HISTORIA DE LA POESIA EN
ESPAÑA
SEGUNDA
PARTE
LOS
PRIMEROS POETAS
Arcipreste de Hita (Juan Ruiz)
(Alcalá de Henares (Madrid) 1283 ? - 1350?) Son muy escasos los datos
de su vida y se sabe de él poco más de lo que él mismo
cuenta en su libro. Fue persona culta, versada en Sagradas Escrituras y Derecho,
tanto canónico como civil, aunque menos conocedor de los clásicos
griegos y latinos. Él mismo dice que escribió muchos cantares,
pero lo único que se conserva es un largo poema al que varias veces se
refiere con el nombre de Libro de Buen Amor por lo que Menéndez-Pidal
propuso que se le llamara así y con este título es hoy conocido.
Por su metro esta obra pertenece al Mester de Clerecía y la primera edición
data de 1330. En este poema encontramos influencias clásicas, árabes,
latinoeclesiásticas, francesas y provenzales, pero sobre todas ellas
brilla su propia personalidad y estilo. Ha sido muy discutido su finalidad
moral o desvergonzada... pero todos los críticos están de acuerdo
en que se trata de una de las obras maestras de la literatura medieval española
y aún de todos los tiempos.
CANTIGAS DE SERRANA
Cerca de Tablada,
la tierra paffada,
falle me con aldara,
a la madrugada.
En çima del puerto
coyde fer muerto
de nieue e de frío
e dese rosio
e de grand elada
a la decida
dy una corrida
falle vna fferrana
fermofa, loçana
e bien colorada
dixe yo aella:
«omillome bella»,
dis: «tu que bien corres
aqui non te engorres,
anda tu jornada
vol dixe: «frio tengo,
e por eso vengo
a vos, fermosura
quered por mesura
hoy darme posada».
dixome la moça:
«Pariente, mi choça
el que en ella poça
conmigo despoça
e dam grand soldada,»
yol dixe: «de grado,
mas soy casado
aquí en Ferreros;
mas de mis dineros
darvos he, amada»,
dís: «trota conmigo»;
levome consigo,
e diom buena lumbre,
como de costumbre
de sierra nevada.
diome pan de çenteno
tisnado moreno
e diom vino malo
agrillo e ralo,
e carne salada,
diom queso de cabras:
«fidalgo, dis, abras
ese blazo et toma
un tanto de soma,
que tengo goardada»,
dis: «huesped almuerça
e bebe e esfuerça
caliéntate e paga
de mal nons te faga
fasta la tornada.
«Quien dones me diere,
quales yo pediere,
habrá bien de cena
et lechiga buena,
que nol coste nada.»
«Vos, que eso desides,
¿por qué non pedides
la cosa certera?»
Ella dis: maguera
e sin será dada.
«Puen dam una cinta
bermeja bien tinta,
et buena camisa
fecha a mi guisa
con su collarada», etc.
AQUI FABLA DE COMO TODO OMNE
ENTRE LOS SUS CUIDADOS SE DEVE ALEGRAR,
E DE LA DISPUTACION QUE LOS GRIEGOS
E LOS ROMANOS EN UNO OVIERON
Palabra es de sabio, e dízelo Catón,
que omne a sus cuidados, que tiene en coraçón,
entreponga plazeres e alegre razón,
ca la mucha tristeza mucho pecado pon;
e porque de buen seso non puede omne reír,
avré algunas burlas aquí a enxerir:
cada que las oyeres non quieras comedir
salvo en la manera del trobar e dezir.
Entiende bien mios dichos e piensa la sentencia:
no m' contesca contigo como al dotor de Grecia
con el ribald romano e su poca sabencia,
quando demandó Roma a Grecia la ciencia.
Assí fue que romanos ninas leyes
avién,
e fuéronlas demandar a griegos que las tenién;
respondieron los griegos qué las non merecién
nin las podrién entender, pues que tan poco sabién;
pero que si las querién para por
ellas usar,
que ante les convenié con sus sabios desputar,
por ver si las entendién e las merecién levar:
esta respuesta fermosa davan por se escusar.
Respondieron romanos que les plazía
de grado:
para la desputación pusieron pleito firmado;
mas porque non entendrían el lenguaje non usado,
que desputassen por señas e por signos de letrado;
pusieron día sabido todos para contender.
Fueron romanos en coita: non sabién qué se fazer
porque non eran letrados, nin podrían entender
a los dotores Grecia nin al su mucho saber.
Estando en su coita, díxo un cibdadano
que tomassen un ribald o un vellaco romano;
segund Dios le demostrasse fazer señas con la mano,
que tales las feziesse; e fueles consejo sano.
Fuéronse a un vellaco, muy grande
e muy ardit;
dixiéronle: "Nos avemos con griegos nuestro combit
para desputar por señas; lo que tú quesieres
pit,
e dártelo emos nos: escúsanos d'esta Iit."
Vestiéronle muy ricos paños
de grand valía,
como si fues dotor ena filosofía;
subió en alta cátedra, dixo con bavoquía:
"D'oy más vengan los griegos con toda su porfía."
Vino aí un griego, dotor muy
esmerado,
escogido de griegos, entre todos loado;
subió en otra cátedra, todo el pueblo juntado,
comentaron sus señas como era tratado.
El griego se levantó, sossegado,
de vagar,
e mostró sólo un dedo que está cerca
el pulgar,
luego se assentó en esse mismo lugar;
levantóse el ribald, bravo e de mal pagar,
mostró luego tres dedos fazia
el griego tendidos:
el pulgar con otros dos que con él son contenidos,
en manera de arpón, los otros dos encogidos;
assentóse luego el necio catando sus vestidos;
levantase el griego, tendió
la palma llana,
e assentóse luego con su memoria sana;
levantase el vellaco, con fantasía vana,
mostró puño cerrado: de porfía avié
gana.
A todos los de Grecia dixö el
sabio griego.
"Merecen los romanos las leis, non gelas niego."
Levantáronse todos en paz e en assussiego:
grand onra ovo Roma por un vil andariego.
Preguntaron al griego qué fue
lo que dixiera
por señas al romano, e qué le respondiera.
Diz: "Yo l' dix que es un Dios e 'l romano que era
uno en tres personas, e tal señal feziera;
yo dixe luego que era todo a la su
voluntat;
respondió que en su poder tenié el mundo, e
diz verdat.
Desque vi que entendién e creyén la Trinidat,
entendí que merecién de leyes certenidat."
Preguntaron al vellaco quál
fuera su antojo;
diz: "Díxom que con su dedo que m' quebrantaría
el ojo;
d'esto ove grande pesar e tomé grande enojo,
e respondíle con saña, con ira e con cordojo,
que yo le quebrantaría ante
todas las gentes,
con dos dedos los ojos, e con el pulgar los dientes;
díxome luego, en pos esto, que l' parasse mientes,
que me darié grand palmáda en los oídos
reteñientes,
yo l' respondí que l' daría
a él una tal puñada
que en tiempo de su vida nunca la viess vengada.
Desque vio que la pelea tenié mal aparejada,
dexóse de amenazar do non gelo precian nada."
Por esto la pastraña diz, de
la vieja ardida:
"non ha mala palabra si no es a mal tenida";
verás qué bien es dicha si bien fuesse entendida:
entiende bien mi libro e avrás dueña garrida;
la burla que oyeres non la tengas
en vil,
la manera del libro entiéndela, sotil;
saber mal, dezir bien, cobierto e doñeguil:
¡tú non fallarás uno de trobadores mil!;
fallarás muchas garças,
non fallarás un uevo:
remendar bien non sabe todo alfayate nuevo;
a trobar con locura non creas que me muevo:
lo que buen amor dize con razón te lo pruevo.
En general a todos fabla la escritura:
los cuerdos, con buen seso, entendrán la cordura;
los mancebos livianos guárdense de locura:
escoja lo mijor el de buena ventura.
Las del buen amor son razones encobiertas:
trabaja dó fallares las sus señales ciertas;
si la razón entiendes o en el seso aciertas,
non dirás mal del libro que agora rehiertas:
do cuidares que miente dize mayor
verdat,
en las coplas pintadas yaze la fealdat;
dicha buena o mala por puntos la juzgat:
las coplas con los puntos loat o denostat.
De todos estrumentes yo, libro, só
pariente:
bien o mal, qual puntares, tal diré, ciertamente;
quál tú dezir quesieres, y faz punto, y tente;
si puntarme sopieres siempre me abrás en miente.
Berceo (Gonzalo de)
(Berceo (La Rioja) hacia 1195 - ??? después de 1264). Es el primero
de los poetas conocidos de la lengua española. Fue clérigo, no
sabemos si regular o secular y su vida transcurrió vinculada a los Monasterios
de San Millán de la Cogolla (La Rioja) y Santo Domingo de Silos (Burgos).
Escribió en el "Mester de Clerecía", estilo usado por
los clérigos cuando debía utilizar el romance como lengua escrita.
Por otra parte, no era lo suficientemente letrado, según propia confesión,
para escribir sus narraciones en latín. Su intención semejante
a la de los juglares, pero vertida a lo divino, era popularizar las historias
de los santos e incluso utiliza expresiones típicamente juglarescas.
Es un poeta de gran fidelidad a las fuentes que utiliza, pero no se limita a
hacer una nueva traducción versificada de escritos latinos, sino que
los vivifica añadiéndoles detalles pintorescos y una nota característica
de afectividad. Además de diversas obras de carácter religioso,
dedicados a la Virgen y a los santos, su cumbre poética son LOS MILAGROS
DE NUESTRA SEÑORA.
MILAGROS DE NUESTRA SEÑORA
Amigos e vasallos de Dios omnipotent,
si vos me escuchássedes por vuestro consiment,
querría vos contar un buen aveniment:
terrédeslo en cabo por bueno verament.
Yo maestro Gonçalvo de Berceo nomnado
yendo en romería caeçí en un prado
verde e bien sençido, de flores bien poblado,
rogar cobdiçiaduero pora omne cansado.
Daban olor sobeio las flores bien olientes,
refrescaban en omne las caras e las mientes,
manaban cada canto fuentes claras corrientes,
en verano bien frías, en ivierno calientes.
Avié hi grand abondo de buenas arboledas,
milgranos e figueras, peros e mazanedas,
e muchas otras fructas de diversas monedas;
mas non-avié ningunas podridas nin azedas.
La verdura del prado, la olor de las flores,
las sombras de los árbores de temprados sabores
refrescáromne todo, e perdí los sudores:
podrié vevir el omne con aquellos olores.
Nuncua trobé en sieglo logar tan deleitoso,
nin sombra tan temprada, ni olor tan sabroso.
Descargué mi ropiella por yazer más viçioso,
poséme a la sombra de un árbor fermoso.
Yaziendo a la sombra perdí todos cuidados,
odí sonos de aves dulces e modulados:
nuncua udieron omnes órganos más temprados,
nin que formar pudiessen sones más acordados.
Unas tenién la quinta, e las'otras doblavan,
otras tenién el punto, errar no las dexavan,
al posar, al mover todas se esperavan,
aves torpes nin roncas hi non se acostavan.
Non serié organista nin serié violero,
nin giga, nin salterio, nin mano de rotero,
nin estrument, nin lengua, nin tan claro vocero,
cuyo canto valiesse con esto un dinero.
Peroque vos dissiemos todas estas bondades,
non contamos las diezmas, esto bien lo creades:
que avié de noblezas tantas diversidades,
que no las contarién priores ni ablades.
El prado que vos digo avié otra bondat:
por calor nin por frío non perdié su beltat,
siempre estava verde en su entegredat,
non perdié la verdura por nulla tempestat.
Man a mano que fui en tierra acostado,
de todo el lazerio fui luego folgado:
oblidé toda cuita, el lazerio passado:
¡qui allí se morasse serié bien venturado!
Los omnes e las aves cuantas acaecíen,
levaban de las flores cuantas levar queríen;
mas mengua en el prado ninguna non façíen:
por una que levaban, tres e cuatro nazíen.
Semeia esti prado egual de paraíso,
en qui Dios tan grand graçia, tan grand bendiçión
miso:
el que crió tal cosa maestro fue anviso:
omne que hi morasse, nuncua perdrié el viso.
El fructo de los árbores era dulz' e sabrido,
si don Adam oviesse de tal fructo comido,
de tan mala manera non serié decibido,
nin tomarién tal danno Eva ni so marido.
Señores e amigos, lo que dicho avemos,
palabra es oscura, esponerla queremos:
tolgamos la corteza, al meollo entremos,
prendamos lo de dentro, lo de fuera dessemos.
Todos cuantos vevimos que en piedes andamos,
siquiere en presón, o en lecho yagamos,
todos somos romeos que camino andamos:
San Peidro lo diz esto, por él vos lo provamos.
Cuanto aquí vivimos, en ageno moramos;
la fiança durable suso la esperamos,
la nuestra romería estonz' la acabamos
cuando a paraíso las almas enviamos.
En esta romería avemos un buen prado,
en qui trova repaire tot romeo cansado:
la Virgin Gloriosa, madre del buen criado,
del cual otro ninguno egual non fue trovado.
Esti prado fue siempre verde en onestat,
ca nunca ovo mácula la su virginidat,
post partum et in partu fue Virgin de verdat,
íllesa, in corrupta en su entegredat.
Las cuatro fuentes claras que del prado manavan,
los cuatro evangelios esso significavan,
ca los evangelistas cuatro que los dictavan,
cuando los escribían, con ella se fablavan.
Cuanto escribién ellos, ella lo emendava,
esso era bien firme, lo que ella laudava:
pareze que el riego todo della manava,
cuando a menos della nada non se guiava.
La sombra de los árbores, buena, dulz'
e sanía,
en qui ave repaire toda la romería,
sí sonlas oraciones que faz' Santa María,
que por los pescadores ruega noch' e dia.
Cuantos que son en mundo justos e pescadores,
coronados e legos, reys e emperadores
allí corremos todos vassallos e señores,
todos a la su sombra imos coger las flores.
Los árbores que facen sombra dulz'
e donosa,
son los santos miraclos que faz' la Gloriosa,
ca son mucho más dulzes que azúcar sabrosa,
la que dan al enfermo cri la cuita raviosa.
Las aves que organan entre essos fructales,
que han las dulzes vozes, dicen cantos leales,
éstos son Agustín, Gregorio, otros tales, .
cuantos que escribieron los sos fechos reales.
Estos avién con ella amor e atenencia,
cri laudar los sos fechos metién toda femencia,
todos fablavan della, cascuno su sentencia;
pero tenién por todo todos una creencia.
EI roseñor que canta por fina maestría,
siquiere la calandria que faz' grand melodia,
mucho cantó meior el varón Isaía,
e los otros prophetas, onrada compañía.
Cantaron los apóstolos muedo muy
natural,
confessores e mártires facién bien otro tal,
Ias vírgines siguieron la grand Madre caudal,
cantan delante della canto bien festival.
Por todas Ias eglesias, esto es cada día,
cantan laudes antella toda la clerecía:
todos li façen cort a la Virgo María:
estos son roseñoles de grand plaçentería.
Tomemos ennas flores que componen el prado,
que lo façen fermoso, apuesto e temprado:
Ias flores son los nomnes que li da el dictado
a la Virgo María, madre del buen criado.
La bendicta Virgen es estrella clamada,
estrella de los mares, guiona deseada,
es de los marineros en Ias cuitas guardada,
ca cuando essa veden, es la nave guiada.
Es clamada, e eslo de los cielos,
Reína,
tiemplo de Jesu Cristo, estrella matutina,
señora natural, pïadosa vezina,
de cuerpos e de almas salud e medicina.
Ella es vellocino que fue de Gedeón,
en qui vino la pluvia, una grand vissión;
ella es dicha fonda de David el varón,
con la cual confondió al gigant tan fellón.
Ella es dicha fuent' de qui todos
bevemos,
ella nos dio el cebo de qui todos comemos,
ella es dicha puerto a qui todos corremos,
e puerta por la cual entrada atendemos.
Ella es dicha puerta, en sí
bien encerrada,
pora nos es abierta, pora darnos la entrada;
ella es la palomba de fiel bien esmerada,
en qui non cae ira, siempre está pagada.
Ella con grand derecho es clamada
Sión,
ca es nuestra talaya, nuestra defensión:
ella es dicha trono del rey Salomón,
rey de grand iusticia, sabio por mirazón.
Non es nomne ninguno que bien derecho
venga,
que en ninguna guisa a ella non avenga:
non a tal que raíz en ella no la tenga,
nin Sancho nin Domingo, nin Sancha nin Domenga.
Es dicha vid, es uva, almendra, malgranada
que de granos de graçia está toda calcada;
oliva, cedro, bálssamo, palma bien aiumada,
piértega en que sovo la serpiente alzada.
El fust de Moisés enna mano
portava
que confondió los sabios que Faraón preciava,
el que abrió los mares e depués los cerrava
si non a la Gloriosa, ál non significava.
Si metiéremos mientes en ell
otro bastón
que partió la contienda que fue por Aarón,
ál non significaba, como diz la lectión,
si non a la Gloriosa, esto bien con razón.
Señores e amigos, en vario
contendemos,
entramos en grand pozo, fondo nol' travaremos;
más serién los sus nomnes que nos della leemos
que Ias flores del campo del más grand que savemos.
Desuso lo dissiemos que eran los fructales
en qui facién las aves los cantos generales,
los sus sanctos miraclos grandes e principales,
los cuales organamos ennas fiestas cabdales.
Quiero dexar con tanto Ias aves contadores,
las sombras e Ias aguas, Ias devant dichas flores:
quiero d'estos fructales, tan plenos de dulzores,
fer unos pocos viessos, amigos e señores.
Quiero en estos árbores un
ratiello sobir,
e de los sos miraclos algunos escrivir,
la Gloriosa me guíe que lo pueda complir.
ca yo non me trevría en ello a venir.
Terrélo por miráculo
que lo faz la Gloriosa
si guiarme quisiere a mí en esta cosa:
¡Madre plena de gracia, Reína poderosa.
tú me guía en ello ca eres piadosa!
Codax (Martín)
(S.XIII). Juglar español, probablemente gallego. Autor de varias trovas
que ensalzan la belleza de Vigo. En el Cancionero Vaticano figuran como suyas
siete canciones de amor, las más antiguas canciones profanas de la música
española.
AI, ONDAS QUE EU VIN VEER!
¡Ai, ondas que eu vin veer!,
¿se me saberedes dicer
por que tarda meu amigo
sen mi?
¡Ai, ondas que eu vin mirar!,
¿se me saberedes contar
por que tarda meu amigo
sen mi?
MIA IRMANA FREMOSA, ¿TREIDES COMIGO
Mia irmana fremosa,
¿treides comigo
a la igrexa de Vigo, u e o mar salido,
e miraremolas ondas?
Mia irmana fremosa, ¿treides de grado
a la igrexa de Vigo, u e o mar levado
e miraremolas ondas?
A la igrexa de Vigo u e o mar salido,
e verra i, mia madre, o meu amigo
e miraremolas ondas.
A la igrexa de Vigo, u e o mar levado,
e verra i, mia madre, o meu amado
e miraremolas ondas.
ONDAS
DO MAR DE VIGO
Ondas do mar de Vigo,
¿se vistes meu amigo
e -¡ai, Deus!- se verra cedo?
Ondas do mar levado,
¿se vistes meu amado
e -¡ai, Deus!- se verra cedo?
¿se vistes meu amigo
o por que eu sospiro,
e -¡ai, Deus!- se verra cedo?
¿se vistes meu amado
que me ten en coidado,
e -¡ai, Deus!- se verra cedo?
González
de Mendoza (Pero)
(¿---? 1340? - Aljubarrota (Portugal) 1385). Fue padre de Diego Hurtado
de Mendoza y abuelo del marqués de Santillana, quien los cita en su "Prohemio
e carta al condestable de Portugal", como autor de algunas canciones y
de una manera de cantares que vendrían a ser poesías dialogadas,
como las serranillas . También es testigo el marqués de la vitalidad
literaria de la familia, cuando recuerda haber visto "Cancioneiros "
gallegos entre los libros de su abuela. Las composiciones de este autor se conservan
en varios Cancioneros, como en el PEQUEÑO CANCIONERO DEL MARQUÉS
DE LA ROMANA o en el CANCIONERO DE BAENA.
POR DEUS, SEÑORA, NON ME MATEDES
Por Deus, señora, non me matedes,
que en miña morte non gañaredes.
Mui sen enfinta e mui sen desden
vos amei sempre mais que a outra ren,
e se me matades por vos querer ben
¿a quen vos desama, que lle faredes?
Servivos sempre a guis de leal,
por vos sofrendo coitas e gran mal;
vos non seiades tan descomunal
pois a mi en voso poder tedes.
Quando alogado de vos eu seio
matarme quere o voso deseio,
e des i moiro por vos, espeio,
¡tan adonada me paresçedes!
Quando a la fala vos me chamastes,
de todo engano me segurastes.
¡Tende, señora, o que me xurastes,
se non de mi gran pecado habredes!
López de Ayala (D. Pero)
(Vitoria 1332 - Calahorra (La Rioja) 1407). Desde muy pronto ocupó
puestos importantes a las ordenes de Pedro I el Cruel, del que fue alguacil
mayor de Toledo y capitán de la flota. Más tarde estuvo
también a las ordenes de Enrique de Trastamara. En Aljubarrota
fue hecho prisionero por los portugueses y permaneció un año y
medio en prisión. Su obra literaria es extensa: escribió
las crónicas de los reyes a cuyo servicio trabajó. Su obra por
excelencia es el RIMADO DE PALACIO, extenso poema de 8.200 versos en los que
alterna la cuaderna vía con diferentes formas poéticas. Obra
heterogénea que se supone surgida de poemas elaborados a través
de muchos años y cuya unidad es fundamentalmente retrospectiva. En esta
obra encontramos un resumen de todos los temas de la época, religiosos,
morales, didácticos... además de numerosos "exempla".
López de Ayala vivió con suerte y serenidad una época turbulenta
y se muestra en su obra más pesimista de lo que autorizan los mismos
hechos históricos.
AQUÍ COMIENÇA DE LOS MERCADORES
¿Pues que de los mercadores aquí podría
decir
si tienen tal oficio para poder fallir,
jurar e perjurar, en todo siempre mentir?
Olvidan Dios e alma, nunca cuidan morir.
En sus mercadurías han mucha confusión,
ha mentira e ha engaño e ha mala confesión;
Dios les quiera valer e hayan su perdón,
que cuanto ellos non dexan dar quinta por bordón.
Una vez pidrán cincuenta doblas por un
paño;
si vieren que estades duro e entendedes vuestro daño,
diz': "Por treinta vos lo dó", mas ¡nunca
él cumpla el año
si non le costó cuarenta ayer de un homne extraño!
Dlz': "Tengo escarlatas de Brujas e de Mellinas,
veinte años ha que non fueron en esta tierra tan finas."
Dlz': "Tomadlas vos, señor, antes que unas mis
sobrinas
las lieven de mi casa, que son por ellas caninas.
Si vos tenedes dineros; si non, tomar vos he yo
plata,
ca en mi tienda fallaredes toda buena barata."
El cuitado que lo cree e una vez con él se ata
a través yace caído, si delante non se cata.
Non se tienen por contentos por una vez se doblar
su dinero, mas tres tanto lo quieren amuchiguar;
diz': "Somos en perigro por la tierra e por la mar,
ca nos face agora el rey otros diezmos pagar."
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...... ...
...
Las varas e las medidas Dios sabe cuáles
serán;
una vos mostrarán luenga e con otra medirán;
todo es mercaduría, non entienden que en esto han
ellos pecado ninguno, pues que siempre así lo dan.
Si son cosas que a peso ellos hayan de vender,
que pesen más sus cosas sus artes van facer...
DITADO
Sufro, Señor, tristura e penas cada
día,
pero, Señor, non sufro tanto como debía;
mas rescelo he, Señor, que por flaqueza mía
non lo pueda sofrir; por esto entendí
pedir a ti, Señor, si tu merced sería
que non fuese la pena más luenga que sofrí.
De muchos enemigos, Señor, soy perseguido,
contra el cuerpo e el alma, de todos mal traído;
vivo vida penada, triste, aborrescido,.
si tú non me consuelas, ay, ¿qué será
de mí?
¡Acórreme, Señor, e sea defendido,
por la tu santa gracia, non me pierda así!
De cada día fago a ti los mis clamores,
con lloros e gemidos, sospiros e tremores;
ca tú solo, Dios, eres salud de pecadores,
cuyo acorro espero, e ál non entendí.
¡Señor Mío, amansa mis llagas e dolores,
e vean enemigos a qué Señor serví!
Torna, Señor, tu faz contra mi coraçón,
non dexes que fallesca en la tribulación,
la voz de mi gemido oyas toda sazón,
porque todos entiendan que tu gracia sentí,
ca en la tu esperança tengo mi coraçón
:
siempre noches e días, en ál non comedí.
A ti alço mis manos e muestro mi
cuidado,
que me libres, Señor, non pase tan cuitado;
ca si me tú non vales fincaré olvidado,
e a ti loor non es que digan que perdí,
pues a tan alto Señor yo so acomendado,
con quien me fasta agora de todos defendí.
Los días me fallescen, el mal se
me acrecienta,
non ha mal ni perigros que'l mi coraçón non
sienta:
Señor, tú me defiende, non muera en tormenta,
e me pueda loar que con tu poder vencí
a los mis enemigos, e su pensar les mienta,
non digan que, de acorro menguado, perecí.
Grant tiempo ha que como mi pan con amargura,
nunca de mí se parten enojos e tristura,
Señor, tú me ayuda e toma de mí cura,
e sea en penitencia el mal que padescí;-
e me libra de cuitas e cárcel e tristura,
e entienda que me vales después que a ti gemí...
Luna, (Alvaro de)
(Cañete (Cuenca) 1382 - Valladolid 1453). Hijo bastardo de D. Alvaro
de Luna, rico-hombre aragonés, fue educado por el arzobispo Pedro de
Luna, tío suyo. Entró como paje, con tres años, al servicio
de Juan II. Su influencia sobre el monarca fue creciendo con los años
hasta el punto de llegar a ser, en realidad, el verdadero rey de Castilla. Político,
escritor y músico, de brillante personalidad y ambición ilimitada,
tuvo momentos de esplendor y de desgracia, siendo desterrado en dos ocasiones
y otras tantas veces vuelto a llamar. Debió su caída definitiva
a la influencia de doña Isabel de Portugal, segunda esposa del monarca,
quien se colocó al frente de la conspiración de la nobleza contra
él. Preso y juzgado, fue condenado a muerte, acusado de hechicería
y murió en el cadalso. A su muerte era Condestable de Castilla, Conde
de San Esteban, Maestre de Santiago y uno de los hombres más ricos del
reino. Culto y amante de las letras, contribuyó al esplendor de la corte
de Juan II. Dieciséis composiciones suyas se hallan en el "Cancionero
de Baena", cuyo colector era amigo personal suyo, escribió también
versos galantes de tipo trovadoresco y el libro, LIBRO DE LAS CLARAS Y VIRTUOSAS
MUJERES, prologado por Juan de Mena.
CANCIÓN
Señor Dios, pues me causaste
sin conparación amar,
tú me deves perdonar
si pasé lo que mandaste.
Mandaste que ombre amasse
a ti más que a otra cossa
e causaste que fallase
ombre amiga tan graciosa,
generosa, más famosa
de cuantas, Señor, creaste;
la cual yo amo sin par
de amor tan singular
que no ay seso que baste.
Señor Dios, pues me causaste...
Formaste la creatura
a tu senblança, Señor;
de la tu santidat pura
me feziste amador:
quien figura tal figura,
tal cual tú la figuraste,
es causa de dar lugar
para'lgún tiempo olvidar
a ti, que me la mostraste.
Señor Dios, pues me causaste...
Sem Tob
Escritor judeoespañol, Carrión de los Condes (Palencia) s.
XVI). Compuso unos PROVERBIOS MORALES, dedicados al Rey Pedro, en los que se
plasman las vicisitudes históricas que vivió el autor y que pertenecen
al género de la poesía gnómica, a base de sentencias llenas
de experiencia y una sabiduría que se nutre en los libros doctrinales
de las Sagradas Escrituras y en las colecciones árabes de literatura
aforística. Están escritos en cuartetas de versos heptasílabos,
desglosados del antiguo alejandrino del Mester de Clerecía. Su materia
es variada, presidida siempre por un punto de vista pragmático. El poeta
medita también sobre la brevedad de la vida, la doble naturaleza del
hombre (la corporal y la espiritual), su creación por Dios, el robustecimiento
de la personalidad (evitando la dependencia con el prójimo, aunque también
haya que dar vigor a la vida comunitaria), etc...temas todos ellos en los que
se produce un encuentro entre la doctrina ancestral judaica, como guía
y regla de conducta y la experiencia del momento histórico concreto.
La lírica del texto contrapesa en ocasiones la pesadez del razonamiento
sostenido.
PROVERBIOS
Nin fea nin fermosa
en el mundo, avés
pued homre alcançar cosa
si non con su revés.
Quien antes non esparce
trigo, non lo apega;
si son tierra non yace,
a espiga non llega.
Non se pued coger rosa
sin pisar las espinas;
la miel es dulce cosa,
mas tien agras vecinas.
La paz non se alcança,
si non con guerrear;
non se gana folgança
si non coa el lazrar.
Non ha noche sin día,
nin segar sin sembrar,
nin caliente sin fría,
nin reir sin llorar.
Non ha corto sin luengo,
nin tarde sin aína,
nin ha sin fumo fuego,
nin sin soas farina.
Nin ganar sin perder,
nin baxar sin alteza;
salvo en Dios, poder
non lo ha sin flaqueza.
Alvarez Gato (Juan)
(Madrid 1430 - 1510). Poeta de origen converso cuya obra se conoce sobre
todo gracias al Cancionero que lleva su nombre. Ligado en un primer momento
a D. Beltrán de la Cueva y a la familia Arias Dávila pasó
a ser después uno de los más decididos partidarios de Isabel la
Católica, en cuya corte fue mayordomo. Su obra se puede agrupar en tres
categorías: poemas de amor, poesías morales, políticas
y satíricas, y composiciones de tipo religioso. Además de conservan
de él trece cartas.
AMOR, NO ME DEXES
Amor, no me dexes
que me moriré.
Que en ti so yo bivo,
sin ti so cativo;
si m'eres esquivo
perdido seré.
Si algún mal me viene,
por ti se detiene;
en ti me sostiene
tu gracia y mi fe.
Que el que en ti se ceva,
que truene, que llueva,
no espera ya nueva
que pena le dé.
Que aquel que tú tienes,
los males son bienes,
a él vas y vienes
muy cierto lo sé.
Amor, no me dexes,
que me moriré.
CANCIÓN
No le des prisa, dolor,
a mi tormento crecido,
que a las veces ell olvido
es un concierto d'amor.
Que do más la pena hiere
allí está el querer callado,
y lo más disimulado
aquello es lo que se quiere.
Aunque's el daño mayor
del fuego no conoscido,
a las veces ell olvido
es un concierto d'amor.
QUITA ALLÁ, QUE NO QUIERO
Quita allá, que no quiero,
mundo enemigo;
quita allá que no quiero
pendencias contigo:
Ya sé lo que quieres,
ya sé tus dulzores;
prometes placeres,
das cien mil dolores;
los favorecidos,
de tus amadores,
el mejor librado
es el más perdido.
No quiero tus ligas
más en mi posada,
y aunque me persigas
no se me da nada;
que entonces se gana
la gloria doblada,
cuanto más te huyo
y menos te sigo.
Quita allá, que no quiero
falso enemigo;
quita allá qué no quiero
pendencias contigo.
Alfonso de Cartagena
(Burgos 1387 - id. 1478). Hijo de Pablo de Santa María, famoso judío
converso. Acompañó al Conde de Haro en sus expediciones y está
mencionado por su valentía en la crónica de Juan II. Fue regidor
de Burgos y consejero del Rey Católico. Sus poesías de, inspiración
petrarquista, están recogidas en los CANCIONEROS de 1551 y siguientes:
DIÁLOGO ENTRE EL CORAZÓN Y LA LENGUA, DIÁLOGO ENTRE EL
DIOS AMOR Y UN ENAMORADO, DIÁLOGO ENTRE LA RAZÓN Y LOS OJOS, COPLAS
A LA REINA ISABEL, (encendido elogio de sus virtudes), etc...
NO SÉ PARA QUÉ NASCÍ
No sé para qué nascí,
pues en tal extremo estó,
que el morir no quiere a ml
y el vevir no quiero yo.
Todo el tiempo que viviere
terné muy justa querella
de la muerte, pues no quiere
a mí, queriendo yo a ella.
¿Qué fin espero de aquí
pues la muerte me negó,
porque claramente vio
que era vida para mí?
Carvajales
No se sabe nada de la biografía de este poeta, cuya obra se ha conservado en el Cancionero de Estúñiga.
Con respecto a su origen, se discute si fue castellano o italiano. Sin
duda estuvo ligado a la corte aragonesa de Nápoles. Entre sus
composiciones destacan las serranas ("Passando por la toscana",
"Veniendo de la Campanna", "Entre Sesa et Cintura", etc), que
recientemente han sido estudiadas por Gerli en su relación con las
composiciones del mismo tipo en el Libro de buen amor. También
se conservan de él poemas de amor cortés idealizado, elegías, romances,
etc., así como cuatro composiciones (CXLVI-CXLIX) escritas en italiano y
con dialectalismos napolitanos ("¿Dónde soys, gentil galana", "Tempo
serrebe, hora may", Non credo que più gran doglia" y Adiò, madama, adiò
ma dea")..DESNUDA
Desnuda en una queza
lavando a la fontana,
estaba la niña lozana,
las manos sobre la treza.
Sin zarcillos nin sartal
en una corta camisa,
formosura natural,
la boca llena de risa,
descubierta la cabeza
como ninfa de Dïana;
miraba la niña lozana,
las manos sobre la treza.
Castillejo (Cristóbal de)
(Ciudad Rodrigo 1490 - Viena 1550). Después de servir como paje en
la Corte de los Reyes Católicos, fue monje del Císter en San Martín
de Valdeiglesias. En 1525 pasó a ser Secretario del Archiduque
Fernando, hermano de Carlos I, con quien asistió a la Dieta de Augsburgo.
Viajó mucho por Europa y murió cerca de Viena. Siguió como
poeta la escuela tradicional castellana, oponiéndose a los innovadores
italianizantes: dominó el octosílabo, de hecho su obra poética
está toda ella escrita en octosílabos, con versos de pie quebrado
al estilo de los poetas cancioneriles, componiendo poesías de carácter
religioso o festivo que llegan a veces a los picante. En sus OBRAS DE AMORES,
recoge un pequeño cancionero amoroso a una dama llamada Ana (se ha querido
identificar con Dña. Ana de Schauumburg), a quien dedica también
en 1528, la FÁBULA DE PÍRAMO Y TÍSBE. En las OBRAS DE CONVERSACIÓN
Y PASATIEMPO recoge varios poemas satíricos o jocosos, como la FIESTA
DE LAS CHAMARRAS y la FÁBULA DE ACTEÓN. Su REPREHENSIÓN
CONTRA LOS POETAS ESPAÑOLES QUE ESCRIBEN EN VERSO ITALIANO, viene a ser
una suave burla contra los que utilizan las nuevas formas métricas. CONTRA
LOS ENCARECIMIENTOS DE LAS COPLAS ESPAÑOLAS QUE TRATAN DE AMORES, se
burla de la retórica amatoria de los cancioneros. OBRAS MORALES Y DE
DEVOCIÓN, recoge un extenso poema sobre el hallazgo de la Cruz por Constantino
y un canto de la sibila que es representable. Por sus ideales lingüísticos
en verso y en prosa y por su actitud tan crítica, Castillejo es un escritor
que enlaza con lo medieval aunque pertenezca a la cultura renacentista.
DA MI BASIA MILLE
Dame, amor, besos sin cuento,
asida de mis cabellos,
y mil y ciento tras ellos,
y tras ellos mil y ciento,
y después
de muchos millares, tres;
y porque nadie lo sienta,
desbaratemos la cuenta
y contemos al revés.
REPRENSIÓN CONTRA LOS POETAS ESPAÑOLES
QUE ESCRIBEN EN VERSO ITALIANO
Pues la sancta Inquisición
suele ser tan diligente
en castigar con razón
cualquier secta y opinión
levantada nuevamente,
resucítese Lucero,
a corregir en España
una tan nueva y extraña,
como aquella de Lutero
en las partes de Alemaña.
Bien se pueden castigar
a cuenta de anabaptistas,
pues por ley particular
se tornan a baptizar
y se llaman petrarquistas.
Han renegado la fee
de las trovas castellanas,
y tras las italianas
se pierden, diciendo que
son más ricas y lozanas.
El juicio de lo cual
yo lo dejo a quien más sabe;
pero juzgar nadie mal
de su patria natural
en gentileza no cabe;
y aquella cristiana musa
del famoso Joan de Mena,
sintiendo desto gran pena,
Por infieles los acusa
Y de aleves los condena.
«Recuerde el alma dormida»
dice don Jorge Manrique;
Y muéstrese muy sentida
de cosa tan atrevida,
por que más no se platique.
Garcí-Sánchez respondió:
«¡Quién me otorgase, señora,
vida y seso en esta hora
para entrar en campo yo
con gente tan pecadora!»
«Si algún Dios de amor había,
dijo luego Cartagena,
muestre aquí su valentía
contra tan gran osadía,
venida de tierra ajena.»
Torres Naharro replica:
«Por hacer, Amor, tus hechos
consientes tales despechos,
y que nuestra España rica
se prive de sus derechos.»
Dios dé su gloria a Boscán
y a Garcilaso poeta,
que con no pequeño afán
y por estilo galán
sostuvieron esta seta,
y la dejaron acá
ya sembrada entre la gente;
por lo cual debidamente
les vino lo que dirá
este soneto siguiente:
SONETO
Garcilaso y Boscán, siendo llegados
al lugar donde están los trovadores
que en esta nuestra lengua y sus primores
fueron en este siglo señalados,
los unos a los otros alterados
se miran, con mudanza de colores,
temiéndose que fuesen corredores
espías o enemigos desmandados;
y juzgando primero por el traje,
paresciéronles ser, como debía,
gentiles españoles caballeros;
y oyéndoles hablar nuevo lenguaje
mezclado de extranjera poesía,
con ojos los miraban de extranjeros.
Mas ellos, caso que estaban
sin favor y tan a solas,
contra todos se mostraban,
y claramente burlaban
de las coplas españolas,
canciones y villancicos,
romances y cosa tal,
arte mayor y real,
y pies quebrados y chicos,
y todo nuestro caudal.
Y en lugar destas maneras
de vocablos ya sabidos
en nuestras trovas caseras,
cantan otras forasteras,
nuevas a nuestros oídos:
sonetos de grande estima,
madrigales y canciones
de diferentes renglones,
de octava y tercera rima
y otras nuevas invenciones.
Desprecian cualquier cosa
de coplas compuestas antes,
por baja de ley, y astrosa
usan ya de cierta prosa
medida sin consonantes.
A muchos de los que fueron
elegantes y discretos
tienen por simples pobretos,
por sólo que no cayeron
en la cuenta a los sonetos.
Daban, en fin, a entender
aquellos viejos autores
no haber sabido hacer
buenos metros ni poner
en estilo los amores;
y qu'el metro castellano
no tenía autoridad
de decir con majestad
lo que se dice en toscano
con mayor felicidad.
Mas esta falta o manquera
no la dan a nuestra lengua,
qu'es bastante y verdadera,
sino sólo dicen que era
de buenos ingenios mengua;
y a la causa en lo pasado
fueron todos carescientes
destas trovas excellentes
que han descubierto y hallado
los modernos y presentes.
Viendo pues que presumían
tanto de su nueva ciencia
dijéronles que querían
de aquello que referían
ver algo por experiencia;
para prueba de lo cual,
por muestra de novel uso,
cada cual de ellos compuso
una rima en especial,
cual se escribe aquí de yuso.
SONETO
Si las penas que dais son verdaderas,
como bien lo sabe el alma mía,
¿por qué no me acaban? y sería
sin ellas el morir muy más de veras;
y si por dicha son tan lisonjeras,
y quieren retozar con mi alegría,
decid, ¿por qué me matan cada día
de muerte de dolor de mil maneras?
Mostradme este secreto ya, señora,
sepa yo por vos, pues por vos muero,
si lo que padezco es muerte o vida;
porque, siendo vos la matadora,
mayor gloria de pena ya no quiero
que poder alegar tal homicida.
OCTAVA
Ya que mis tormentos son forzados
bien que son sin fuerza consentidos,
¿qué mayor alivio en mis cuidados
que ser por vuestra causa padecidos?
Sí como son en vos bien empleados
de vos fuesen, señora, conoscidos,
la mayor angustia de mi pena
sería de descanso y gloria llena.
Juan de Mena, como oyó
la nueva trova polida,
contentamiento mostró,
caso que se sonrió
como de cosa sabida,
y dijo: «Según la prueba,
once sílabas por pie
yo hallo causa por qué
se tenga por cosa nueva,
pues yo mismo las usé.
Don Jorge dijo: «No veo
nescesidad ni razón
de vestir nuevo deseo
de coplas que por rodeo
van diciendo su intención.
Nuestra lengua es muy devota
de la clara brevedad,
y esta trova, a la verdad,
por el contrario, denota
oscura prolijidad.»
Garci-Sánchez se mostró
estar con alguna saña,
y dijo: «No cumple, no,
al que en España nasció
valerse de tierra extraña;
porque en solas mis liciones,
miradas bien sus estancias,
veréis tales consonancias,
que Petrarca y sus canciones
queda atrás en elegancias.»
Cartagena dijo luego,
como plático en amores:
«Con la fuerza d'este fuego
no nos ganarán el juego
estos nuevos trovadores;
muy melancólicas son
estas trovas, a mi ver,
enfadosas de leer,
tardías de relación
y enemigas de placer.»
Torres dijo: «Si yo viera
que la lengua castellana
sonetos de mí sufriera,
fácilmente los hiciera,
pues los hice en la romana;
pero ningún sabor tomo
en coplas tan altaneras,
escriptas siempre de veras,
que corren con pies de plomo,
muy pesadas de caderas.»
Al cabo la conclusión
fue que por buena crianza
y por honrar la invención
de parte de la nación
sean dignas de alabanza.
Y para que a todos fuese
manifiesto este favor,
se dio cargo a un trovador
que aquí debajo escribiese
un soneto en su loor.
SONETO
Musas italianas y latinas,
gentes en estas partes tan extrañas,
¿cómo habéis venido a nuestra España
tan nuevas y hermosas clavellinas?
O ¿quién os ha traído a ser vecinas
del Tajo, de sus montes y campaña?
o ¿quién es el que os guía y acompaña
de tierras tan ajenas peregrinas?
Don Diego de Mendoza y Garcilaso
nos trujeron, y Boscán y Luis de Haro
por orden y favor del dios Apolo.
Los dos llevó la muerte paso a paso,
Solimán el uno y por amparo
nos queda don Diego, y basta solo.
VISITA DE AMOR
Unas coplas muy cansadas,
con muchos pies arrastrando,
a lo toscano imitadas,
entró un amador cantando,
enojosas y pesadas.
Cada pie con dos corcovas,
y de peso doce arrobas,
trovadas al tiempo viejo.
Dios perdone a Castillejo.
que bien habló de estas trovas.
Dijo Amor: «¿Dónde se aprende
este metro tan prolijo,
que las orejas ofende?
«Alglrabía de allende»:
el sujeto frío y duro,
y el estilo, tan escuro,
que la dama en quien se emplea
duda, por sabia que sea,
si es requiebro o es conjuro.»
«Ved si la invención es basta,
pues Garcilaso y Boscán,
las plumas puestas por asta
cada uno es un Roldán,
y, con todo, no le basta;
yo no alcanzo cuál engaño
te hizo para tu daño,
con locura y desvarío,
meter en mi señorío
moneda de reino extraño.»
«Con dueñas y con doncellas
(dijo Venus), ¿qué pretende
quien las dice sus querellas
en lenguaje que no entiende
él, ni yo, ni vos, ni ellas?
Sentencio al que tal hiciere
que la dama por quien muere
lo tenga por cascabel,
y que haga burla dél
y de cuanto le escribiere.»
SUEÑO
Yo, señora, me soñaba
un sueño que no debiera:
que por mayo me hallaba
en un lugar do miraba
una muy linda ribera,
tan verde, florida y bella,
que de mirallia y de vella
mil cuidados deseché,
y con solo uno quedé
muy grande, por gozar della.
Sin temer que allí podría
haber pesares ni enojos,
cuanto más dentro me vía,
tanto más me parecía
que se gozaban mis ojos.
Entre las rosas y flores
cantaban los ruiseñores,
las calandrias y otras aves,
con sones dulces, suaves,
pregonando sus amores.
Agua muy clara corría,
muy serena al parecer,
tan dulce si se bebía,
que mayor sed me ponía
acabada de beber.
Si a los árboles llegaba,
entre las ramas andaba
un airecico sereno,
todo manso, todo bueno,
que las hojas meneaba.
Buscando dónde m'echar,
apartéme del camino,
y hallé para holgar
un muy sabroso lugar
a la sombra de un espino;
do tanto placer sentí
y tan contento me vi,
que diré que sus espinas
en rosas y clavellinas
se volvieron para mí.
En fin, que ninguna cosa
de placer y de alegría,
agradable ni sabrosa,
en esta fresca y hermosa
ribera me fallecía.
Yo, con sueño no liviano,
tan alegre y tan ufano
y seguro me sentía,
que nunca pensé que había
de acabars'allí el verano.
Lejos de mi pensamiento
dend'a poco me hallé,
que así durmiendo contento,
a la voz de mi tormento
el dulce sueño quebré;
y hallé que la ribera
es una montaña fiera
muy áspera de subir,
donde no espero salir
de cautivo hasta que muera.
Encina (Juan del)
(Encina de San Silvestre (Salamanca) 1468 - León 1529). De familia
humilde pudo seguir estudios universitarios en Salamanca y más tarde
fue admitido en la casa de D. Fadrique de Toledo, segundo duque de Alba, para
la que escribió desde 1493 algunas piezas teatrales que denominó
ÉGLOGAS. En 1519, establecido en Roma, inició una segunda etapa
de su vida artística: León X le distinguió y le concedió
la merced del priorato de León. En 1519 emprende viaje a Tierra Santa
para cantar su primera misa en el Monte Sión. Poeta precoz, puesto que
compuso antes del primer viaje a Italia, la mayor parte de su obra, publicada
con el título de CANCIONERO. Posee una triple vertiente de poeta, músico
y dramaturgo. Se le puede considerar como un autor de transición que
toma parte de la tradición medieval y de la renovación renacentista,
por lo que su obra refleja dos momentos. el de su mocedad (más medieval)
y el de su madurez (más renacentista).
VILLANCICO
Hoy comamos y bebamos
y cantemos y holguemos,
que mañana ayunaremos.
Por honra de Santantruejo
parémonos hoy bien anchos,
embutamos estos panchos,
recalquemos el pellejo.
Que costumbre es de concejo
que todos hoy nos hartemos,
que mañana ayunaremos.
Honremos a tan buen santo
porque en hambre nos acorra;
comamos a calcaporra,
que mañana hay gran quebranto.
Comamos, bebamos tanto
hasta que nos reventemos,
que mañana ayunaremos.
«Bebe, Bras.» «Más tú, Beneito.»
«Beba Pedruelo y Lloriente.»
«Bebe tú primeramente;
quitarnos has de ese pleito.»
«En beber bien me deleito.»
«Daca, daca, beberemos,
que mañana ayunaremos.»
Tomemos hoy gasajado
que mañana vien la muerte
bebamos, comamos fuerte,
vámonos cara al ganado;
no perderemos bocado,
que comiendo nos iremos,
y mañana ayunaremos.
NO TE TARDES, CARCELERO
No te tardes, que me muero,
carcelero,
no te tardes, que me muero.
Apresura tu venida
porque no pierda la vida,
que la fe no está perdida,
carcelero,
no te tardes, que me muero.
Bien sabes que la tardanza
trae gran desconfianza
ven y cumple mi esperanza,
carcelero,
no te tardes, que me muero.
Sácame de esta cadena,
que recibo muy gran pena
pues tu tardar me condena,
carcelero,
no te tardes, que me muero.
La primer vez que me viste,
sin te vencer me venciste,
suéltame, pues me prendiste,
carcelero,
no te tardes, que me muero.
La llave para soltarme
ha de ser galardonarme
proponiendo no olvidarme,
carcelero,
no te tardes, que me muero.
Y siempre, cuanto vivieres,
haré lo que tú quisieres,
si merced hacer me quieres,
carcelero,
no te tardes, que me muero.
YA CERRADAS SON LAS PUERTAS
Ya cerradas son las puertas
de mi vida,
y la llave es ya perdida.
Tiénelas por bien cerradas
el portero del Amor;
no tiene ningún temor
que de mí sean quebradas.
Son las puertas ya cerradas
de mi vida,
y la llave es ya perdida.
Las puertas son mis servicios,
la cerradura es olvido,
la llave que se ha perdido
es perder los beneficios.
Así que fuera de quicios
va mi vida,
y la llave es ya perdida.
Pues la vida está en poder
de aquella que siempre amo;
ahora triste, aunque llamo,
no me quiere responder.
Cerróme con su poder
la salida,
y la llave es ya perdida.
Servíla con tanta fe,
con cuanta nadie sirvió;
el galardón que me dio
fue peor que nunca fue.
Cerróme no sé por qué
la salida,
y la llave es ya perdida.
Femández
de Heredia (Juan)
(Munébraga (Zaragoza) hacia 1310 - Caspe 1396). Gran Maestre de la
Orden de San Juan de Jerusalén, fue comendador de Alfambra, de Aliaga,
de Villel y de Castellón de Amposta. Intervino en los sucesos de la época
de Pedro IV el Ceremonioso de Aragón y en la corte de Aviñón
como destacado político. Fue soldado y diplomático en la guerra
de los Cien Años, resultando gravemente herido en la batalla de Crécy
(1346). Fue hecho prisionero por los turcos en París, permaneciendo cautivo
durante tres años. Los últimos años de su vida los
dedicó a la erudición histórica, reuniendo una magnífica
biblioteca que, a su muerte, pasó parcialmente al Marqués de Santillana.
Por su iniciativa se redactó el CARTULARIO MAGNO DE LA ORDEN DE SAN JUAN
DE JERUSALÉN.
CANCIÓN
Puso tanto sentimiento
en mí el veros partir,
que la pena del morir
de pequeña no la siento.
Porque el cuerpo, de tollido,
de sentir penas doliente,
ya no sabe lo que siente,
porque no tiene sentido.
El mal que da sentimiento
en el alma es de sentir,
que la pena del morir
de pequeña no la siento.
CANCIÓN
Quien a dos amores ama,
a traición le saquen el alma.
Sin ninguna compasión,
muera muy peor que digo
el traidor que fuere amigo
de ley tan fuera razón.
Y pues hace tal traición,
que en dos partes se derrama,
a traición le saquen el alma.
Gil-Vicente
Poeta y dramaturgo portugués (Lisboa?, Guimaraes? 1465? - Evora 1536?).
Fue músico, orfebre y actor y desempeño cargos en la corte
portuguesa. Es posible que estudiara Derecho. Fue su hijo, Luis Vicente
quien publicó sus obras en Lisboa. Escritor bilingüe, su producción
es de tal variedad que es difícil clasificarla con exactitud, estando
dotada de una fina musicalidad y gran valor lírico. Ligado a la tradición
peninsular, estiliza los temas populares dotándolos de una gran elegancia.
De sus 44 obras dramáticas, 11 están en castellano, 16 en
portugués y en el resto se usan los dos idiomas. Algunas de sus
obras son: AUTO PASTORIL CASTELLANO, AUTO DA ANIMA, AUTO DA SIBILA CASANDRA,
DANZAS DE LA MUERTE, etc...
DICEN QUE ME CASE
Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
Más quiero vivir segura
n'esta tierra a mi soltura,
que no estar en aventura
si casaré bien o no.
Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
Madre, no seré casada
por no ver vida cansada,
o quizá mal empleada
la gracia que Dios me dió.
Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
No será ni es nacido
tal para ser mi marido;
y pues que tengo sabido
que la flor yo me la só.
Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
MUY GRACIOSA ES LA DONCELLA
Muy graciosa es la doncella,
¡cómo es bella y hermosa!
Digas tú, el marinero
que en las naves vivías,
si la nave o la vela o la estrella
es tan bella.
Digas tú, el caballero
que las armas vestías,
si el caballo o las armas o la guerra
es tan bella.
Digas tú, el pastorcico
que el ganadico guardas,
si el ganado o los valles o la sierra
es tan bella.
Fray Antonio de Guevara
(Treceño 1480 - Mondoñedo (Lugo) 1545). Descendiente de familia
noble, procedente de las Asturias de Santillana, estuvo en la corte de los Reyes
Católicos y fue paje del príncipe D.Juan. A la muerte de la reina
Isabel ingresó en la orden franciscana. Su fama de orador le llevó
a ser predicador de la corte del Emperador. Más tarde fue nombrado inquisidor
de Toledo y Valencia y obispo de Guadix y Mondoñedo. Gozó de la
amistad del Emperador sobre el que ejerció gran influencia. Sus obras
más conocidas son: EL RELOX DE PRÍNCIPES O LIBRO ÁUREO
DEL EMPERADOR y MENOSPRECIO DE CORTE Y ALABANZA DE ALDEA. Está enterrado
en el monasterio de San Francisco de Valladolid.
ESPARSA
Las aves andan volando,
cantando canciones ledas,
las verdes hojas temblando,
las aguas dulces sonando,
los pavos hacen las ruedas:
yo, sin ventura amador,
contemplando mi tristura,
deshago por mi dolor
la gentil rueda de amor
que hice por mi ventura.
Juan
II de Castilla
(Toro (Zamora) 1405 - Valladolid 1454). Hijo de Enrique III, durante su minoría
ejerció la regencia su tío D. Fernando, luego Fernando I de Aragón.
Su reinado se caracterizó por la rivalidad entre los infantes de
Aragón, hijos de Fernando I y el condestable de Castilla D. Alvaro de
Luna, valido del Rey, que murió ejecutado en 1380. Fue el padre de Isabel
la Católica.
C A N C I Ó N
Amor, yo nunca pensé,
aunque poderosso eras,
que podrías tener maneras
para trastornar la fe,
fast'agora que lo sé.
Pensaba que conocido
te devía yo tener,
mas non podiera creer
que eras tan mal sabido,
nin tanpoco yo pensé,
aunque poderoso eras,
que podrías tener maneras
para trastornar la fe,
fast'agora que lo sé.
López de Mendoza, Marqués
de Santillana (Íñigo)
(Carrión de los Condes (Palencia) 1398 - Guadalajara 1458). Hijo del
almirante de Castilla D. Diego Hurtado de Mendoza, intervino de manera activa
en la política de su tiempo, unas veces al lado del monarca, Juan II,
y otras en contra. Logró la rendición de Huelma y participó
en la batalla de Olmedo, donde por su valiosa actuación le concedió
el rey los títulos de Marqués de Santillana y Conde del real de
Manzanares. Típico representante español del Prerrenacimiento,
poseyó una vasta cultura y conoció muy bien la literatura italiana
de la época, especialmente a Petraca. Su obra poética puede dividirse
en tres grupos: los poemas de tendencia italianizante, la poesía doctrinal
y moralista y las obras de diversión. Su poema italianizante más
extenso es la COMEDIETA DE PONZA, dedicado a exaltar la figura de Alfonso V
en la batalla naval de Ponza. Destacó sobre todo por sus SERRANILLAS,
opuestas en forma y temática a las de su contemporáneo Juan Ruiz,
Arcipreste de Hita. Se atribuye También al Marqués de Santillana
una breve colección de REFRANES QUE DICEN LAS VIEJAS TRAS EL FUEGO, obra
que inaugura el ciclo de los refraneros, que tan espléndida floración
tuvo en el s.XV.
SERRANILLA III
Desque nací,
no vi tal serrana
como esta mañana.
Allá en la vegüela
a Matalespino,
en ese camino
que va a Lozoyuela,
de guisa la vi
que me hizo gana
la fruta temprana.
Garnacha traía
de oro, presada
con broncha dorada,
que bien parecía.
A ella volví
diciendo: «Lozana,
¿y sois vos villana?»
«Sí soy, caballero;
si por mí lo habedes,
decid ¿qué queredes?,
hablad verdadero.»
Yo le dije así:
«Juro por Santa Ana
que no sois villana.»
SONETO QUE EL MARQUÉS HIZO, QUEJÁNDOSE
DE LOS DAÑOS DE ESTE REINO
¿Hoy qué diré de ti, triste
hemisferio,
oh patria mía, que veo del todo
ir todas cosas ultra el recto modo;
donde se espera inmenso lacerio?
¡Tu gloria y laude tomó vituperio
y la tu clara fama en oscureza!
Por cierto, España, muerta es tu nobleza,
y tus loores tornados hacerio.
¿Dó es la fe? ¿Dó
es la caridad?
¿Dó la esperanza? Ca por cierto ausentes
son de las tus regiones y partidas.
¿Dó es justicia, templanza, igualdad,
prudencia y fortaleza? ¿Son presentes?
Por cierto non: que lejos son huidas.
SERRANILLA VI
Moza tan fermosa
no vi en la frontera,
como una vaquera
de la Finojosa.
Haciendo la vía
del Calatraveño,
a Santa María
vencido del sueño,
por tierra fragosa
perdí la carrera,
do vi la vaquera
de la Finojosa.
En un verde prado
de rosas y flores,
guardando ganado
con otros pastores,
la vi tan graciosa,
que apenas creyera
que fuese vaquera
de la Finojosa.
No creo las rosas
de la primavera
sean tan hermosas
ni de tal manera
(hablando sin glosa)
si antes supiera
de aquella vaquera
de la Finojosa.
No tanto mirara
su mucha beldad,
porque me dejara
en mi libertad.
Mas dije: «Donosa
(por saber quién era),
¿aquella vaquera
de la Finojosa?...»
Bien como riendo,
dijo: «Bien vengades,
que ya bien entiendo
lo que demandades:
no es deseosa
de amar, ni lo espera,
aquesa vaquera
de la Finojosa».
VILLANCICO
Por una gentil floresta
de lindas flores y rosas
vide tres damas hermosas,
que de amores han recuesta.
Yo con voluntad muy presta
me llegué a conocellas:
comenzó la una de ellas
esta canción tan honesta:
Aguardan a mí;
nunca tales guardas vi.
Por mirar su hermosura
de estas tres gentiles damas,
yo cubríme con las ramas,
metíme so la verdura.
La otra con grand tristura
comenzó de suspirar,
a decir este cantar
con muy honesta mesura:
La niña que amores ha
sola ¿cómo dormirá?
Por no les hacer turbanza
no quise ir más adelante
a las que con ordenanza
cantaban tan consonante.
La otra con buen semblante
dijo: Señoras de estado,
pues las dos habéis cantado,
a mí conviene que cante:
Dejadlo al villano pene,
véngueme Dios de elle.
Desque ya hubieron cantado
estas señoras que digo,
yo salí desconsolado,
como hombre sin abrigo.
Ellas dijeron: Amigo,
no sois vos el que buscamos;
mas cantad, pues que cantamos:
Suspirando iba la niña,
e no por mí,
que yo bien se lo entendí.
CANCIÓN
Recuérdate de mi vida,
pues que viste
mi partir y despedida
ser tan triste.
Recuérdate que padezco
y padecí
las penas que no merezco,
desque vi
la respuesta no debida
que me diste;
por lo cual mi despedida
fue tan triste.
Pero no cuides, señora,
que por esto
te fui ni te sea agora
menos presto;
que de llaga no fingida
me heriste;
así que mi despedida
fue tan triste.
Macías, ("El enamorado")
(Padrón (La Coruña), principios del s.XV - Arjonilla (Jaén)
s.XV). Incluido en el "Cancionero de Baena", es conocido tanto por
sus versos como por su legendaria vida que inspiró numerosas obras literarias
posteriores. Representa el prototipo del enamorado que afronta todos los riesgos:
parece que por cortejar a una dama casada fue encarcelado y muerto por el marido
de una lanzada, a través de las rejas de la prisión, (esta leyenda
ha llegado a nosotros en versiones diferentes). Como poeta pertenece al
final del ciclo trovadoresco gallego. Se conservan cuatro de sus composiciones:
CATIVO DE MIÑA TRISTURA, AMOR CRUEL E BRIOSO, SENNORA EN QUIEN FIANÇA
y PODREIS BURLAR DE MESSURA.
CATIVO DE MIÑA TRISTURA
Cativo de miña tristura
xa todos prenden espanto
e preguntan que ventura
foi que me tormenta tanto.
Mais non sei no mundo amigo
a quen mais de meu quebranto
diga desto que vos digo:
Quen ben see, nunca debia
al pensar, que las folia.
Cuidei sobir en altesa
por cobrar maior estado,
e cai en tal pobresa
que moiro desamparado,
con pesar e con deseio,
que vos direi, malfadado
o que eu ben sei e veio:
Cando o loco quer mais alto
sobir, prende maior salto.
Pero que provei sandeçe,
porque me deba pesar
miña locura asi cresçe,
que moiro por me torvar;
pero mais non haberei
se non ver e deseiar,
e, por en, asi direi:
Quen en carçel sol viver
en carçel deseia morrer.
Miña ventura, en demanda
me pos en atan dultada
que meu coraçon me manda
que seia sempre negada;
pero mais non saberan
de miña coita lasdrada
e, por en, asi diran:
Can rabioso e cousa brava,
de seu señor sei que
trava.
Pois me falesçeu ventura
en o tempo de pracer,
non espero haber folgura
mais por sempre entristecer.
Turmentado e con tristura,
clamarei ora por mi:
Deus meu, eli, eli,
eli lama sabac thani.
Quen mias coitas entendese
e meu dolor e quebranto
e de min se adolesçese,
comigo faria pranto;
quanto mais se ben soubese
o gran ben que eu perdi:
Deus meu, eli, eli,
eli lama sabac thani.
CANTIGA EN LOORES DEL AMOR
Con tan alto poder yo
Amor nunca fue juntado,
nin con tal orgullo e brío
qual yo vy por mi pecado
contra mí que fui sandío
denodado en yr a ver,
su gran poder
e muy alto señoryo.
Con él venía Mesura,
e la noble Cortesya,
la poderosa Cordura
la bryosa Loçanía:
rreglávalos Fermosura
que traya gran valor,
porque Amor
venció la mi gran locura.
En mi coraçon syn seso
desque las sus ases vydo,
fallesçióme e fuy preso,
e finqué muy mal ferido:
la mi vida es un pesso
sy acorro non me ven,
ora de quen
el desir no era defeso.
Rendyme a su altesa
desque fuy desbaratado,
e priso me con cruesa
onde bivo encarcelado;
las mis guardas son Tristesa
e Cuydado en que beví,
después que
vy
la su muy gran rrealesa.
Maldonado, (Gabriel López)
Poeta Lírico del s. XVI. Más célebre que por sus versos
lo es porque Cervantes lo nombra en el cap VI de la primera parte del Quijote
al hacer "el donoso y grande escrutinio" de la librería el
Cura y el Barbero. Era cantor a la vez que poeta y esta habilidad es la que
más ponderaban en él sus contemporáneos. Como poeta pertenece
al grupo de los de la última parte del siglo. Era castellano, quizás
de Toledo y fue doméstico, secretario o músico de Doña
Tomasa de Borja y Enríquez, señora de las villas de Grajar y Valverde,
a cuyo servicio se hallaba en el momento de publicar su CANCIONERO. Acompañando
a su señora fue a Valencia, donde acababa de fundarse la célebre
"Academia de los Nocturnos" y a ella se incorporó el poeta
tomando el nombre de "Sincero" y leyendo un soneto sobre los celos.
Al final de su vida, pasó al servicio de Felipe III.
EL AMOR
¡Ay, amor,
perjuro, falso, traidor!
Enemigo
de todo lo que no es mal;
desleal
el que tiene ley contigo.
Falso amigo
al que te das por mayor,
¡ay, amor,
perjuro, falso, traidor!
Tus daños
nos dan claro a entender
que un placer
es pesar de cien mil años
y en mis daños
esto se prueba mejor.
¡Ay, amor,
perjuro, falso, traidor!
Manrique (Jorge)
(Paredes de Nava (Palencia)1440? - Castillo de Garci-Muñoz (Cuenca)
1479). Hijo del Conde de Paredes, D. Rodrigo Manrique y sobrino de don Gómez
Manrique, heredó la afición familiar de las armas y las letras.
Intervino en política y en varios hechos bélicos. Fue partidario
de D. Alfonso y luego de su hermana Isabel, en defensa de su derecho a ocupar
el trono. Luchando contra el Marqués de Villena que defendía los
derechos de Juana la Beltraneja, murió heroicamente cerca del castillo
de Garci- Muñoz. Parece que fue enterrado en la Iglesia de Uclés,
pero hoy se ignora el paradero de sus restos. Escribió algunas poesías
líricas conforme al gusto provenzal, pero debe su fama a una obra que
está fuera de las corrientes amatoria y alegórico dantesca vigentes
en su época: las COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE, que hacen de él
uno de los más extraordinarios poetas españoles.
POEMAS MORALES
COPLAS POR LA MUERTE
DE SU PADRE
I
Recuerde el alma dormida,
avive el seso e despierte,
contemplando
cómo se passa la vida;
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer;
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquiera tiempo passado
fue mejor.
II
Pues si vemos lo presente,
cómo en un punto s'es ido
e acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo non venido
por passado.
Non se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera
más que duró lo que vio,
pues que todo ha de passar
por tal manera.
III
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
qu'es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
e consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
e más chicos,
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
e los ricos.
INVOCACIÓN
IV
Dexo las invocaciones
de los famosos poetas
y oradores;
nón curo de sus ficciones,
que traen yerbas secretas
sus sabores.
Aquél sólo m'encomiendo,
Aquél sólo invoco yo
de verdad,
que en este mundo viviendo,
el mundo non conoció
su deidad.
V
Este mundo es el camino
para el otro, qu'es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nascemos,
andamos mientra vivimos,
e llegamos
al tiempo que feneçemos;
assí que cuando morimos,
descansamos.
VI
Este mundo bueno fue
si bien usásemos dél
como debemos,
porque, segund nuestra fe,
es para ganar aquél
que atendemos.
Aun aquel fijo de Dios
para sobirnos al cielo
descendió
a nescer acá entre nos,
y a vivir en este suelo
do murió.
VII
Si fuesse en nuestro poder
hazer la cara hermosa
corporal,
como podemos hazer
el alma tan glorïosa
angelical,
¡que diligencia tan viva
toviéramos toda hora,
e tan presta,
en componer la cativa
dexándonos la señora
descompuesta!
VIII
Ved de cuán poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,
que, en este mundo traidor,
aun primero que muramos
las perdemos.
Dellas deshaze la edad,
dellas casos desastrados
que acaeçen,
dellas, por su calidad,
en los más altos estados
desfallescen.
IX
Dezidme: La hermosura
la gentil frescura y tez
de la cara,
la color e la blancura,
cuando viene la vejez,
¿cuál se pára?
Las mañas e ligereza
e la fuerça corporal
de juventud,
todo se torna graveza
cuando llega el arrabal
de senectud.
X
Pues la sangre de los godos
y el linaje e la nobleza
tan crescida,
¡por cuántas vías e modos
se pierde su grand alteza
en esta vida!
Unos, por poco valer,
por cuán baxos e abatidos
que los tienen;
otros que, por non tener,
con oficios non debidos
se mantienen.
XI
Los estados e riqueza,
que nos dexan a deshora
¿quién lo duda?,
non les pidamos firmeza,
pues que son d'una señora;
que se muda,
que bienes son de Fortuna
que revuelven con su rueda
presurosa,
la cual non puede ser una
ni estar estable ni queda
en una cosa.
XII
Pero digo c'acompañen
e lleguen fasta la fuessa
con su dueño:
por esso non nos engañen,
pues se va la vida apriessa
como sueño.
e los deleites d'acá
son, en que nos deleitamos,
temporales,
e los tormentos d'allá,
que por ellos esperamos,
eternales.
XIII
Los plazeres e dulçores
desta vida trabajada
que tenemos,
non son sino corredores,
e la muerte, la çelada
en que caemos.
Non mirando a nuestro daño,
corremos a rienda suelta
sin parar;
desque vemos el engaño
y queremos dar la vuelta
no hay lugar.
XIV
Esos reyes poderosos
que vemos por escripturas
ya passadas
con casos tristes, llorosos,
fueron sus buenas venturas
trastornadas;
assí, que no ay cosa fuerte,
que a papas y emperadores
e perlados,
assí los trata la muerte
como a los pobres pastores
de ganados.
XV
Dexemos a los troyanos,
que sus males non los vimos,
ni sus glorias;
dexemos a los romanos,
aunque oimos e leimos
sus hestorias;
non curemos de saber
lo d'aquel siglo passado
qué fue d'ello;
vengamos a lo d'ayer,
que también es olvidado
como aquello.
XVI
¿Qué se hizo el rey don Joan?
Los Infantes d'Aragón
¿qué se hizieron?
¿Qué fue de tanto galán,
¿qué de tanta inuinción
que truxeron?
¿Fueron sino devaneos,
qué fueron sino verduras
de las eras,
las justas e los torneos,
paramentos, bordaduras
e çimeras?.
XVII
¿Qué se hizieron las damas,
sus tocados e vestidos
sus olores?
¿Qué se hizieron las llamas
de los fuegos encendidos
d'amadores
¿Qué se hizo aquel trovar,
las músicas acordadas
que tañían?
¿Qué se hizo aquel dançar,
aquellas ropas chapadas
que traían?
XVIII
Pues el otro, su heredero
don Anrique, ¡qué poderes
alcançaba!
¡Cuánd blando, cuánd halaguero
el mundo con sus plazeres
se le daba!
Mas verás cuánd enemigo,
cuánd contrario, cuánd cruel
se le mostró;
habiéndole sido amigo,
¡cuánd poco duró con él
lo que le dio!
XIX
Las dádivas desmedidas,
los edeficios reales
llenos d'oro,
las vaxillas tan fabridas
los enriques e reales
del tesoro,
los jaezes, los caballos
de sus gentes e atavíos
tan sobrados
¿dónde iremos a buscallos?;
¿qué fueron sino rocíos
de los prados?
XX
Pues su hermano el innocente
qu'en su vida sucessor
se llamó
¡qué corte tan excellente
tuvo, e cuánto grand señor
le siguió!
Mas, como fuesse mortal,
metióle la Muerte luego
en su fragua.
¡Oh jüicio divinal!,
cuando más ardía el fuego,
echaste agua.
XXI
Pues aquel grand Condestable
maestre que conoscimos
tan privado,
non cumple que dél se hable,
mas sólo cómo lo vimos
degollado.
Sus infinitos tesoros,
sus villas e sus lugares,
su mandar,
¿qué le fueron sino lloros?,
¿qué fueron sino pesares
al dexar?
XXII
E los otros dos hermanos,
maestres tan prosperados
como reyes,
c'a los grandes e medianos
truxieron tan sojuzgados
a sus leyes;
aquella prosperidad
qu'en tan alto fue subida
y ensalzada,
¿qué fue sino claridad
que cuando más encendida
fue amatada?
XXIII
Tantos duques excelentes,
tantos marqueses e condes
e varones
como vimos tan potentes,
dí, Muerte, ¿dó los escondes,
e traspones?
E las sus claras hazañas
que hizieron en las guerras
y en las pazes,
cuando tú, cruda, t'ensañas,
con tu fuerça las atierras
e desfazes.
XXIV
Las huestes inumerables,
los pendones, estandartes
e banderas,
los castillos impugnables,
los muros e balüartes
e barreras,
la cava honda, chapada,
o cualquier otro reparo,
¿qué aprovecha?
Cuando tú vienes airada,
todo lo passas de claro
con tu flecha.
XXV
Aquel de buenos abrigo,
amado, por virtuoso,
de la gente,
el maestre don Rodrigo
Manrique, tanto famoso
e tan valiente;
sus hechos grandes e claros
non cumple que los alabe,
pues los vieron;
ni los quiero hazer caros,
pues qu'el mundo todo sabe
cuáles fueron.
XXVI
Amigo de sus amigos,
¡qué señor para criados
e parientes!
¡Qué enemigo d'enemigos!
¡Qué maestro d'esforçados
e valientes!
¡Qué seso para discretos!
¡Qué gracia para donosos!
¡Qué razón!
¡Qué benino a los sujetos!
¡A los bravos e dañosos,
qué león!
XXVII
En ventura, Octavïano;
Julio César en vencer
e batallar;
en la virtud, Africano;
Aníbal en el saber
e trabajar;
en la bondad, un Trajano,
Tito en liberalidad
con alegría;
en su braço, Aureliano;
Marco Atilio en la verdad
que prometía.
XXVIII
Antoño Pío en clemencia;
Marco Aurelio en igualdad
del semblante;
Adriano en la elocuencia;
Teodosio en humanidad
e buen talante.
Aurelio Alexandre fue
en deciplina e rigor
de la guerra;
un Constantino en la fe,
Camilo en el grand amor
de su tierra.
XXIX
Non dexó grandes tesoros,
ni alcançó muchas riquezas
ni vaxillas;
mas fizo guerra a los moros
ganando sus fortalezas
e sus villas;
en las lides que venció,
cuántos moros e cavallos
se perdieron;
y en este oficio ganó
las rentas e los vasallos
que le dieron.
XXX
Pues por su honra y estado,
en otros tiempos pasados
¿cómo s'hubo?
Quedando desamparado,
con hermanos e criados
se sostuvo.
Después que fechos famosos
fizo en esta misma guerra
que hazía,
fizo tratos tan honrosos
que le dieron aun más tierra
que tenía.
XXXI
Estas sus viejas hestorias
que con su braço pintó
en joventud,
con otras nuevas victorias
agora las renovó
en senectud.
Por su gran habilidad,
por méritos e ancianía
bien gastada,
alcançó la dignidad
de la grand Caballería
dell Espada.
XXXII
E sus villas e sus tierras,
ocupadas de tiranos
las halló;
mas por çercos e por guerras
e por fuerça de sus manos
las cobró.
Pues nuestro rey natural,
si de las obras que obró
fue servido,
dígalo el de Portogal,
y, en Castilla, quien siguió
su partido.
XXXIII
Después de puesta la vida
tantas vezes por su ley
al tablero;
después de tan bien servida
la corona de su rey
verdadero;
después de tanta hazaña
a que non puede bastar
cuenta cierta,
en la su villa d'Ocaña
vino la Muerte a llamar
a su puerta,
XXXIV
diziendo: «Buen caballero,
dexad el mundo engañoso
e su halago;
vuestro corazón d'azero
muestre su esfuerço famoso
en este trago;
e pues de vida e salud
fezistes tan poca cuenta
por la fama;
esfuércese la virtud
para sofrir esta afruenta
que vos llama.»
XXXV
«Non se vos haga tan amarga
la batalla temerosa
qu'esperáis,
pues otra vida más larga
de la fama glorïosa
acá dexáis.
Aunqu'esta vida d'honor
tampoco no es eternal
ni verdadera;
mas, con todo, es muy mejor
que la otra temporal,
peresçedera.»
XXXVI
«El vivir qu'es perdurable
non se gana con estados
mundanales,
ni con vida delectable
donde moran los pecados
infernales;
mas los buenos religiosos
gánanlo con oraciones
e con lloros;
los caballeros famosos,
con trabajos e aflicciones
contra moros.»
XXXVII
«E pues vos, claro varón,
tanta sangre derramastes
de paganos,
esperad el galardón
que en este mundo ganastes
por las manos;
e con esta confiança
e con la fe tan entera
que tenéis,
partid con buena esperança,
qu'estotra vida tercera
ganaréis.»
Responde el Maestre:
XXXVIII
«Non tengamos tiempo ya
en esta vida mesquina
por tal modo,
que mi voluntad está
conforme con la divina
para todo;
e consiento en mi morir
con voluntad plazentera,
clara e pura,
que querer hombre vivir
cuando Dios quiere que muera,
es locura.»
Del Maestre a Jesús:
XXXIX
«Tú que, por nuestra maldad,
tomaste forma servil
e baxo nombre;
tú, que a tu divinidad
juntaste cosa tan vil
como es el hombre;
tú, que tan grandes tormentos
sofriste sin resistencia
en tu persona,
non por mis merescimientos,
mas por tu sola clemencia
me perdona»".
FIN
XL
Assí, con tal entender,
todos sentidos humanos
conservados,
cercado de su mujer
y de sus hijos e hermanos
e criados,
dio el alma a quien gela dio
(el cual la ponga en el cielo
en su gloria),
que aunque la vida perdió
dexónos harto consuelo
su memoria.
DE LA PROFESIÓN QUE HIZO EN
LA ORDEN DEL AMOR
Porqu'el tiempo es ya passado
y el año todo complido,
después acá, que hove entrado
en orden d'enamorado
y ell hábito recebido;
porqu'en esta religión
entiendo siempre durar,
quiero hazer professión,
jurando de coraçón
de nunca la quebrantar.
Prometo de mantener
continuamente pobreza
d'alegría y de plazer;
pero no de bien querer
ni de males ni tristeza,
que la regla no lo manda
ni la razón no lo quiere,
que quien en tal Orden anda,
s'alegre mientras viviere.
Prometo más: obediencia
que nunca será quebrada
en presencia ni en ausencia,
por la muy gran bienquerencia
que con vos tengo cobrada;
y cualquier ordenamiento
que regla d'amor mandare,
aunque traiga gran tormento,
me plaze, y soy muy contento
de guardar mientra durare.
En lugar de castidad,
prometo de ser costante;
prometo de voluntad
de guardar toda verdad
c'a de aguardar ell amante;
prometo de ser subiecto
all amor y a su servicio;
prometo de ser secreto.
Y esto todo que prometo,
guardallo será mi oficio.
Fin será de mi vevir
esta regla por mí dicha,
y entiéndala assí sofrir,
qu'espero en ella morir
si no lo estorba Desdicha.
Mas no lo podrá estorbar
porque no terná poder,
porque poder ni mandar
que iguale con mi querer.
Si en esta regla estoviere
con justa y buena intención,
y en ella permanesciere,
quiero saber, si muriere,
qué será mi galardón;
aunque a vos sola lo dexo,
que fustes causa qu'entrasse
en orden, qu'assí m'alexo
de plazer, y no me quexo
porque dello n'os pesasse.
FIN
Si me servir de sus penas
algún galardón espera,
venga agora por estrenas
-pues mis cuitas son ya llenas-
antes que del todo muera;
y vos recibid por ellas
-buena o mala- esta historia,
porque viendo mis querellas,
pues que sois la causa dellas,
me dedes alguna gloria.
OTRAS OBRAS DE JORGE MANRIQUE
-«Castillo de Amor”
-“Escala de Amor”
– “Don Jorge Manrique quejándose del dios del amor.”
– “A la Fortuna”
– “Porque estando él dormido le besó su amiga.”
– “Diciendo que cosa es amor.”
– “De la profesión que hizo en la orden del amor.”
– “Con el gran mal que me sobra.”
– “En una llaga mortal.”
– “Acordaos por Dios señora.”
– “Ved qué congoja la mía.”
– “Ni vivir quiere mi vida.”
– “Los fuegos que en mí encendieron.”
– “Estando ausente de su amiga.”
– “Memorial que hizo a su corazón.”
– “Otras obras suyas en que pone el nombre de su dama.”
-“Otra obra suya en que puso el nombre de su esposa.”
Mena, (Juan de)
(Córdoba 1411 - Torrelaguna (Madrid) 1456). Fué uno de los
poétas españoles más célebres en su tiempo. Siempre
profesó a su ciudad natal un gran afecto. Fué cronista real
y el poeta favorito del rey Juan II. Sus poesías se encuantran dispersas
en los CANCIONEROS de su época. Como poeta cultivó los géneros
de moda, canciones amorosas, decires, etc... Entre sus poemas mayores se encuentra
la CORONACIÓN DEL MARQUÉS DE SANTILLANA, pero su obra principal
es EL LABERINTO DE FORTUNA, conocido por las TRESCIENTAS.
EL LABERINTO DE FORTUNA O LAS TRESCIENTAS
(Fragmentos)
DEDICATORIA E INVOCACIÓN
Al muy prepotente don Juan el segundo,
aquel con quien Júpiter tuvo tal celo,
que tanta de parte le hizo del mundo
cuanta a sí mesmo se hizo en el cielo;
al gran rey de España, al César novelo,
al que con Fortuna es bien fortunado,
aquel en quien cabe virtud y reinado,
a él, la rodilla hincada por suelo.
Tus casos falaces, Fortuna, cantamos,
estados de gentes que giras y trocas,
tus grandes discordias, tus firmezas pocas,
y los que en tus ruedas quejosos fallamos,
hasta que al tiempo de agora vengamos:
de hechos pasados codicia mi pluma,
y de los presentes, hacer breve suma;
dé fin Apolo, pues nos comenzamos.
EN EL CÍRCULO DE VENUS:
HISTORIA DE MACÍAS
Tanto anduvimos el cerco mirando,
que nos hallamos con nuestro Macías,
y vimos que estaba llorando los días
con que su vida tomó fin amando;
lleguéme más cerca turbado yo, cuando
vi ser un tal hombre de nuestra nación,
e vi que decía tal triste canción,
en elegíaco verso cantando:
«Amores me dieron corona de amores,
porque mi nombre por más bocas ande:
entonces no era mi mal menos grande,
cuando me daban placer sus dolores;
vencen el seso los dulces errores,
mas no dura siempre según luego placen;
pues me hicieron del mal que vos hacen,
sabed al amor desamar, amadores.
»Huid un peligro tan apasionado,
sabed ser alegres, dejad de ser tristes,
sabed deservir a quien tanto servistes,
a otros que amores dad vuestro cuidado;
los cuales si diesen por un igual grado
sus pocos placeres según su dolor,
no se quejara ningún amador,
ni desesperara ningún desamado.
»Y bien como cuando algún malhechor,
al tiempo que hacen de otro justicia,
temor de la pena le pone codicia
de allí adelante vivir ya mejor,
mas desque pasado por él el temor
vuelve a sus vicios como de primero,
así me volvieron a do desespero
amores que quieren que muera amador.»
RAZONAMIENTO QUE HACE JUAN DE MENA CON
LA MUERTE
(Fragmentos)
«Muerte que a todos convidas,
¿dime qué son tus manjares?»
«Son tristezas y pesares,
llantos, voces doloridas;
en posadas mal guarnidas
entran sordos, ciegos, mudos,
donde olvidan los sesudos
fueros, leyes y partidas.»
«Los que son tus convidados,
Muerte, ¿dime lo que hacen?»
«So la tierra dura yacen
para siempre sepultados,
desnudos todos, robados,
caídos son en pobreza;
no les vale la riqueza,
ni tesoros mal ganados
»De todo cuanto ganaron
en aquesta vida estrecha,
no les vale ni aprovecha
salvo sólo el bien que obraron;
que si tierra conquistaron,
o por fuerza o por maña,
cuantos de ellos hubo saña
poco les aprovecharon.»
«Según esto, tú mataste
a Adán el nuestro padre,
pues a Eva nuestra madre,
Muerte, no le perdonaste;
Alixandre derribaste
de la silla poderosa;
en la casa tenebrosa
al rey Dario encarcelaste.
»Si los griegos y troyanos,
Muerte, a todos venciste,
y tú sola dispusiste
los pontífices romanos,
de los príncipes cristianos
no perdonas a ninguno,
antes tomas uno a uno
cuantos puedes con tus manos.
»Padre Santo, emperadores,
cardenales, arzobispos,
patriarcas y obispos,
reyes, duques y señores,
los maestros y priores,
los sabios colegiales,
tú los haces ser iguales
con los simples labradores.
»No aprovechan los saberes,
ni las artes, ni las mañas,
ni proezas, nin hazañas,
grandes pompas, ni poderes,
grandes casas, nin haberes,
pues que todo ha de quedar,
salvo el solo bien obrar,
Muerte, cuando tú vinieres.
»Y Jesús glorificado,
que te dio tan gran poder
y te vino a obedecer
en la cruz crucificado,
me libre que, condenado,
yo no vaya en la partida
cuando parta de esta vida,
mi mal mundo acabado.»
Quien oyere mi tratado
a obrar bien se convida,
pues la Muerte non olvida
a ninguno, mal pecado.
CANCIÓN
Porque más sin duda creas
mi gran pena dolorida,
déte Dios tan triste vida
que ames y nunca seas
amada ni bien querida.
Y con esta vida tal
pienso bien que creerás
el tormento desigual
que sin merecer me das.
Pues que muerte me deseas
sin tenerla merecida,
déte Dios tan triste vida
que ames y siempre seas
desamada y mal querida.
Sánchez
Calavera (Fernand)
? hacia 1375-80 ? - ? después de 1442).
Llamado también Ferrán Sánchez Talavera. Poeta vinculado
a la corte de Enrique III. Pertenecía a la misma generación que
Francisco Imperial y tenía parecidas preocupaciones poéticas.
Fue comendador de la Orden de Calatrava en Villarrubia (Ciudad Real). Intervino
en los debates recogidos en el Cancionero de Baena sobre la predestinación
y el libre albedrío. Entre sus composiciones destaca el DEZIR DE LAS
VANIDADES DEL MUNDO, escrito a la muerte de Ruy Díaz de Mendoza, poema
considerado antecedente de las coplas manriqueñas.
A LA MUERTE
DE RUY DIAZ DE MENDOZA
Por Dios, señores, quitemos
el velo
que turba e ciega así
nuestra vista;
miremos la muerte qu'el mundo
conquista
lanzando lo alto e baxo por
suelo.
Los nuestros gemidos traspasen
el cielo
a Dios. demandando cada uno
perdón
de aquellas ofensas que en toda
sazón
le fizo el vicio, mancebo, mozuelo.
Ca non es vida la que vevimos,
pues que viviendo se viene negando
la muerte crüel, esquiva,
e cuando
pensamos vevir, estonce morimos.
Somos bien ciertos donde nascimos,
mas non somos ciertos a dónde
morremos.
Certidumbre de vida un hora
non habemos:
con llanto venimos, con llanto
nos imos.
¿Qué se ficieron
los emperadores,
papas e reyes, grandes perlados,
duques e condes, caballeros
famados,
los ricos, los fuertes e los
sabidores,
e cuantos servieron lealmente
amores
faciendo sus armas en todas
las partes,
e los que fallaron ciencias
e artes,
doctores, poetas e los trovadores?
¿Padres e fijos, hermanos,
pacientes,
amigos, amigas, que mucho amamos,
con quien comimos, bebimos,
folgamos,
muchas garridas e fermosas gentes,
dueñas, doncellas, mancebos
valientes
que logran so tierra las sus
mancebías,
e otros señores que ha
pocos días
que nosotros vimos aquí
estar presentes?
¿El duque de Cabra e
el Almirante
e otros muy grandes asaz de
Castilla,
agora Ruy Díez, que puso
mancilla
su muerte a las gentes en tal
estante
que la su grant fama fasta en
Levante
sonaba en proeza e en toda bondat,
que en esta grant corte lucíe
por verdat
su noble meneo e gentil semblante?
Todos aquestos que aquí
son nombrados,
los unos son fechos ceniza e
nada,
los otros son huesos, la carne
quitada
e son derramados por los fonsados;
los otros están ya descoyuntados,
cabezas sin cuerpos, sin pies
e sin manos;
los otros comienzan comer los
gusanos;
los otros acaban de ser enterrados.
Pues ¿dó los imperios
e dó los poderes,
reinos, rentas e los señoríos?
¿A dó los orgullos,
las famas e bríos;
a dó Ias empresas, a
dó los traeres?
¡A dó las cïencias,
a dó los saberes,
a dó los maestros de
la poetría;
a dó los rimares de grant
maestría,
a dó los cantares, a
dó los tañeres?
¿A dó los tesoros,
vassallos, servientes,
a dó los firmalles, pïedras
preciosas;
a dó el aljófar,
posadas costosas,
a dó el algalia e aguas
olientes?
¿A dó paños
de oro, cadenas lucientes,
a dó los collares, las
jarreteras,
a dó peñas grises,
a dó peñas veras,
a dó las sonajas que
van retinientes?
¿A dó los convites,
cenas e ayantares,
a dó las justas, a dó
los torneos,
a dó nuevos trajes, extraños
meneos,
a dó las artes de los
danzadores;
a dó los comeres, a dó
los manjares,
a dó la franqueza, a
dó el expender,
a dó los risos, a dó
el placer,
a dó menestriles, a dó
los juglares?
Segunt yo creo sin fallecimiento,
complido es el tiempo que dixo
a nos
el profeta Isaías, fijo
de Amós.
Diz que cesaría todo
ordenamiento
e verníe por fedor podrimiento
e los hommes gentiles de grado
morríen
e a sus puertas que los lloraríen,
e sería lo poblado en
destruimiento.
Esta tal muerte con grant tribulanza
Jeremías profeta, lleno
de enojos,
con repentimiento llorando sus
ojos
e de muchas lágrimas
grant abondanza,
mostrando sus faltas e muy grant
erranza,
quien este escripto muy bien
leerá
en este capítulo bien
claro verá
que éste es el tiempo
sin otra dubdanza.
Por ende buen seso era guarnescer
de virtudes las almas que están
despojadas,
tirar estas honras del cuerpo
juntadas,
pues somos ciertos que se han
de perder.
Quien este consejo quisiere
facer
non habrá miedo jamás
de morir,
mas traspasará de muerte
a vevir
vida por siempre, sin le fallescer.
Sánchez de Badajoz,
(Garci)
Caminando en las honduras
de mis tristes pensamientos,
tanto anduve en mis tristuras,
que me hallé en los tormentos
de las tinieblas escuras;
vime entre los amadores
en el Infierno de amores
de quien escribe Guevara;
vime donde me quedara
si alguno con mis dolores
en ser penado igualara.
Vilo todo torreado
de estraña labor de nuevo,
en el cual después de entrado,
vi estar solo un mancebo
en una silla asentado;
hízele la cortesía
que a su estado requería,
que bien vi que era el Amor,
al cual le dixe: -«Señor,
yo vengo en busca mía,
que me perdí de amador’.
Respondiome:-«Pues que vienes
a ver mi casa real,
quiero mostrarte los bienes,
pues que has visto mi mal
y lo sientes y lo tienes’.
Levantose y luego entramos
a otra casa do hallamos
penando los amadores
entre los grandes señores,
en las manos sendos ramos,
todos cubiertos de flores.
Díxome: -«Si en una renta
vieres andar mis cativos,
no te ponga sobrevienta,
que de muertos y de vivos
de todos hago una cuenta;
todos los tengo encantados,
los vivos y los finados,
con las penas que tovieron,
de la misma edad que fileron,
cuando más enamorados
en este mundo se vieron’.
En entrando vi asentado
en una silla a Macías
de las hendas llagado
que dieron fin a sus días,
y de flores coronado;
en son de triste amador
diciendo con gran dolor,
una cadena al pescuezo,
de su canción el empiezo:
Loado seas amor
por cuantas penas padezo.
LAMENTACIONES
DE AMORES
Lágrimas de mi consuelo,
que habéis hecho maravillas
y
hacéis,
salid, salid sin recelo
y regad estas mejillas
que
soléis.
Ansias y pasiones mías,
presto me habéis de acabar,
yo
lo fío;
¡oh llanto de jeremías,
vente ahora a cotejar
con
el mío!
Animas del Purgatorio,
que en dos mil penas andáis
batallando,
si mi mal os es notorio,
bien veréis que en gloria
estáis
descansando.
Y vosotras que quedáis
para perpetua memoria
en
cadena,
cuando mis males sepáis,
pareceres ha que es gloria
vuestra
pena.
¡Oh fortuna de la mar
que trastornas mil navíos
en
que vengo,
si te quieres amansar
ven a ver los males míos
que
sostengo!
Troya, tú que te perdiste,
que solías ser la flor
en
el Mundo,
gózate conmigo, triste,
que ya llegó mi clamor
al
profundo.
Y vos, cisnes, que cantáis
junto con la cañavera
en
par del río,
pues con el canto os matáis,
mitad si es razón que
muera
con
el mío.
Y tú, fénix que
te quemas,
y con tus alas deshaces
por
victoria,
y después que así
te extremas,
otro de ti mismo haces
por
memoria,
así yo triste, mezquino,
que muero por quien no espero
galardón,
doyme la muerte contino,
y vuelvo como primero
a
mi pasión.
Mérida, que en las Españas
otro tiempo fuiste Roma,
mira
a mí,
y verás que en mis entrañas
hay mayor fuego y carcoma
que
no en ti.
VILLANCICO
Secáronme los Pesares
los ojos y el corazón,
que no pueden llorar, non.
Los pesares me secaron
el corazón y los ojos,
y a mis lágrimas y enojos,
y a mi salud acabaron:
muerto en vida me dejaron,
traspasado de pasión,
que no puedollorar, non.
Y de estar mortificado
mi corazón de pesar,
ya no está para llorar,
sino para ser llorado:
esta es la causa, cuitado,
esta es la triste ocasión.
que no puedo llorar, non.
Al principio de mi mal
lloraba mi perdimiento,
mas agora ya estoy tal,
que de muerto no lo siento;
para tener sentimiento
tanta tengo de razón,
que no puedo llorar, non.
Lope de
Sosa
Autor del s. XVI cuya poesía se recoge
en el CANCIONERO GENERAL entre otros muchos autores más conocidos que
él, como Jorge Manrique, Juan del Enzina, etc... autores todos
ellos de la época de los Reyes Católicos. Se trata de una antología
poética recopilada por Hernando del Castillo y publicada en Valencia
en 1511. Las composiciones recogidas más abundantes son las "obras
de amores", no siempre de acuerdo con la tradición trovadoresca.
Este CANCIONERO tiene el gran mérito de habernos conservado gran número
de poetas menores que atestiguan con sus versos los importantes cambios poéticos
del s. XV.
CANCIÓN
La vida, aunque
da pasión,
no querría yo perdella,
por no perder la razón
que tengo de estar sin ella.
Aunque es de gran
padescer
la tristeza dell amor,
tenella es tanto plazer
como sentilla es dolor:
así que tiene razón
mi pena para tenella,
pues ver quien da la pasión
es descanso padescella.
Gómez Manrique
(Amusco (Palencia) 1412 - Toledo 1490). Perteneciente
a la nobleza más poderosa de su momento, intervino activamente en la
política de Castilla y estuvo entre los enemigos de D. Alvaro de Luna.
Fue partidario del príncipe D. Alfonso y muerto éste, de doña
Isabel. Desempeñó un importante papel en las negociaciones que
precedieron a la boda de los Reyes Católicos. Ganó Toledo para
Isabel en la guerra de sucesión tras la muerte de Enrique IV y fue posteriormente
gobernador de la ciudad, en cuyo Concejo mandó grabar los famosos versos
que comienzan así, "Nobles, discretos varones / que gobernáis
a Toledo". Como poeta de corte, cultivó los géneros propios
de la época. Entre sus obras destacan, el PLANTO DE LAS VIRTUDES E POESÍA,
compuesto a la muerte de su tío el Marqués de Santillana, las
COPLAS DE LOS PECADOS MORTALES y el REGIMIENTO DE PRÍNCIPES, obra poética
oscurecida por la fama de su sobrino Jorge Manrique. Hombre sencillo, él
mismo no se consideraba intelectual sino político, y siempre habló
con modestia de su obra literaria.
CANCIÓN
PARA CALLAR AL NIÑO
Callad,
hijo mío chiquito.
Callad
vos, Señor,
nuestro Redentor,
que vuestro
dolor
durará
poquito.
Ángeles
del cielo,
venid dar
consuelo
a este mozuelo,
Jesús
tan bonito.
Éste
fue reparo,
aunque él
costó caro,
de aquel pueblo
amaro
cautivo en
Egipto.
Este
santo digno,
niño
tan benigno,
por redimir
vino
el linaje
aflicto.
Cantemos
gozosas,
hermanas graciosas,
pues somos
esposas
del Jesús
bendito.
Mendoza (Fray Íñigo
de)
(Burgos 1425 - id. 1507). Perteneciente
a dos de las más representativas familias del s. XV: los Mendoza, prototipo
de los cristianos viejos y los Santa María, familia de conversos. Frecuentó
la corte de Enrique IV e ingresó, más tarde en la orden franciscana.
Sus poesía fueron el fondo principal de varios de los más
antiguos cancioneros publicados en España. Debe su fama, aparte
de otras obras menores, a la VITA CHRISTI, escrita en quintillas dobles y que
resulta notable por la utilización de rimas populares y por un fragmento
casi dramático próximo a las coplas de Mingo Revulgo (que también
se le atribuyen, con bastantes posibilidades de que sean suyas). Además
de otros poemas religiosos como , COPLAS DE LA CENA DEL SEÑOR, COPLAS
DE LA VERONICA, etc..., escribió también algunos poemas amorosos
y cortesanos.
¿QUÉ
HARÁS CUANDO SEAS MAYOR?
¡Eres niño
y has amor:
qué harás cuando
mayor?
Pues que en
tu natividad
te quema la caridad,
en tu varonil edad
¿quién sufrirá
su calor?
¿Eres niño y has
amor:
qué harás cuando
mayor?
Será
tan vivo su fuego,
que con importuno ruego,
por salvar el mundo ciego,
te dará mortal dolor.
¿Eres niño y has
amor.-
qué harás cuando
mayor?
Arderá
tanto tu gana,
que por la natura humana
querrás pagar su manzana
con muerte de malhechor.
¿Eres niño y has
amor,
que harás cuando mayor?
¡Oh
amor digno de espanto!
pues que en este niño
santo
has de pregonarle tanto,
cantemos a su loor:
¿Eres niño y has
amor:
qué harás cuando
mayor?
Montesino (Fray Ambrosio)
(Huete (Cuenca) 1444 - Madrid 1513). De noble
estirpe ingresó joven en la orden franciscana. Sabemos que fue
uno de los primeros miembros del convento de San juan de los reyes de Toledo,
fundado en 1476 por Isabel la Católica. Gozó del favor de
la reina de la que fue confesor. Tradujo, por encargo de los Reyes Católicos
la "Vitae Christi de Landulfo de Sajonia, el Cartujano, impresa en Alcalá
por el Cardenal Cisneros y que es una de las mejores muestras de la prosa de
su tiempo.Brilló como predicador y poeta, en competencia con Fray Iñigo
de Mendoza. Como poeta es autor de las COPLAS SOBRE DIVERSAS DEVOCIONES
Y MISTERIOS DE NUESTRA SANTA FE CATOLICA, que fueron refundidas, junto con otros
poemas en su obra capital, el CANCIONERO, publicado en Toledo en 1508. Tanto
sus poesías como el resto de su obra parten de una clara intención
apostólica, sin que ello suponga menoscabo por la forma y el estilo.
COPLAS
AL DESTIERRO DE NUESTRA SEÑORA PARA EGIPTO
Desterrado
parte el Niño,
y llora,
díjole su Madre así,
y llora,
callad, mi Señor, agora.
Oíd
llantos de amargura,
pobreza, temor, tristura,
aguas, vientos, noche oscura,
con que va nuestra Señora,
y llora;
callad, mi Señor, agora.
El destierro que sufrís
es la llave con que abrís
al mundo que redimís,
la ciudad en que Dios mora
y llora;
callad, mi Señor, agora.
No puede quedar en esto;
moriréis, y no tan presto;
mas la cruz do serás
puesto
me traspasa desde agora,
y llora;
callad, mi Señor, agora
Antón de Montoro
Testamento
manuscrito de Antón de Montoro
Montoro (Córdoba) 1404 - Córdoba
1480). Poeta afamado, presente en varios cancioneros manuscritos e impresos.
Judío converso, su vida se desarrolló en Córdoba,
donde ejercía la profesión de sastre o comerciante de ropas, (de
ahí que se le conocía con el sobrenombre de el Ropero de Córdoba).
Se relacionó con la oligarquía de Córdoba (el Duque de
Medina-Sidonia, el condestable Miguel Lucas de Iranzo, entre otros muchos),
cerca de los cuales ejercía de juglar. Compuso una de las protestas poéticas
más impresionantes del s. XV: una petición de clemencia a
la Reina Católica para los judíos, cuando la persecución
de 1474 en Córdoba. Destaca como poeta burlesco, con sátiras y
epigramas insultantes, aunque cultivó también los géneros
amorosos, morales e históricos. Por su talante satírico se le
atribuyeron las letras de las "Coplas de ¡Ay, panadera! y otros textos
incluidos en el "Cancionero de obras de burlas provocantes a risa".
CANCION
No lo consiente
firmeza
ni lo sufre pïedad:
convidar con la belleza,
despedir con la bondad.
Como los mal
caminados
siguen a tino de lumbre,
así van los libertados
a vos dar su servidumbre;
y apenas vuestra belleza
les ha dicho: -"Reposad";
cuando les dice nobleza:
"Andad, amigos, andad."
Paez de Ribela (Roi)
(Sevilla, final del s. XIV - ???). Aunque de
noble familia, los Ribera de Huete, cayó en desgracia, lo que explica
la obsesión que manifiestan los poemas por la pobreza. Residió
en Sevilla. Fue seguidor de Micer Francisco Imperial; parte de su poesía
pertenece a la tradición alegórica del Cancionero de Baena, con
la adopción del género "dezir". Se le ha atribuido el
PROCESO ENTRE LA DOLENCIA, VEJEZ, DESTIERRO E POBREZA y el PROCESO ENTRE LA
SOBERVIA Y LA MESURA. Escribió también poemas sobre el estado
político de la Castilla de Enrique III y Juan II.
A DONCELA
DE VIZCAIA
A doncela de vizcaia
ainda mi a preito saia
de
noite ao luar.
Pois me agora asi desdeña,
ainda a mi a preito veña
de
noite ao luar.
Pois dela soo maltreito,
ainda mi veña a preito
de noite
ao luar.
MAIA VENTURA
ME VEÑA
Maia ventura me veña
se eu pola de Beleña
de amores
hei mal.
E confondame San Marcos
se pola doncela de Arcos
de amores
hei mal.
Mal mi veña cada dia
se eu por dona Maria
de amores
hei mal.
Fernando Escallo me pique
se eu pola de Vila Anrique
de amores
hei mal.
Rodríguez de
la Cámara (Juan)
(Padrón (La Coruña) 1390 - Herbón
(Galicia) 1450). Llamado también Rodríguez del Padrón,
por su lugar de nacimiento. Hidalgo gallego, criado probablemente en la corte
del Rey Juan II de Castilla. Formó parte de la casa del cardenal Cervantes,
residiendo en Italia y en otras partes de Europa.. Se cree que profesó
en la orden franciscana de Jerusalén y acabó sus días en
el convento de Herbón de su Galicia natal. Su figura adquirió
un carácter legendario de trovador enamorado por antonomasia, no sólo
por el tono autobiográfico de algunas de sus obras sino ore las referencias
al poeta Macías. Su poesía forma parte de los Cancioneros más
importantes del s. XV, en la modalidad amorosa y en la alegórica-sacroprofana.
Autor de TRIUNFO DE LAS DONAS (apología de las mujeres, escrita para
refutar a Bocaccio), CADIRA DE HONOR (elogio de la nobleza de sangre), y EL
SIERVO LIBRE DE AMOR, novela sentimental. Se le atribuyen los romances del Conde
Arnaldos, de la Infantina y Rosa florida.
CÁNTICA
Bive leda
si podrás,
non esperes atendiendo,
que, segunt peno partiendo,
non entiendo
que jamás
te veré nin me verás.
¡O dolorosa
partida
de triste amador, que pido
licencia, que me despido
de tu vista e de mi vida!
El trabajo perderás
en aver de mí más
cura,
que segunt mi gran tristura,
non entiendo
que jamás
te veré nin me verás.
Pues que fustes
la primera
de quien yo me cativé,
desde aquí vos do mi
fe
vos serés la postrimera.
Canción.
Fuego del divino
rayo,
dolce flama sin ardor,
esfuerço contra desmayo,
consuelo contra dolor,
¡alumbra tu servidor!
La falsa gloria
del mundo
e vana prosperidat
contemplé,
con pensamiento profundo
el centro de su maldat
penetré;
el canto de la serena
oya quien es sabidor,
la cual, temiendo la pena
de la fortuna mayor,
plañe en el tiempo mejor.
Así yo, preso
de espanto,
que la divina virtud
ofendí,
comienço mi triste planto
fazer en mi juventud
desde aquí:
los desiertos penetrando,
do con esquivo clamor
pueda, mis culpas llorando,
despedirme sin temor
de falso plazer e honor.
FIN
Adiós,
real esplendor.
que yo serví e loé
con lealtat;
adiós, que todo el favor
e cuanto de amor fablé
es vanidat.
Adiós, los que bien amé;
adiós, mundo engañador:
adiós, donas que ensalcé,
famosas, dignas de loor:
¡orad por mí, pecador!
Continuará...
©
2020 JAVIER DE LUCAS