Optiz (1597-1639), que trató de introducir el Renacimiento en Alemania con el Libro de la poesía alemana, de gran influencia durante el siglo siguiente.

5).- PORTUGAL: Gil Vicente (1465-1536) marca la intersección entre la Edad Media y el Renacimiento, incorporado definitivamente por Sáa de Miranda (1481-1558), Antonio Ferreira (1528-1569) y sobre todo por Luis de Camoens (1524?-1580), el más ilustre de los poetas portugueses, autor de Os luisadas y creador del lenguaje poético portugués.

6).- ESPAÑA: El Renacimiento español es conocido como "Siglo de Oro" por la cantidad y calidad de poetas que aparecen en este período. Cabe distinguir tres etapas:

a).- Primer Renacimiento: Coincidiendo con el reinado de Carlos V se acoge en España la nueva poesía italiana de manos de poetas como Garcilaso de la Vega (1503-1536) de corta vida y obra breve, pero intensa y muy influyente, Juan Boscán (1495?-1542), al que se debe la introducción definitiva de la métrica italiana, y sus continuadores Gutierre de Cetina (1520-1557?) y Diego Hurtado de Mendoza (1503-1575).

b).- Segundo Renacimiento: Durante el reinado de Felipe II alcanzan su apogeo dos escuelas: la andaluza, donde predomina el preciosismo de la forma, en la que destaca Fernando de Herrera (1534-1597), que cantó al amor y al patriotismo con musicalidad y colorido; y la castellana, que antepone el fondo a las formas, cuyo máximo representante es Fray Luis de León (1527-1591), gran conocedor de los clásicos y de la Biblia. Hay que destacar también el nacimiento de la lírica ascético-mística de la mano de Santa Teresa de Jesús (1515-1582) y San Juan de la Cruz (1542-1591), y a la figura aislada de Alonso de Ercilla (1533-1596?) con el poema épico La Araucana.

c).- Tercer Renacimiento: Durante el siglo XVII, y coincidiendo con el Barroco, van a producirse dos tendencias enfrentadas entre sí: el culteranismo (seguidor de la escuela andaluza) representado por Luis de Góngora (1561-1627) con una obra extensa, rebuscada y llena de colorido; y el conceptismo (seguidor de la escuela castellana) representado por Francisco de Quevedo (1580-1645) con una obra aún más extensa y compleja que, prácticamente, abarca todos los géneros y temas. Junto a estas figuras, aparece Lope de Vega (1562-1635), que cultivó todos los géneros aunando en ellos tanto la métrica antigua como las nuevas formas. Incluso el gigante de la literatura española, Miguel de Cervantes (1547-1616) se asomó a la poesía con menos acierto que sus obras narrativas y dramáticas.

Alrededor de estas figuras clave de la poesía surgen otras voces como los hermanos Argensola, Francisco de Rioja, Estaban Manuel de Villegas y Sor Juana Inés de la Cruz.

EL NEOCLASICISMO

Con la llegada de Luis XIV al trono de Francia en 1660 se inicia el período conocido como Ilustración, en el que va a predominar de manera absoluta la razón, imponiéndose las normas greco-latinas, lo que va a provocar un receso en la poesía en beneficio de la narrativa y del teatro.

1).- FRANCIA: Tres nombres sobresalen el país galo: Jean de La Fontaine (1621-1695), en cuyas Fábulas se juntan todos los géneros literarios: cuento, tragedia, realismo, lirismo, ironía, divertimento, elegíacos e incluso dramáticos. Su influencia llega intacta a nuestros días; Nicolás Boileau (1636-1711), desprovisto de imaginación, pero muy influyente en cuanto supo condensar y codificar los postulados clásicos y ofrecerlos a generaciones futuras; y Jean Racine (1639-1699), que, como en sus obras drámaticas, se preocupa por la verosimilitud, una lógica lírica donde el hombre triunfa o es víctima del destino y las circunstancias.

2).- GRAN BRETAÑA: Las corriente francesa se introduce en Inglaterra dando lugar a los agustianos (en honor de las letras en tiempos de Augusto), cuya máxima figura es Alexander Pope (1688-1744), famoso por las tertulias literarias de su villa, con un estilo didáctico de carácter crítico. Pero el neoclasicismo británico se combina con un cierto pre-romanticismo que da lugar a poetas como James Thomson (1700-1748), William Collins (1720-1756), Thomas Gray (1717-1771), Edward Young (1683-1765) y sobre todo William Blake (1757-1827) y Robert Burns (1759-1796), el poeta nacional de Escocia, cuya difícil poesía escrita en inglés, escocés y gaélico (a la vez), presenta imágenes patrióticas y costumbristas vigentes hoy en día.

3).- ITALIA: El neoclasicismo se centra en las figuras de Hugo Foscolo (1778-1827), de obra no muy extensa pero de gran influencia en la literatura italiana y sobre todo en la crítica literaria; y Giuseppe Parini (1729-1799) con su obra didáctico-satírica Il Giorno.

4).- ESPAÑA: Este período destaca la continuación de las escuelas castellana (Meléndez Valdés y José Quintana) y andaluza (Alberto Lista), pero sus obras no tienen la calidad del Renacimiento. La influencia de La Fontaine se hace notar en los fabulistas Tomás de Iriarte (1750-1791) y Félix María Samaniego (1745-1801).

5).- ALEMANIA: Apenas se dejó notar el neoclasicismo por la aparición del movimiento Sturm und Drang ("tempestad e ímpetu") de carácter pre-romántico, cuyas principales figuras fueron Friedrich Schiller (1759-1805) poeta, dramaturgo, historiador y filósofo; y Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832), autor de numerosas obras, entre las que destacan Las desventuras del joven Werther, que provocó una oleada de suicidios, y Fausto, una de las obras maestras de la literatura universal, de vital importancia en los períodos sucesivos.

EL ROMANTICISMO

El romanticismo es un movimiento ideológico, estético y artístico que se inicia en el siglo XVIII y alcanza su plenitud en el XIX, y que va a suponer el abandono de la razón y el canto a los sentimientos, exaltando la personalidad, la libertad, el amor, el honor y el patriotismo, lo que conlleva a un resurgir de la poesía, tanto en la calidad como en la cantidad de poetas.

1).- ALEMANIA: Siguiendo la corriente del Sturm und Drang, Alemania aporta al romanticismo figuras como Friedrich Hölderlin (1770-1843), cuya melancolía influyó en filósofos y poetas coetáneos y futuros, Novalis (1772-1801), para quien, en su corta vida, todo fue poesía, y Heinrich Heine (1797-1856), con una extensa obra en alemán y francés de muy variada temática, que tuvo amplia repercusión en todo el siglo XIX.

Otros nombres del romanticismo alemán son Friedrich Gottlieb Klopstock (1724-1803), Clemens Brentano (1778-1842), August Hallermünde (1796-1835), Eduard Mörike (1804-1875) y Nicolaus von Strehlenau (1822-1850).

2).- GRAN BRETAÑA: También en Gran Bretaña existe un período pre-romántico que prepara el camino para que el escocés James Macpherson dé a conocer, a finales del siglo XVIII las supuestas traducciones de las baladas de un bardo gaélico del siglo III llamado Ossián, quien, ciego y errante, canta a las ruinas de los castillos, los paisajes tristes de Escocia y las antiguas leyendas celtas. La opinión generalizada hoy en día es que Macpherson escribió él mismo las baladas sobre tradiciones gaélicas verdaderas.

En un primer momento aparecen los nombres de William Wordsworth (1770-1850) y Samuel Taylor Coleridge (1772-1834) que sirven de prólogo a las tres grandes figuras de este período, verdaderas encarnaciones del ideal romántico, apasionados y vehementes, amantes de la libertad y muertos en plena juventud: Lord Byron (1788-1824) autor de una extensa obra repleta de calidad, Percy Bisshe Shelley (1792-1822), constantemente enamorado y propagandista de ideas revolucionarias, y John Keats (1795-1821), cuya delicada poesía obtuvo reconocimiento en el siglo siguiente.

Hay que señalar, a modo de apéndice a la poesía inglesa, la incorporación de los Estados Unidos a la literatura, con la figura de Edgar Allan Poe (1809-1849) cuyas obras narrativas y poéticas siguen siendo, hoy en día, fuente de inspiración de músicos, cineastas y escritores.

3).- RUSIA: Con Pedro el Grande comienza la apertura de Rusia al mundo occidental, dando dos figuras de talla universal, Alexander Pushkin (1799-1837) poeta y novelista de un lirismo un tanto superficial pero de fantasía exuberante, y Mihail Lermontov (1814-1841), cuyas obras combinan el lirismo con el apasionamiento por la libertad.

4).- FRANCIA: La mezcla del romanticismo y las tradiciones literarias de Boileau marca a Alphonse de Lamartine (1790-1869), que defiende encaminarse a la naturaleza para alcanzar a Dios, en detrimento del hombre. Victor Hugo (1802-1885) también siguió los senderos de la fe, hasta que, con cincuenta y tres años, abrazó el liberalsocialismo. Su poesía probó todos los temas y un sinfín de métricas. Otros autores importantes para esta etapa son Gérard de Nerval (1808-1855), Alfred de Vigny (1797-1863), Alfred de Musset (1810-1857), y Théophile Gautier (1811-1872), quien inicia la transición a tendencias contemporáneas.

5).- ITALIA: Dos nombres centran el romanticismo italiano: Alessandro Manzoni (1785-1873), novelista, poeta y dramaturgo, que combina un encendido patriotismo con la devoción católica, y Giacomo Leopardi (1798-1839), cuya desgraciada vida le lleva al pesimismo y a la melancolía, y éstas, a través de una perfección en las formas, a ser una de las figuras vitales de la poesía europea.

6).- ESPAÑA: Numerosos autores aparecen durante el romanticismo influenciados por la corriente alemana e inglesa, entre los que destacan Ángel de Saavedra, Duque de Rivas (1791-1865), dramaturgo y poeta de Romances históricos, José de Esprocenda (1810-1842), apasionado y pesimista de tono byroniano, José Zorrilla (1817-1893), recordado por su obra dramática y sus Leyendas épicas, Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870), el lírico más hondo del romanticismo español, con una obra breve pero inmensamente influyente, y Rosalía de Castro (1837-1885), con una producción lírica, intensa y delicada, impregnada de tristeza.

 POESÍA HISPANOAMERICANA

En principio no hay motivos formales para distinguir la poesía hispanoamericana de la española. No obstante, las luchas por la emancipación suscitan una actitud de repudio que, en líneas generales, se traduce en un afán de inspirarse en otras literaturas europeas, especialmente la inglesa y la francesa. Pero ya en el siglo XX la literatura sudamericana iniciará en la misma España una renovación cuyas consecuencias se perciben aún hoy en día.

Razones de espacio nos obligan a indicar, someramente, los poetas más destacados de Sudamérica durante los siglos XIX y XX.

1).- CUBA: José Martí (1853-1895) es el gran poeta de Cuba, que defenderá el separatismo de España hasta su muerte. Otros nombres ilustres son los de Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873), Nicolás Guillén (1902-1989), Julián del Casal (1863-1893), Emilio Ballagas (1910-1954), Cintio Vitier (1920) y Eliseo Diego (1920-1966).

2).- ARGENTINA: Podemos señalar los comienzos de la lírica argentina con la poesía gauchesca y con la mayor de sus obras, Martín Fierro de José Hernández (1834-1886). La lista de ilustres poetas se complementa con Leopoldo Lugones (1874-1938), Jorge Luis Borges (1899-1986), Leopoldo Díaz (1862-1947), Oliverio Girondo (1891-1967), Julio Cortázar (1914-1984) y Juan Gelman (1930).

3).- MÉXICO: La rica y extensa poesía mexicana cuenta con una buena lista de autores: Amado Nervo (1870-1919), Octavio Paz (1914-1998), Juan de Dios Peza (1852-1910), Salvador Díaz Mirón (1853-1928), Manuel José Othon (1858-1906), Manuel Gutiérrez Nájera (1859-1895), Carlos Pellicer (1899-1977), Jaime Torres Bodet (1902-1974) y Ramón López Velarde (1881-1921).

4).- CHILE: Cabe destacar a Gabriela Mistral (1889-1957), Vicente Huidobro (1893-1948), Nicanor Parra (1914) y, por encima de todos, la enorme figura de Pablo Neruda (1904-1973), que representa un carácter fundamental de la poesía americana frente a la europea como es la convivencia o superposición de corrientes que en Europa son incompatibles.

Fuera de estos países hay que hacer mención al colombiano José Asunción Silva (1865-1896), al peruano César Vallejo (1893- 1938), al salvadoreño Roque Dalton (1933-1975), y de manera especial al uruguayo Mario Benedetti (1920), al que podemos denominar la "estrella actual de la poesía" por el éxito y ventas de sus libros, y al nicaragüense Rubén Darío (1867-1916), el poeta que revolucionó la poesía del siglo XX con el modernismo, corriente literaria que significa una negación de la literatura precedente y, en cierto modo, una reacción contra ella ya que, partiendo de la negación de la razón recupera la angustia romántica. En la métrica, Darío fue un verdadero experimentador e innovador, creando versos nuevos o modificando los ya existentes con variaciones inéditas.

 LA POESÍA CONTEMPORÁNEA

Se inicia en el siglo XIX una tendencia, que continúa en la actualidad, de ampliar los horizontes de la poesía por cualquier medio posible, dejando de lado la exclusividad de la antigüedad. Las corrientes y los movimientos se van a ir sucediendo muy rápidos, dando lugar a un inmenso caudal poético muy variado tanto en sus formas como en el fondo.

 1).- FRANCIA: Este es un período muy rico en la poesía gala, que prácticamente va a imponer sus estilos en todo el mundo. Varias corrientes surgen en Francia:

a).- Parnasianimo: Corriente que busca, frente a la exaltación romántica, alcanzar la belleza objetiva, a través de formas métricas perfectas y de la impersonalidad de los sentimientos. Sus máximos representantes fueron Leconte de Lisle (1818-1894), José María de Heredia (1842-1905) y Sully Prudhomme (1839-1907), primer Premio Nobel de literatura.

b).- Simbolismo: Corriente que busca sugerir la noción ideal de las cosas combinando las palabras según su valor musical y evocador, frente al rigidez parnasianista. Sus representantes más importantes, todos ellos figuras clave de la literatura, fueron Charles Baudelaire (1821-1867), considerado el primer "poeta maldito", Arthur Rimbaud (1854-1891), Stéphane Mallarmé (1842-1898), Paul Marie Verlaine (1844-1896), Paul Valéry (1871-1945) y Paul Claudel (1868-1955).

c).- Dadaísmo: Movimiento artístico nacido en Zurich que se basa en el desarrollo de lo ilógico y absurdo. Tuvo una corta vida y su mayor representante en poesía fue el refugiado rumano Tristan Tzara (1893-1963).

d).- Surrealismo: Este movimiento, que tuvo como precursor al misterioso Guillerme Apollinaire (1880-1918), nace oficialmente en París en 1924. Allí André Bretón (1896-1966), influenciado por las doctrinas de Sigmund Freud, publica el Manifiesto Surrealista donde define el movimiento como "automatismo psíquico puro a través del cual nos proponemos expresar, ya sea verbalmente o por escrito, o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento". Pronto el surrealismo se extenderá a otras artes como la pintura. Otra figura destacada es la de Louis Aragon (1897-1982).

Todos estos movimientos van a hacer que a lo largo del siglo XX surjan en Francia figuras de un nuevo lirismo como Antonin Artaud (1896-1948), Paul Eluard (1895-1952), Henri Michaux (1899-1984), el senegalés Léopold Sédar Sénghor (1906-2001) o el multifacético Jean Cocteau (1889-1963).

2).- ITALIA: Giosué Carducci (1835-1907) señala el final del romanticismo junto con Gabriel D’Annunzio (1863-1938) y Giovanni Pascoli (1855-1912). En 1909 Filippo Tomasso Marinetti (1876-1944) funda el futurismo, movimiento dinámico que arremete contra los valores tradicionales. A partir de aquí se va a buscar un equilibrio entre el legado greco-latino y la cotidianeidad por nombres como Dino Campana (1885-1932), Arturo Onofri (1885-1928), Umberto Saba (1883-1957), Giuseppe Ungaretti (1888-1970), Eugenio Montale (1896-1981), Salvatore Quasimodo (1901-1969) y Cesare Pavese (1908-1950).

3).- ESPAÑA: A finales del siglo XIX, la decadencia del romanticismo deja los nombres de Gaspar Núñez de Arce (1834-1903) y Ramón de Campoamor (1817-1901), pero será a comienzos del XX cuando la poesía resurge con el pesimismo de la Generación del 98, representada por Antonio Machado (1875-1939) y Miguel de Unamuno (1864-1931), y por la figura de Juan Ramón Jiménez (1881-1958) que operan un cambio en la lírica española que llegará a su esplendor con la Generación del 27 y los movimientos de vanguardia: Federico García Lorca (1898-1936), Gerardo Diego (1896-1987), Jorge Guillén (1893-1984), Vicente Aleixandre (1898-1984), Pedro Salinas (1892-1951), Luis Cernuda (1902-1963), Rafael Alberti (1902-1999) y Miguel Hernández (1910-1942).

En la segunda mitad del siglo XX hay que destacar los nombres de León Felipe (1884-1968), Luis Rosales (1910-1992), Leopoldo Panero (1909-1962), Dámaso Alonso (1898-1990), Gabriel Celaya (1911-1991), Blas de Otero (1916-1979), José Ángel Valente (1929-2000), Jaime Gil de Biedma (1929-1990), José Hierro (1922-2002), Carlos Bousoño (1923) y Francisco Brines (1932)

 4).- PORTUGAL: Las figuras de Guerra Junqueiro (1850-1923) y de Teixeira de Pascoaes (1879-1952) preparan la lírica contemporánea, en la que destaca Joâo José Cochofel (1919-1982).

5).- ALEMANIA: La poesía contemporánea germana puede personificarse en Rainer Maria Rilke (1875-1926) y la personalísima voz de Bertold Brecht  (1898-1956).

6).- INGLATERRA: Cabe destacar a Robert Browning (1812-1889), Dante Gabriel Rossetti (1828-1882), Thomas Hardy (1840-1928) y William Butler Yeats (1865-1939). Ya en el siglo XX las figuras de T. S. Elliot (1888-1967) y Ezra Pound (1885-1972) van a revitalizar la poesía inglesa, ejerciendo una influencia actual en autores como Dylan Thomas (1914-1953).

7).- ESTADOS UNIDOS: Dos grandes figuras van a lanzar la naciente poesía en Norteamérica, que a partir de ahora generará un importante número de poetas: Walt Whitman (1819-1892) y la poetisa Emily Dickinson (1830-1886). De entre el nutrido grupo de poetas norteamericanos del siglo XX hay que destacar a Wallace Stewens (1879-1950), Charles Bukowski (1920-1994), Jack Kerouac (1922-1967) y Allen Ginsberg (1926-1997).

Para cerrar esta breve historia de la poesía hay que recordar dos nombres: el libanés Khalil Gibrán (1883-1991) y el indio Rabindranah Tagore (1861-1941) cuya lírica obtiene gran repercusión en todo el mundo.

                                                                              © Javier de Lucas