EL PODER MENTAL

FORMAS DE MANIPULACIÓN MENTAL
Nuestro
sistema nervioso ha evolucionado durante millones de años para interactuar con
el mundo exterior de la forma más conveniente para nuestra supervivencia. Esto
ha producido que nuestro sistema nervioso y nuestro cerebro sean altamente
sensibles e influenciables por estímulos exteriores. Este hecho tiene como
consecuencia la posibilidad de manipular o modificar el comportamiento o el
estado emocional de las personas recurriendo a los estímulos adecuados. A
continuación explico algunas de las formas que existen para modificar el estado
mental de las personas..
Publicidad subliminal
Nadie (o casi
nadie) se fija en los anuncios de la televisión. Cuando estás viendo un
programa y éste es interrumpido por la publicidad, solemos aprovechar para
hacer "zapping", ir al servicio o hacer cualquier otra cosa que no
sea fijarnos en la exasperante cantidad de consejos publicitarios que invaden
la TV. Sin embargo, las empresas de todo el mundo invierten cantidades inmensas
de dinero en publicidad, luego es evidente que funciona; sea por el motivo que
sea, los productos anunciados en la publicidad se venden más que los que no.
Para entender la causa de por que funciona la publicidad, primero tenemos que
explicar brevemente que es el subconsciente.
Aunque no nos
demos cuenta, nuestro cerebro hace una enorme cantidad de tareas de forma
automática: enviar impulsos nerviosos al corazón para que bombee sangre,
procesar los datos procedentes de los sentidos, calcular la fuerza con la que
tenemos que levantar el pie para subir una escalera, etc., etc. Esta parte de
nuestro cerebro que realiza todas estas tareas de forma inconsciente se
denomina subconsciente. Cuando estamos frente al televisor, aunque no estemos
atendiendo conscientemente a la televisión, nuestro subconsciente sigue
registrando datos visuales y sonoros procedentes de nuestro entorno. Estos
datos son procesados por el cerebro de forma automática y algunos son guardados
en nuestra memoria.
Está
demostrado que a la hora de tomar decisiones, nuestras emociones, sentimientos
o recuerdos juegan un papel muy importante. No tomamos decisiones como si
fuéramos autómatas, nuestras emociones juegan un papel decisivo. Cuando
entramos en un centro comercial, nuestro subconsciente procesa información del
entorno como en cualquier otro sitio; sin embargo, sin que nos demos cuenta,
gran parte del entorno ha sido configurado de forma que nos persuada a comprar
cosas: localización de los productos, etiquetas visuales, carteles, música,
temperatura, todo está configurado para "manipular" nuestro
subconsciente y lograr que compremos productos aunque realmente no los
necesitemos. Cuando dudamos entre dos o más productos, nuestro subconsciente
recurre a información visual y sonora almacenada en nuestra memoria y esto
influye en nuestra decisión de comprar o no un determinado producto. Por eso
funciona la publicidad, ¡porque la información subliminal "engaña"
a nuestro subconsciente!
Manipulación sonora
Si un día de
verano cualquiera paseamos por el campo, podemos darnos cuenta de la cantidad de
sonidos que emiten los animales: chicharras, pájaros o ranas emiten sin
descanso sus sonidos característicos. Existe una enorme diversidad de sonidos,
desde sonidos breves e intensos hasta sonidos repetitivos con toda clase de
ritmos, tonos y frecuencias, que pueden llegar a ser tan elaborados como
algunas melodías modernas. Como sabemos, los sonidos son vibraciones de presión
en el aire que se propagan en todas direcciones a la velocidad de 340 metros
por segundo. El sonido es fácil de producir y su eficacia de propagación hace
que sea un medio ideal de transmitir información. La rana “toro”, con
sus peculiares y característicos sonidos, está transmitiendo a todo el entorno
su localización. Evidentemente, sus sonidos están destinados a las hembras de
su especie con el objetivo de lograr aparearse y poder así dejar descendencia.
Sin embargo, parece haber otro objetivo: si solo se tratase de avisar cualquier
sonido intenso bastaría: sin embargo, los elaborados cantos de la rana buscan persuadir
a la hembra para que se aparee con él y no con otro macho. Los cantos
quieren convencer a la hembra de que es la mejor pareja.
A lo largo de
los siglos, los machos han competido para lograr las mejores técnicas sonoras
de persuasión y las hembras han desarrollado una mayor sensibilidad a estos
cantos. Las hembras parecen ser sensibles a determinados tonos, ritmos o
frecuencias. Cuando los escuchan parecen entrar en una especie de trance o
estado hipnótico que las incitan a acercarse al macho y aparearse con él. De
alguna forma, ¡el macho está hipnotizando a la hembra, está manipulando su
sistema nervioso y su voluntad! Diversos estudios muestran que al oír estos
cantos, los ovarios de las hembras aumentan su tamaño para prepararse para el
acto de reproducción. Esto plantea una inquietante pregunta: ¿Pueden los
sonidos producir efectos similares en las personas? La respuesta es claramente
afirmativa. Para ver hasta qué punto no tienen más que fijarse en esto:
Está
demostrado que determinados ritmos periódicos y repetitivos (tambores, golpes repetitivos ,etc.) pueden producir en las personas estados
hipnóticos que inducen una especie de estado de trance. Los ruidos repetitivos
de tambores "hipnotizaban" a los soldados en las guerras eliminando su miedos y induciéndoles a
combatir. Las técnicas de hipnosis que usan algunos psicólogos utilizan
movimientos o sonidos periódicos: péndulos, ritmos, etc. Determinados
videojuegos o películas que incluyen efectos con flashes y colores intensos muy
repetitivos llevan el aviso: "Cuidado, este videojuego contiene flashes
intensos que pueden inducir ataques epilépticos". Parece claro que hemos
heredado de nuestros antepasados una alta susceptibilidad a los sonidos y que
estos influyen en nuestro estado emocional. Esto nos lleva a una de las formas
de manipulación emocional más poderosas que existen: la música.
Existen una
enorme cantidad de melodías cada una con un ritmo, un tono y una frecuencia
determinada. Nuestro cerebro es muy sensible a las características de estos
sonidos, de forma que podemos sentir una gran cantidad de emociones distintas
dependiendo de las características de la melodía: relajación, emoción,
melancolía, tristeza, solidaridad, ira, desamor... la música es el medio más
poderoso que existe para transmitir emociones. Es lógico pensar que antes de la
aparición del lenguaje, nuestros antepasados utilizasen sonidos para transmitir
información a sus compañeros. Primero serían una especie de gruñidos para
transmitir emociones primarias: hambre, sed o sexo, luego fueron sonidos más
elaborados para transmitir emociones más complejas, ¡esto explicaría el porqué sentimos emociones tan intensas al escuchar
música!
Desde el punto
de vista de la eficacia reproductiva parece claro que a lo largo de la
historia, aquellas personas con mejores cualidades para producir la música que
mejor llega a nuestras emociones son los que más han triunfado. Músicos y
artistas suelen levantar pasiones muy fuertes en las personas, especialmente
entre los jóvenes que ven a sus cantantes preferidos como iconos a los que
imitar. Socialmente, los mejores músicos y artistas gozan de un gran status
social y son seguidos e imitados por gran cantidad de gente, son invitados por
políticos a sus convenciones y son utilizados por las empresas para promocionar
sus productos. Sin duda, la capacidad de la música de producir intensas
emociones en las personas es utilizada por muchos para persuadir a los demás.
LA RELIGIÓN COMO PRODUCTO DE LA
ACTIVIDAD CEREBRAL HUMANA

El conocimiento
humano, a través de la Ciencia, ha avanzado enormemente en los últimos siglos
en su objetivo de explicar cómo funciona el Universo que nos rodea y nosotros
mismos como parte de él. Estas explicaciones han ido desterrando mitos,
leyendas y supersticiones que durante miles de años han atenazado a la
humanidad, distorsionando la realidad y causando un enorme daño tanto físico
como psicológico, además de lastrar el progreso y el avance humano. La religión
es sin duda la más extendida de estas supersticiones y aunque puede ser
beneficiosa en algunos casos, también es la causante de inmensas tragedias
humanas y de un enorme daño psicológico. Ahora sabemos a través de disciplinas
como la Física, la química, la biología, la neurología, la antropología
cognitiva o la psicología evolutiva que todo lo que somos, incluidas nuestras
emociones, recuerdos, pensamientos, prejuicios, etc., etc., es producto de la
actividad neuronal de nuestro cerebro, el cual es el producto de un proceso
evolutivo de millones de años.
Aún estamos
muy lejos de conocer en profundidad el funcionamiento de este complejísimo
órgano; sin embargo, los científicos han avanzado en la actualidad armados con
las modernas técnicas de visualización de la actividad cerebral, los nuevos
conocimientos en neurociencias y los avances en psicología y antropología
evolutiva.
Uno de los
descubrimientos recientes es que, si bien gran parte de los valores morales son
producto de la cultura o la educación de cada individuo, existen ciertos
"módulos morales" genéricos que son innatos y por tanto comunes a
todos los seres humanos. Experimentos demuestran, por ejemplo, que determinadas
acciones como el incesto o el asesinato son reprobables por cualquier individuo
mentalmente sano. A partir de estos estudios, los científicos han clasificado
estas "sensaciones morales" en varios módulos que se han denominado
"módulos morales". Esta clasificación puede variar dependiendo de a
qué especialista se pregunte, pero existe cierto consenso en que la siguiente
clasificación puede considerarse correcta:
1º) El módulo de la reciprocidad: el intercambio social mantiene unidas las sociedades y las emociones son las
que hacen posible la cohesión social, es decir, yo hago algo por ti porque sé
que tú lo harás por mí en el futuro, ya que si no lo haces un fuerte
sentimiento de culpa y vergüenza te castigará.
2º) El módulo del sufrimiento: detectar y sensibilizarse por el dolor de los demás
permite una correcta interacción social con la persona afectada; además, los
padres tienen que sentir el sufrimiento de sus hijos para así cuidarlos
correctamente e incrementar su supervivencia. Las emociones implicadas en este
módulo son, por ejemplo, la compasión, la bondad y la solidaridad, pero también
la cólera, la ira o la venganza.
3º) El módulo de la jerarquía: ser correcto y amable ante una persona que tiene un estatus social
superior puede ser muy importante para la supervivencia, ya que lo contrario
podría traer consigo represalias muy negativas. Este módulo contiene, por
ejemplo, la sensación de turbación y respeto hacia alguien superior
jerárquicamente, así como la sensación de tener que castigar a alguien que no
cumple las normas sociales.
4º) El módulo de coalición endogrupo-exogrupo: la sensación de pertenencia a un
grupo es muy poderosa y está en lo más profundo del funcionamiento del cerebro.
Durante miles de años la humanidad ha coexistido en pequeños grupos; esto tiene
la ventaja de aumentar la supervivencia del individuo, pero también crea una
importante agresividad hacia los miembros de otro grupos
que se ven instintivamente como grupos rivales.
5º) El módulo de la pureza: este tiene su origen en la continua y dura batalla de los humanos contra
las enfermedades. Bacterias, hongos y parásitos han estado presentes (y siguen
estándolo) a lo largo de la evolución y todas las funciones que nos permitían
detectar comida en mal estado (olfato, náuseas), regurgitar los alimentos
infectados (vómitos) y mantener una buena higiene eran favorecidas
evolutivamente. La repugnancia es la principal emoción asociada a este módulo y
es exclusivamente humana. A continuación veremos qué tiene todo esto que ver
con la religión.
La religión como subproducto de los
módulos morales innatos
La religión
parece ser algo universal ya que aparece desde hace miles de años en
prácticamente todas las culturas humanas, por lo que las normas religiosas
deben "activar" ciertas emociones innatas y por tanto deben parecer
naturales. Además, para que la religión perdure en el tiempo y se extienda, sus
normas o preceptos deben de parecer algo prioritario, deben ser fáciles de
recordar y comunicar e intuitivamente convincentes. Si nos fijamos todas estas
características de las religiones encajan perfectamente con los módulos morales
que hemos visto y además muchos de los aspectos de las mismas parecen un
reflejo de estos módulos:
1º) Reciprocidad: Los
intercambios sociales basados en la reciprocidad son omnipresentes en todas las
religiones: "Ojo por ojo y diente por diente", "Por favor
(divinidad) sáname y te prometo que no volveré a hacer eso". Además
aparece también el necesario castigo para quienes no cumplen las normas (los
pecadores) de forma que las catástrofes naturales son vistas como un castigo
divino para los pecadores. De esta forma se establece un sistema de premiar a
los cumplidores y castigar a los que no siguen las normas: "Si matas a los
infieles irás al paraíso y tendrás a tu disposición setenta vírgenes",
"Si renuncias a los placeres físicos serás feliz".
2º) Sufrimiento: La mayoría
de las religiones buscan un alivio del sufrimiento (físico y psicológico) y a
menudo se recrean en el: flagelaciones, sacrificios dolorosos, etc.
3º) Jerarquía:Todas las religiones tienen una estructura jerárquica,
primero está la divinidad, luego los sacerdotes de primer orden, de segundo,
etc. Por ejemplo en la religión cristiana tenemos la siguiente jerarquía: Dios,
Papa, cardenales, obispos, etc.
4º) Coalición endogrupo-exogrupo: Los miembros del mismo grupo (de la
misma religión) se ayudan y apoyan entre sí y siempre opinan que su grupo es el
bueno y los demás son malos. Este odio entre distintos grupos es el causante de
gran parte de las matanzas ocurridas a lo largo de la historia de la humanidad.
5º) Pureza: La frase "el cuerpo puro sin
contaminar alcanzará el paraíso mientras que el impuro arderá en el
infierno" es común a casi todas las religiones. Por esto, el sexo se
considera algo impuro, se utilizaban vírgenes en los sacrificios, las mujeres violadas
eran asesinadas, etc., etc.
Conclusión
Estos estudios
parecen indicar que las religiones pueden considerarse un subproducto de
nuestras emociones innatas más profundas: por eso las normas religiosas parecen
naturales y prioritarias, porque son una proyección de las emociones que la
evolución ha "impreso" en lo más profundo de nuestro cerebro.
PODERES MENTALES, EL SUBCONSCIENTE
Y LA VISIÓN CIEGA

Imaginen la
siguiente situación: un médico realiza unas pruebas a un hombre que es totalmente
ciego a causa de sendos infartos cerebrales que han dañado completamente su
córtex visual, la zona del cerebro encargada de procesar la información visual.
El paciente no distingue el día de la noche y no reacciona en absoluto ante
ningún estímulo visual. El médico enseña unas fotos al paciente y como es
lógico éste no reacciona en absoluto; sin embargo, de repente, el médico se
queda totalmente impactado: el paciente reacciona con gestos o incluso
inclinándose hacia atrás levemente ante fotos amenazadoras o intimidantes como
gente amenazándole con un machete. El paciente tiene una reacción inconsciente
a través de la cual es capaz de identificar y distinguir estas fotos
amenazantes del resto. Esto, aunque parezca increíble, ha sucedido realmente.
Este extraño fenómeno se suele denominar "visión ciega". Pero, ¿Cómo
es esto posible?
Como era de
esperar, videntes, parapsicólogos y demás charlatanes se han lanzado a
"explicar" este fenómeno en términos de poderes mentales, telepatía o
percepciones extrasensoriales. Sin embargo, una vez más, la ciencia ha cumplido
su misión de ser el instrumento más poderoso que existe para explicar cómo
funciona el mundo (incluidos nosotros mismos) desterrando mitos, leyendas y
supersticiones y relegándolas a ser solamente frutos de la imaginación del
cerebro humano. Para entender la explicación científica de la visión ciega,
primero debo explicar de forma muy breve qué es el subconsciente.
El subconsciente
¿Alguna vez,
durante un trayecto largo en carretera en el que ha mantenido una conversación
con el acompañante, al llegar a su destino se ha dado cuenta de que no recuerda
haber recorrido cierto tramo del trayecto o haber pasado por cierto sitio del
trayecto? En ciertas tareas como conducir o montar en bicicleta, el cerebro
realiza muchas operaciones de forma "automática" o inconsciente (por
eso, una vez aprendidas no se olvidan). El cerebro está realizando
continuamente acciones conscientes e inconscientes; estas últimas incluyen
desde acciones vitales como acelerar el corazón o activar la respiración a
acciones como andar o procesar la información visual. Por ejemplo, una de las
acciones inconscientes más sorprendentes que realizamos continuamente y que mucha
gente desconoce es el mimetismo.
El mimetismo
consiste en imitar de forma inconsciente los gestos y expresiones de los demás,
por ejemplo, cuando entablamos una conversación con alguien. Fíjense en la
siguiente situación grabada en vídeo: una mujer explica a un grupo de personas
que el día anterior en el metro tuvo que apartarse rápidamente para evitar una
avalancha de personas; mientras explica la maniobra que realizó inclinándose
hacia la derecha, varios de los oyentes de forma inconsciente se inclinan
también hacia la derecha imitando a la mujer (este fenómeno podría explicar
también por qué cuando vamos en metro o autobús y vemos a alguien bostezar
empezamos nosotros a hacerlo de forma automática).
Se cree que el
mimetismo automático tiene la función de facilitar y promover las relaciones
sociales: al imitar inconscientemente los gestos de los demás, estos reaccionan
inconscientemente aumentando la afectividad hacia nosotros. Hay varios
experimentos que demuestran que, por ejemplo, cuando asignamos a un grupo de
personas una tarea junto a un extraño, el extraño copia inconscientemente los
gestos de alguien del grupo y se ha demostrado que el extraño suele empatizar
de forma más frecuente con la persona a la cual ha imitado los gestos. El
mimetismo sería pues un mecanismo automático que favorecería la inserción
social del extraño al grupo.
En las
acciones conscientes, la información pasa primero por el tálamo, luego por las
áreas de procesamiento sensorial y finalmente a la corteza prefrontal. Se sabe
desde hace tiempo que existe otro "circuito cerebral" mucho más
antiguo y cuya función es reaccionar muy rápidamente ante un peligro inminente.
En este ancestral mecanismo, la información toma un atajo a través de la
amígdala y activa rápidamente el sistema motor que toma el control del
pensamiento. Este circuito es inconsciente y es más rápido que el pensamiento
consciente, lo que permite deducir que a la largo de la evolución tendría una
importancia capital, ya que podría significar la diferencia entre la vida o la
muerte ante el ataque de un depredador. Este mecanismo permitiría reaccionar rápidamente
ante un peligro: el sistema nervioso central se acelera y el sistema motor se
dispone a realizar una huida inmediata.
La visión ciega
Ahora estamos
en disposición de explicar el extrañísimo caso de nuestro paciente ciego.
Puesto que el daño está situado en el córtex visual, la información visual es
correctamente captada por la retina y enviada por el nervio óptico al cerebro.
Lo que sucede realmente es que el "primer circuito" (el consciente)
que implica al córtex frontal, esta dañado: sin embargo, el segundo circuito
(el inconsciente) vía amígdala SIGUE FUNCIONANDO. El paciente de esta
forma reacciona inconscientemente ante situaciones amenazadoras que supondrían
un riesgo potencial para su vida y es incluso capaz de esquivar ciertos
obstáculos SIN VERLOS. Aunque parezca increíble, el mecanismo ancestral
de alerta cerebral es el responsable de que el paciente pueda "ver"
sin ver.
LA ILUSIÓN DE LA GRAN LUNA LLENA Y
LA VISIÓN 3D

Un día cualquiera
de verano, caminando por la costa a la hora de la puesta de sol, y mirando al
horizonte lejano, de repente empieza a asomar como de debajo del agua la luna
llena. Una vez que comienza a ser más visible, se hace más evidente un hecho
bastante extraño: esta luna es inmensa, mucho más grande que cualquier otra que
nunca haya visto, los cráteres lunares son perfectamente visibles y parece como
si fuese a echarse encima de nosotros engullendo a la Tierra. Quise
inmortalizar aquel mágico momento y eché mano de mi cámara de fotos para
fotografiar este impresionante espectáculo. Al visualizar la foto quedé
estupefacto al contemplar que la luna de la foto no tenía nada que ver con la
que había estado contemplando minutos antes: era mucho más pequeña y su aspecto
era el de siempre. ¿Qué está pasando aquí?
Seguro que usted ha contemplado en algún momento esta experiencia: se conoce
como la ilusión de la gran Luna llena y como ya habrá podido intuir se trata de
una ilusión creada por el cerebro y una prueba más (quizás una de las más
espectaculares) de que el cerebro en ocasiones nos "engaña". El
objeto físico más complejo que existe en el Universo conocido es, con muchísima
diferencia, ese objeto de apenas 1,4 kg y forma de nuez que todos los humanos
tenemos alojado en nuestra cabeza. Las cosas que consigue realizar este objeto
son casi mágicas, místicas, misteriosas: deseos, consciencia de la realidad,
sueños, cálculos matemáticos, ingenios mecánicos, etc.
Todo el mundo
exterior e interior, toda nuestra realidad es "creada" por el
cerebro. Sin embargo, es evidente que todas las funciones cerebrales son el
producto de la complejísima actividad de las neuronas del cerebro: son un
fenómeno emergente de la complejidad neuronal. Esta complejidad ha ido
surgiendo a través de procesos evolutivos que han ido modelando el cerebro a lo
largo de millones de años. A continuación voy a explicar cómo el cerebro
calcula las distancias a los objetos y crea la sensación de profundidad 3D y
cómo debido a las características de este funcionamiento interno, producto de
las experiencias acumuladas a lo largo del proceso evolutivo, se producen en
ocasiones "errores de interpretación de la realidad". Esto pone de
manifiesto que el cerebro en muchas ocasiones transforma o inventa la realidad.
¿Cómo calcula el cerebro la
distancia a los objetos?
En nuestra
retina se produce una imagen bidimensional (al estilo de una pantalla) del
objeto que estamos mirando. Sin embargo, está demostrado que es imposible
identificar un objeto y su posición en el espacio tridimensional a partir de
una proyección bidimensional (ver figura 1).

Figura 1: Distintos objetos pueden producir la misma imagen en la retina, el cerebro no
puede diferenciarlos a partir de una única imagen bidimensional.
¿Cómo hace entonces el cerebro para calcular la distancia a un objeto? Aunque
el sistema es bastante complejo, la idea básica es la siguiente:
1º) El cerebro establece un
punto o objeto de referencia:
Al fijar la
vista en un objeto (círculo rojo figura 2) obtenemos 2 imágenes ligeramente
diferentes (la imagen es observada desde ángulos ligeramente distintos) del
mismo objeto en las retinas de ambos ojos. Estas imágenes "de
referencia" se proyectan en el área visual de la corteza cerebral (ver
figura 2). Debido a que para observar el objeto los ojos han tenido que enfocar
la imagen en la retina deformando los cristalinos y mover los ojos para
proyectar la imagen en el área más sensible de la retina (la fóvea), la
proyección de ambas imágenes se realiza en un mismo punto de la corteza
cerebral (punto rojo de la figura 2).
2º) Evaluación de la distancia a
un segundo objeto:
Al mismo
tiempo que observamos el objeto de "referencia" (punto rojo), la luz
del objeto cuya distancia hay que calcular (punto azul) está entrando en el ojo
y proyectándose en la retina, de forma que la proyección del nuevo objeto en la
corteza cerebral no se superpone a la del objeto de referencia a no ser que se
encuentre a la misma distancia. Analizando la distancia en la corteza cerebral
entre ambas imágenes (entre el punto rojo y los dos puntos azules), el cerebro
calcula cuánto más lejos o cerca se encuentra el nuevo objeto con respecto al
objeto de referencia.

Figura 2: Proyección en la corteza cerebral de la imagen de 2 puntos situados a
diferentes distancias.
Si observamos
la figura 2 podemos entender cómo el cerebro calcula la distancia al punto azul
midiendo las distancias de las imágenes proyectadas en la corteza cerebral: el
punto azul se encuentra más lejos que el punto rojo puesto que su imagen es
proyectada en la retina por debajo de la del punto rojo (cuanto más lejos esté
el objeto su imagen se proyectará en la retina en la parte más inferior) y
además el punto azul se encuentra en la parte superior del punto rojo, ya que
está más cerca del punto rojo por la parte superior (ojo izquierdo) que por la
parte inferior (ojo derecho). Por esto es por lo que necesitamos dos ojos para
evaluar correctamente las distancias a los objetos en 3D (intente por ejemplo
introducir una pajita en una botella depositada sobre la mesa con un ojo
cerrado y sin haber mirado previamente a la botella con ambos ojos).
En las películas
3D se aprovechaba esta cualidad del cerebro de construir una imagen 3D a partir
de 2 imágenes 2D. Lo que se hace es simplemente grabar la escena con 2 cámaras
que están separadas exactamente la distancia que existe entre los 2 ojos. Luego
simplemente se colorean las imágenes de cada cámara con colores distintos, de
forma que con las gafas polarizadas del espectador se hace llegar a cada ojo
las imágenes de la cámara correspondiente. Además de la información que recibe
el cerebro de las diferencias entre las imágenes de ambos ojos, el cerebro
utiliza otros métodos intuitivos (basados en la experiencia) para obtener
información como son:
1º) Distribución de luces y sombras
La iluminación
es un factor intuitivo del volumen muy importante. Un círculo pintado se
convierte en una esfera tan solo con sombrearlo simulando iluminación (ver
figura 3).

Figura
3
Un círculo se transforma en una esfera cóncava o convexa según sombreemos la
parte superior o inferior del mismo. Esto prueba hasta qué punto la vista ha
adquirido la experiencia acumulada durante miles de años de evolución: durante
este periodo, la única fuente de luz provenía de arriba, de ahí la
interpretación que hace de los patrones concretos de luz y sombras.
2º) Superposición de imágenes
Cuando un
objeto se encuentra superpuesto a otro, el objeto más cercano tapa al más
lejano. Por ello cuando el cerebro encuentra 2 imágenes superpuestas,
interpreta automáticamente que el objeto que se ve completo está más cerca que
el que está parcialmente oculto (ver figura 4).

Figura
4
3º) Perspectiva
El efecto de
perspectiva produce una clara sensación de profundidad. Las líneas paralelas horizontales
parecen converger en el horizonte creando la sensación de profundidad de forma
que los objetos situados más arriba se encuentran más lejos que los situados
más abajo (ver figura 5).

Figura
5
4º) Diplopía fisiológica y
movimiento de paralaje
La diplopía
fisiológica es un método intuitivo que permite obtener el tamaño del objeto y
la distancia a partir del tamaño de la imagen del objeto proyectado en la
retina. El movimiento de paralaje es el efecto por el que cuando observamos un
objeto y nos desplazamos los objetos más alejados al que estamos mirando se
mueven el mismo sentido de nuestro movimiento mientras que los objetos situados
antes del elemento que observamos parecen desplazarse en sentido contrario.
Combinando todas estas informaciones, el cerebro calcula el tamaño, forma,
distancia y ubicación espacial del objeto.
La ilusión de la gran luna llena
La explicación
al fenómeno de la gran luna llena parece ahora más clara. La figura 6 es
conocida como la ilusión de Ponzo.

Figura
6
Lo que sucede
en esta figura es que aunque las dos líneas verticales proyectan una imagen del
mismo tamaño en la retina (ambas líneas son exactamente iguales), la
experiencia intuitiva de la perspectiva (método intuitivo nº2) le indica al
cerebro que la línea superior está más lejos y por ello tiene que ser más
grande para que se vea del mismo tamaño. En la ilusión de la gran luna llena
pasa algo parecido: la imagen proyectada en la retina por el disco lunar es
siempre la misma, esté en el horizonte, en el cenit o en cualquier punto del
cielo; sin embargo, cuando aparece por el horizonte, la experiencia intuitiva
de la superposición de imágenes y de la perspectiva le indican al cerebro que
el objeto (la luna) está más allá del horizonte (el horizonte oculta a la
luna), es decir, que la luna se encuentra a una distancia enorme por lo que
para proyectar en la retina una imagen de ese tamaño desde esa distancia tiene
que ser un objeto enorme y eso es precisamente lo que observamos.
Esto se puede
demostrar fácilmente: cuando experimente esta experiencia, haga un tubo de
papel o cartón a modo de telescopio cuyo diámetro le permita observar a través
de él solamente la luna, sin ningún otro objeto que pueda servir como
referencia (árboles, tejados, horizonte...), de repente…la ilusión desaparece y
la luna muestra su tamaño natural.
Nota: Hay que señalar que a fecha de
hoy existe aún cierta controversia sobre la explicación exacta del fenómeno,
aunque la mayoría de investigadores coinciden en que la anteriormente expuesta
es la explicación más probable. Es posible que además influya el hecho de que
los humanos no veamos el cielo como un hemisferio perfecto: la parte superior
está ligeramente achatada, de forma que pensamos que los objetos que están en
el horizonte están mucho más lejos que los situados encima de nosotros.
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