La sonrisa del niño que aún se pinta
en el hondo rincón de los espacios,
que ha resistido al tiempo y a la vida
rozando las esquinas del milagro;
la lágrima furtiva que el pasado
pretende por mi rostro derramar,
el sueño que aparece entre mis manos
y que no lo esperaba ya jamás.
El beso que inventamos cada día,
rosario de palomas y campanas,
ese dulce dolor, melancolía
que llega a lo más hondo de mi alma;
el abrirse de pronto una ventana
e inundarse de Sol la habitación,
el Sol que se hace mío y que descansa
en el frío arenal del corazón.
La prisa que se acaba y que se pierde
cuando alguna mañana estamos juntos,
el tiempo que se para y no obedece
convirtiendo las horas en segundos;
el mundo que creamos, nuestro mundo
donde quise tenerte y donde estás,
ese mundo tan nuestro, tan profundo,
ese que no comprenden los demás.
La ilusión que ya estaba adormecida
perdida en el desván de los olvidos,
la ternura brotando agradecida
y pintando el azul en los vacíos;
la esperanza que aflora los latidos,
la palabra que calma y da calor,
el abrazo que enciende los sentidos
y se niega a marchar en el adiós.
Pero también la pena en la distancia,
el dolor por los años que perdimos,
el no tener futuro, la añoranza
de dejar escapar lo que tuvimos;
envejecer así por dos caminos
que no llevan la misma dirección,
dejar pasar la vida, tú en tu sitio,
yo en el mío, y en medio, nuestro amor.
COMO UNA BRASA
Mira,
ha vuelto a despertarse la mañana,
mira,
hay nubes en el cielo, nubes blancas,
mira,
el campo tiene un verde de esmeralda,
suelta
el ancla que sujeta al corazón.
Abre
de par en par las puertas de tu alma,
tarde,
mejor tarde que nunca, suelta amarras,
aire,
el aire nos espera, nos reclama,
sale
con más fuerza que nunca nuestro Sol.
Siente
que todo nos empuja, nos arrastra,
vente
conmigo a transitar sendas extrañas,
miente
que sales un momento de tu casa
y entra
por fin y para siempre en mi rincón.
Tengo
abiertas para ti todas mis ansias,
tengo
de par en par las puertas y ventanas,
siento
que todo está dispuesto a tu llegada,
vengo
de lejos, de muy lejos, a tu amor.
Mira,
te ofrezco la ilusión y la esperanza,
mira,
te ofrezco un poema y una lágrima,
tengo
aún el corazón como una brasa
presto
a arder junto a tu propio corazón.
DAMA DEL ALBA
Dama del alba, niña de la noche,
mujer de carne y hueso, cuerpo y alma,
quiero decirte que habitas los rincones
donde empieza y termina la nostalgia.
Luz de mis ojos, leves resplandores
que iluminan el aire y la palabra,
quiero decirte que escondo mis razones
en el amanecer de tu esperanza.
Quiero decirte que cambias los temores,
el diario caminar, nuestra distancia,
por un rayo dorado de tus soles,
por un eco lejano de tus playas.
Por un verso sutil que me emocione
hasta hacer que me brote alguna lágrima,
lágrimas que brotaron esta noche
cuando me enamoré de tus palabras.
Dama del alba, niña de la noche,
mujer de carne y hueso, cuerpo y alma,
sigue escribiendo, que son tus versos flores
que le quitan dolor a la distancia.
MI MUJER
Porque paras el tiempo cuando me miras
y sonríe la vida cuando sonríes,
porque enciendes la luz de la fantasía
cuando inventas un verso y me lo dices...
porque anda tu vida junto a mi vida
y está mi pensamiento donde tú estés,
porque aunque seas de otro, eres la mía,
la mujer de mi vida, tú, mi mujer.
Porque el Sol aparece cuando te mueves
y la sombra se oculta cuando me nombras,
porque cuando te beso sé lo que quieres,
porque cuando me besas todo me sobra,
porque sé que tu alma me pertenece,
porque sé que tu cuerpo calma mi sed,
porque ya no me importan otras mujeres
si tú eres la mía, tú, mi mujer.
Porque nos comprendemos con la mirada
y nos comunicamos con la poesía,
porque juntos andamos sendas extrañas
en un mundo de amor y melancolía...
porque yo soy el hombre que ayer te amaba
y hoy te sigo amando aún más que ayer,
porque sin ser amantes, apenas nada,
eres tú la que quiero, tú, mi mujer.
Porque aprendí a quererte estando lejos
y a conversar contigo sin tus palabras,
y a mirarte a los ojos, que no estuvieron
ni en las horas alegres ni en las amargas...
porque aquel amor joven, de los recuerdos,
se vistió en el Otoño de madurez,
porque tú eres la mía, la que yo quiero,
la mujer de mi vida, tú, mi mujer.
ESTAR SIN TI
Estar sin ti es escuchar al viento
cuando cruzo, despacio, los caminos,
decir tu nombre y no tener tu aliento,
traer tu aroma sin poder sentirlo;
estar sin ti es el cielo que persigo
y que una vez fue azul y que ahora es gris,
es sentirse sin rumbo y sin abrigo,
estar sin ti es malgastar vivir.
Una tarde la ráfaga aparece
y todo pierde color y se diluye
en un mar de añoranzas que estremecen
y no encuentro a nadie que me ayude;
estar sin ti es recordar que pude,
que tuve una ocasión y la perdí,
es vagar solitario entre las nubes,
estar sin ti es malgastar vivir.
El tiempo va pasando indiferente
con su prisa habitual, con su locura,
y me deja perplejo y decadente
y me deja un vacío y una arruga;
estar sin ti es abrazar la duda
en este carrusel de ir y venir,
es matar la ilusión y la ternura,
estar sin ti es malgastar vivir.
Una mirada que no tendrá en tus ojos
el espejo que tiembla y que palpita,
una palabra que no hallará en tus labios
la respuesta que tanto necesita,
una sonrisa que quedará marchita
en el inmenso campo del sentir...
estar sin ti es malgastar la vida,
estar sin ti es malagastar vivir.
AL FONDO
Quiero viajar al fondo de tus ojos,
mirada de secretos y aventuras,
de lágrimas furtivas y alborozos,
de esperanzas, de sueños y ternuras,
quiero viajar al fondo de tus ojos
y perder el sentido en el viaje,
llenarme del color de tu paisaje
con sueños imposibles y preciosos.
Quiero viajar al fondo de tu cuerpo,
guarida de mis ansias cotidianas,
amanecer plural de mis deseos,
tentación consentida y esperada,
quiero viajar al fondo de tu cuerpo
y beberme tu amor de un solo trago,
envuelto en tus abrazos y tus besos
recuperar el paso de los años.
Quiero viajar al fondo de tu alma
y fundirme con ella en una sola,
como se funde el Sol y la mañana,
la espuma con la sal y con las olas,
quiero viajar al fondo de tu alma,
que tu alma me inspira y me conmueve,
quiero tener tu alma como tiene
el fuego las cenizas y las llamas.
Quiero viajar al fondo de tu vida,
que tu vida, mi amor, me peretenece,
ya no habrá más adioses, más huídas,
no volverá el pasado a retenerme,
quiero viajar al fondo de tu vida
y hacerme de tu vida peregrino,
quiero unir mi destino a tu destino
y hacer de tu camino mi guarida.
COMO OLVIDAR
Ayer
el aire se volvió para mirar
mi fe
ardiendo entre tus brazos al besar,
y hoy
que has vuelto del pasado para estar
aquí,
volvió el amor de nuevo a despertar.
Cómo olvidar
que fui primera vez en tu ansiedad,
que fuiste la ternura y la quietud,
que hiciste mi amargura juventud,
cómo olvidar
que abriste mis ventanas a la luz,
que entraste en mi alma sin llamar,
que cambiaste el gris por el azul.
Ayer
volaban las palomas cuando tú,
mi ser
llenaste de alegría con tu luz,
y hoy
que has vuelto mi sendero a transitar,
estoy
igual de enamorado, quizá más.
Cómo olvidar
que fui primera vez en tu ansiedad,
que fuiste la ternura y la quietud,
que hiciste mi amargura juventud,
cómo olvidar
que abriste mis ventanas a la luz,
que entraste en mi alma sin llamar,
que cambiaste el gris por el azul.
LLOVIA
Llovía,
tus manos heladas buscaron mis manos,
llovía,
nos interrumpía aquel tipo extraño,
llovía,
la lluvia mojaba tu cara, tus labios,
llovía,
te amaba en silencio ¡y te amaba tanto!
Llovía,
por qué ese cielo lloraba despacio
si había
motivos de risas y nunca de llantos,
sabía
que tú me querías y el estarte amando
ponía
la luz en mi vida, el Sol en lo alto.
Podía
estar todo el día tu boca besando,
podía
estar todo el día tu cuerpo abrazando,
tenía
todo el Universo metido en mis brazos,
llovía,
te amaba en silencio ¡y te amaba tanto!
que huían
de mí los pesares, de mí los fracasos,
salían
de pronto a buscarme bandadas de pájaros,
llovía,
tu alma y mi alma se estaban besando
y oían
tan solo al amor y no a aquel extraño.
POR NO DECIRTE JAMAS
A veces, algunas veces,
cuando el día nace gris,
te digo que esto se muere
que se le impide vivir,
que nuestro amor se nos pierde
agotado de esperar
y es necesario que empiece
otra ilusión a brotar.
A veces, te digo a veces
por no decirte jamás,
a veces, te digo a veces
por no decir nunca más.
A veces, algunas veces,
te hablo de un nuevo amor,
porque el nuestro se envejece
entre distancia y adiós,
se disipa, se oscurece
a falta de libertad,
agoniza, languidece
sin aire que respirar.
A veces, te digo a veces
por no decirte jamás,
a veces, te digo a veces
por no decir nunca más.
TE IMAGINO
Te imagino, mujer, entre las sábanas
de un lecho de hojas secas y amarillas
en este tibio Otoño,
poniéndole el acento a alguna página
que he dejado, sin duda, mal escrita
y que me sabe a poco.
Te imagino, mujer, amaneciendo
de un rincón ancestral de soledades
en un país antiguo,
y abriéndote camino desde dentro
en un mundo sutil de ambigüedades
que te ofreció el destino.
Diluyendo la niebla en tu mirada
con esos ojos tuyos, luminosos
senderos de nostalgia,
levantando la bruma con el ansia
de mirarte, quizás, en otros ojos
como los tuyos, que hablan.
Te imagino, mujer, entre la gente
que se viene, que va, que sale y entra
y que nada me dice,
sobre el gris caminar por la pendiente,
sobre el estar tan lejos, aunque cerca,
sobre el continuo irse.
Abriendo las ventanas, descorriendo
una a una, las ciento diez cortinas
que oscurecen la casa...
preparando la leña para el fuego,
pintándole a la tarde una sonrisa
y al aire una palabra.
Te imagino, mujer, alborotando
los silencios que vuelan por la tarde
y hacerlos mil pedazos;
te imagino grabada con los trazos
de ese cuadro que nunca verá nadie...
te imagino, mujer, entre mis brazos.
SE VENDE UN CORAZON
La verja del jardín, medio cerrada,
perdido su color, te dará paso,
encontrarás la hierba descuidada
y un olor a humedad y a desamparo;
llegarás a la puerta de la casa
y en un viejo cartel, bajo el tejado,
leerás, mal escritas, las palabras
"se vende un corazón deshabitado".
Llamarás a la puerta suavemente
como si no quisieras despertarlo,
a ese oscuro rincón donde se siente
el frío pedregal del desengaño...
nadie contestará y nuevamente
mirarás el cartel allí colgado
del muro de la casa, decadente,
"se vende un corazón abandonado".
Empujarás la puerta y medio abierta
dudarás al entrar, todo el pasado
recorrerá tu cuerpo en la escalera,
en el ambiente húmedo y helado;
qué lejos quedará la Primavera
en aquel caserón tan desolado
donde un viejo cartel aún te recuerda
"se vende un corazón desesperado".
Brotarán de tus ojos esas lágrimas
que hace mucho tiempo ya brotaron
y cada habitación será una página
de un libro que tenías olvidado;
llegarás finalmente hasta la entrada
del último rincón, de nuestro cuarto,
y aún podrás leer sobre la cama
"se vende un corazón enamorado".
BAILAMOS POR EL AIRE
Ayer te rescaté del fondo del olvido
y te invité a bailar con la imaginación,
la orquesta comenzó tocando ese sonido,
inconfundibles notas para nuestra canción.
Bailamos por el aire, notamos el latido,
aquel viejo latido de nuestro corazón,
qué dulces las palabras que hablabas a mi oído,
qué tiernas las miradas, qué intensa la emoción.
Los amores eternos, los amores perdidos,
no pisan en el suelo, no habitan la razón,
son palomas que vuelan, que construyen su nido
en un rincón del alma, el más puro rincón.
Y a veces, muchas veces, se escapan del olvido
de la vida diaria, con una dirección,
y bailan por las nubes del cielo atardecido
un vals inmarchitable, el de nuestra canción.
UN SOLITARIO MENOS
Cuando sobre las dos
sonó el teléfono,
al escuchar tu voz
diciendo que habías vuelto,
hubo un rumor de mar
que se metió en mi cuerpo,
hubo felicidad...
y un solitario menos.
Lo que pudo tu voz
en aquellos momentos
cuando ya mi reloj
no me marcaba el tiempo;
"amor, qué tal estás"...
hubo un largo silencio,
una alegría más
y un solitario menos.
La sonrisa volvió
a resurgir de nuevo,
tu palabra fue el son
que despertó mi sueño;
"amor cómo te va,
amor, cuánto te quiero",
hubo una lágrima...
y un solitario menos.
La paloma volvió
de su mar y su cielo,
sé que trajo dolor
al dejar aquel viento,
pero mi amor, quizás,
te valdrá de consuelo,
el dolor, el amor...
y un solitario menos.
POR ALGUIEN QUE VOLVIO
Yo era Otoño y me hice Primavera
porque alguien regaló luz de sus ojos
a las grises jornadas de la espera
y llenó de amapolas los abrojos,
porque alguien descorrió los mil cerrojos
que guardaban el alma prisionera
y cambió por sonrisas los enojos,
yo fui Otoño y me hice Primavera.
Yo era noche y me hice mediodía
porque alguien rescató mi sentimiento
de un sueño marginal donde vivía
sin encontrar su forma y su momento,
porque alguien se vistió toda de viento
y barrió mi tenaz melancolía,
porque alguien apagó mi desaliento
yo fui noche y me hice mediodía.
Fui desierto y aparecieron rosas
brotando milagrosas de la arena
porque alguien se cuidaba de mis cosas
y cambió por sonrisas esas penas,
porque alguien se entregó a manos llenas
haciendo mis mañanas más hermosas,
fui desierto de pálidas arenas
y en la arena aparecieron rosas.
Por alguien que escribió en el pentagrama
de mi vida anterior, su melodía,
por alguien que avivó la tenue llama
que olvidada del Sol se consumía,
por alguien que hace tiempo me quería,
que fue mi corazón, que fue mi dama,
por alguien que volvió para ser mía,
que está cerca de mí y que me ama.
© 1985 Javier de Lucas