Mírame

que tus ojos encienden las luces del alba

con la fe

que amanece a quien viene detrás de la nada,

mírame

que te doy media vida por una mirada

de esos ojos que anuncian amor y nostalgia,

de esos ojos que aúnan dolor y esperanza.

 

Háblame

que el silencio se rompe con una palabra

de esas que

me traspasan la piel y me llegan al alma,

háblame

que tu voz me fascina, me llena de calma,

que te escucho en el día y en la madrugada

porque estamos unidos en un mar de distancia.

 

Bésame

que tu boca es la fuente que colma mis ansias

y yo sé

que al besarnos redoblan todas las campanas,

bésame

que por un beso tuyo las alas son blancas,

el color de la mar es un verde esmeralda

y este mundo no gira, tu beso lo para.

 

Ámame,

abre tu corazón a este hombre que te ama

y hazme ser

una sombra en el Sol, una hoguera en la escarcha,

ámame

abandona tu piel, que mi piel te reclama,

que tu cuerpo y mi cuerpo se vuelvan dos llamas

y que arda el amor y que muera y que nazca.

 

CUANDO LLEGUE EL FINAL

 

Cuando llegue el final estaré solo

pero no te preocupes, fue mi sino,

rodeado de unas y de otros

anduve solitario mi camino.

 

Cuando llegue el final, que llegue pronto,

que lo haga de repente, como un rayo,

que no me deje tiempo, sólo un poco

para decir adiós a lo que amo.

 

¿Y qué es lo que yo amé?, te lo resumo

en muy pocas palabras, muy sencillas,

yo tuve que vivir en este mundo

que nunca comprendí, que me dolía.

 

Por eso comulgué con la distancia,

por eso me abracé con el silencio,

por eso me alejé desde la infancia

de las voces, los ruidos y los ecos.

 

Y huí de la ambición del poderoso,

de la vulgaridad del comerciante,

de etiquetas y precios, acomodos

de las huecas palabras del farsante.

 

De comprar y vender, de lo mezquino,

de ser más o ser menos, del violento,

de llegar el primero en el camino,

del sexo por el sexo, del dinero.

 

¿Y qué es lo que yo amé? tú bien lo sabes

porque fuiste un trozo de mi vida,

asumí ser distinto, ser distante

y jugué por mi cuenta la partida.

 

Y puse el corazón en lo imposible,

que lo eterno fue siempre lo perdido,

yo amé tu juventud y tu increíble

semejanza con todo mi destino.

 

Y amé tu madurez y fui dichoso

con sólo una  palabra, con un beso,

con unas manos juntas, con un trzo

pequeño de tu vida, sólo eso.

 

Y amé la honestidad de tu mirada

y la niñez feliz de tu sonrisa,

el talento innato en tu palabra,

la frescura brotando de tu vida.

 

La fuerza que ocultabas bajo el traje

de frágil y constante soñadora,

lo poco que llevabas de equipaje,

lo mucho que ocultabas en tu sombra.

 

Eso es lo que amé, ni más ni menos,

con un solo minuto me conformo

para decir adiós, es un momento,

después me sobrará todo de todo.

 

Cuando llegue el final estaré triste

porque tú no estarás para cerrarme

estos ojos cansados que quisiste,

ni cogeras mis manos, cuando marche.

 

VOSOTROS, LOS MARIDOS

 

Vosotros, los maridos,

sois bastante aburridos,

los sábados, un rato,

los domingos, partido;

apenas dos palabras

y enseguida a dormir:

no me extraña que ellas

aún se acuerden de mí.

 

Vosotros, los maridos,

habéis perdido el tino,

no tenéis ni una gota

de ese romanticismo

que ellas tanto agradecen

y su ausencia padecen,

cómo no van a echarme

de menos, tantas veces.

 

No tenéis ni un detalle

que sorprenda y que hable,

una palabra a tiempo,

una caricia suave,

una mirada tierna,

una sonrisa abierta,

un "te quiero" en los labios

que distraiga una pena.

 

De puertas para adentro

ellas son sólo objetos,

propiedad conquistada

que no requiere afectos,

plantas que no se riegan,

flores que se marchitan

entre tanta rutina

de renuncias y esperas.

 

Vosotros, los maridos,

cansados, distraídos,

que dais tan poca cosa,

que no entendeis su sitio,

pensad que en otros tiempo

ellas no eran así,

por eso, no os extrañe

que aún se acuerden de mí.

 

Si a veces una sombra

oscurece sus ojos,

o quizás una lágrima

se desata en su rostro,

el motivo no es otro

que los viejos recuerdos,

ahora, en la distancia,

aún habito sus sueños.

 

AMOR...

 

Amor que de ese cielo donde habitas,

ese mundo ritual de las ideas,

bajaste aquella tarde hasta mi vida

cogiendo al sentimiento por sorpresa...

no te ocultes, amor, no te derrames,

no te canses ya nunca de mirarme.

 

Amor que de esa nube donde estabas

pasando el ecuador de tu existencia,

dormitando en el tiempo y la distancia,

volviste a hecerte un hueco por mi senda...

no resbales, amor, no te derrumbes,

no te vistas de tedio y de costumbre.

 

Amor que amaneciste en el pasado

cuando la vida estaba por vivirla,

el corazón abierto y entregado,

el alma como un barco a la deriva...

amor de antaño, de batir de alas,

no te manches de cosas cotidianas.

 

Amor, no te disfraces de aventura,

no te mezcles, amor, no te compares,

no pierdas el candor y la ternura,

no quieras descubrir lo que no sabes...

permanece irreal y diferente,

sé mi amor desde siempre y como siempre.

 

SI ME DICES TE QUIERO

 

Si me dices "te quiero" volverán los abriles

a pintar primaveras en la flor del almendro,

volverán los azules a borrar esos grises

que salpican el cuadro del final del Invierno,

dejará la mañana que la luz acaricie

con sus dedos dorados su gentil aderezo,

volverán golondrinas con sus vuelos febriles

a surcar el espacio, si me dices "te quiero".

 

Si me dices "te quiero" brotarán nuevas fuentes

que darán a los campos el verdor que tuvieron,

surgirán las promesas en los labios fervientes

de los viejos amantes, de los amantes nuevos;

una mirada tuya será ya suficiente,

tus manos en las mías, la sensación que espero,

la vida será hermosa, el cielo sonriente,

brillarán las estrellas si me dices "te quiero".

 

Si me dices "te quiero" volverá la alegría

a correr por mis venas como barco velero,

abriré las ventanas y las luces del día

me traerán tus palabras como fiel mensajero,

volverá la esperanza a instalarse en mi vida

y seré navegante de otro mar, de otro cielo,

nacerán amapolas donde antes no había

con sus pétalos rojos, si me dices "te quiero".

 

Si me dices "te quiero" romperé las cadenas,

desataré las cuerdas, apagaré los miedos,

pasaré de la sombra ancestral, de la tiniebla

al luminoso espacio vital de otro sendero,

pondré sobre tus ojos la luz de las estrellas,

el Sol de la mañana traeré hasta tu pelo,

si me dices "te quiero", sobre tu boca fresca

pondré toda mi alma en un sencillo beso.

 

DE LAS CALLES VACIAS

 

De las calles vacías

me dejaste la imagen

y ese dolor suave

de la melancolía...

de las calles vacías

amenazando lluvia,

con olor a esperanza,

a sentimiento y culpa.

 

Se despertaron, lentos,

los duendes del pasado,

y al oído me hablaron

de otro lejano tiempo;

la lluvia fue trayendo

recuerdos y ambiciones

que se fueron haciendo

de tanto pedir, pobres.

 

La ausencia paseaba

su sombra por mi vida,

la ausencia donde ibas

a resguardarte el alma...

yo, como siempre, estaba

pensándote un poema

entre ruido y silencio,

entre batalla y tregua.

 

Y me inspiró ese cielo

abarrotado en grises,

ese viento que dice

que regresas del tiempo,

ese pájaro tierno

que se resguarda, cauto,

de esta lluvia de Invierno,

de soledad y barro.

 

Y me inspiraron todos

los tramos del camino,

unos pocos contigo

y casi siempre solo;

te dibujé en el roto

papel de mi esperanza,

como una flor que aún tiene

su lozanía intacta.

 

Y luego caminaba

bajo la lenta lluvia,

en una ciudad rara,

abandonada y turbia...

tú estabas en la abulia

ritual, de tantos días,

en el dolor suave

de las calles vacías.

 

QUE SE VAYAN...

 

Que se vayan,

que se vayan inventando otras palabras

que definan

que te quiero más que a nadie y más que a nada,

que me faltan,

que me faltan para amarte más miradas,

más excesos

en los besos que te hieren como espadas.

 

Que se duerman,

que se duerman todas esas madrugadas

que contemplan

tú con otro palpitar, yo en otra cama,

y que vengan,

y que vengan mensajeros con tus cartas

a quejarse

de lo lejos que tú vives de mi casa.

 

Y que vuelvan

a reirse las sirenas en el agua,

y aparezcan

en el medio del Invierno, rosas blancas,

que amanezcan

con más luces, con más aire, las mañanas,

y que llamen

golondrinas, con el ala, a tu ventana.

 

Que se enciendan

mil hogueras en el cuerpo y en el alma,

y que crezcan

los deseos

de vivir y la esperanza;

que se entienda

que se quieren como siempre, que se aman

dos amantes

habituados a vivir en la distancia.

 

VIEJO CAMINO

 

Necesito de ti, saber que vives

y que no estás tan lejos que no acudas

a una llamada mía, tan posible,

a una urgencia de besos y de ayudas.

 

Necesito de ti, aunque la bruma

vaya borrando, a veces, tus confines,

te difumine el tiempo, la rutina

de perdernos sin metas y sin límites.

 

Necesito de ti, saber que estás

más allá de la sombra y del quizás,

esperando no sé, ni qué, ni cuándo;

 

pero que no estás lejos, que vendrás

a encenderme una luz, iluminando

nuestro viejo camino de amistad.

 

OBSTACULO INSALVABLE

 

Cuando el tiempo sea un obstáculo insalvable

que nos separe aún más de lo que estamos,

cómo podré expresarte, alguna tarde,

una urgencia de besos y de abrazos.

 

Cuando el tiempo sea un obstáculo insalvable,

cómo hablar de tu piel, si estará llena

de grietas, como surcos imborrables

exponentes de risas y de penas.

 

Cómo tomar tus manos y mirarte

a unos ojos cansados y marchitos

que fueron ayer bellos como mares,

que estaban tan alegres, que eran vivos.

 

Cómo arrancar sonrisas a tus labios,

abrirte el corazón con emociones,

enardecer el alma en un relámpago,

hacer reverdecer las ilusiones.

 

Cuando el tiempo sea un obstáculo insalvable

cómo hacer de tu nombre mi mañana,

si mi lento decir se habrá hecho torpe,

si pintarán mis ojos una lágrima.

 

Si estará tan hundida en el pasado

nuestra historia de amor, nuestros empeños,

que entonces pensaré que lo he soñado,

que el amor que te di fue sólo un sueño.

 

Me sentaré a la puerta de mi casa

y ya no dejaré entrar a nadie...

cerraré el corazón a la esperanza

cuando el tiempo sea un obstáculo insalvable.

 

ALGUN DIA

 

Yo sé que una mañana al despertarme,

tu aliento sentiré junto a la almohada,

tu cuerpo entre mis brazos, tu mirada

con su mágica luz, acariciarme.

 

Y al verte frente a mí, enamorada,

esperando que todo vas a darme,

me invadirá el temor de despertarme

y verme, como siempre, junto a nada.

 

Entonces no te extrañe, vida mía,

que yo quiera vivir ese momento

con la emoción que siempre pretendía;

 

perdóname si loco de contento,

te aprese entre mis brazos todo el día

y me deje y te deje sin aliento.

 

EN TUS OJOS

 

Me miré en el espejo de tus ojos,

tranquilos, silenciosos,

pero que hablaron más que tus palabras,

y el amor destilaba

por aquellos senderos luminosos,

llenando mi mirada.

 

Mas se pusieron tristes, se apagaron,

sus luces me dejaron

como si abandonasen el camino,

y yo supe el motivo

por el cual, asustados, se mostraron

prisioneros, cautivos.

 

Aquellos ojos de melancolía

dijeron que la vida

nos marcó con destinos diferentes,

y que nuestro presente

era un oscuro túnel sin salida,

sin futuro aparente.

 

Y yo en el Universo de tus ojos

traté de hallar el modo

de seguir inspirándote los sueños;

se me escapó de dentro

un "te quiero", disparo impetuoso

hasta tu mismo centro.

 

Y volvió la sonrisa a tu mirada,

y apartamos la cara

del futuro que aguarda a nuestro encuentro...

vivimos el momento,

y felices así, con casi nada,

hicimos el amor sólo con besos.

 

DE NADIE

 

En un trozo de viento

grabé cuatro palabras,

apunte de recuerdo

y de distancia;

yo sé que pretendía

que fueras sólo mía,

tú que eras del silencio

y la escapada.

 

En una seca rama

tronchada del camino,

le puse una posdata

a tu retiro;

recuerdo que quería

que fueras sólo mía,

tú que eras partidaria

del vacío.

 

A veces, por el aire,

contaba mi secreto

al hueco de la tarde

y al silencio;

no sé cómo podía

pensar que fueras mía

tú, que no eras de nadie

ni serías.

 

Pero se me pasaba

el tiempo suponiendo

que un día, ya cansada

del Invierno,

vendrías a mi puerta

tan rubia y tan incierta,

desnuda de misterio,

descubierta.

 

¡Qué mundo me inventara

para dártelo entero!

ráfagas de miradas

y deseos...

tú que nunca serías

ni de nadie ni mía,

tú que no apareciste

por mi vida.

 

ME DIJO QUE NO

 

Me dijo que no

y apretó los labios al beso furtivo,

me dijo que no

y le dio la espalda al abrazo mío,

me dijo que no

que ya era muy tarde para ser feliz...

me dijo que no

mas sé que en el fondo me dijo que sí.

 

Me dijo que no,

que nuestros destinos ya estaban trazados,

que tanto ella y yo

éramos dos mundos distantes y extraños,

me dijo que no

y se fue despacio, llorando, de allí,

me dijo que no

pero con el alma me dijo que sí.

 

NO SE ACOSTUMBRARON

 

No se acostumbraron

a vivir aislados

ni tu amor ni el mío,

mas no se olvidaron,

y crecieron lejos,

tan desarraigados

como flores muertas

en un jardín raro.

 

Se nos marchitaron

los ojos, las manos,

los brazos incluso

por nunca abrazarnos,

se nos arrugaron

sin besos, los labios,

se nos escondieron,

se hicieron pedazos.

 

No se acostumbraron

por más que quisieron,

nuestras pobres vidas

a este amargo duelo:

vivieron, vivieron

como vive un álamo,

solitario y triste,

desnudo, apagado.

 

Como los cipreses

de algún cementerio,

que vivieron siempre

rondando a los muertos,

vigilantes fuertes

de todo el silencio,

de la mala suerte,

del más largo Invierno.

 

No se acostumbraron,

y así fueron sólo

nuestras vidas, ecos

tan faltos de todo...

se fueron gastando

sin saber el cómo,

en un mar de lágrimas,

un mar doloroso.

 

Un viento doliente

con aromas viejos

que viene al presente

y se queda quieto,

contemplando sólo

dos seres extraños

que a vivir sin verse

no se acostumbraron.

 

POR EXTRAÑOS CAMINOS

 

Por extraños caminos

el amor anda,

tras la huella del miedo,

por la sombra del alba,

entre fuego y olvido,

voz y mordaza,

compartiendo el latido

de la esperanza.

 

Encendiendo un suspiro

cualquier mañana,

compañero y amigo

de las horas contadas,

celador impulsivo

que llega y habla

con un breve motivo

y una palabra.

 

Empujando un latido

que se desmanda,

sofocando un gemido

si se vuelve nostalgia;

qué fugaz recorrido

su noche larga

con el eco prendido

de lo que acaba.

 

Qué rincón lo ha tenido

mientras descansa,

dónde guardó su nido,

en qué sitio sus casa;

del azar peregrino,

de la escapada

al extraño camino

por donde anda.

 

Disfrazado, escondido,

simple comparsa

que creciendo furtivo

en el alma se agarra...

no se sabe el motivo

de su tardanza,

mas se sabe, si llega,

que está y que manda.

 

                                                                   

                                                            © 1986 Javier de Lucas