PIRUETA
Puse alguna emoción a las esquinas
de mi tiempo cualquiera, los segundos
de esos que van y vienen, vagabundos,
igual que aves errantes, golondrinas.
Puse alguna emoción por los profundos
laberintos de almas peregrinas,
un respiro viajero a las rutinas
de ambiguo perdedor, de trotamundos.
Y le hice un quiebro al tiempo, pirueta,
le puse al calendario una careta
y al pasado un adiós definitivo;
me grité con más fuerza que estoy vivo
y olvidados dejé en la cuneta
el miedo y la cadena de cautivo.
HHOTEL FELICIDAD
No me digas que te has vuelto a enamorar,
¡pero hombre! tú no tienes solución,
tan vivido, tan gastado, cuarentón
y te pones como un crío a suspirar.
Con tu viejo y legionario corazón,
con tus ojos, apagados de mirar,
te me pones tan romántico a soñar
asomándote al amor en tu balcón.
Pues no sé lo que decirte, si es verdad,
los caminos al hotel felicidad
hoy están tan abiertos como ayer,
mas los precios por vencer la soledad
van subiendo poco a poco con la edad
y es difícil que los puedas sostener.
GRITO SIN VOZ
Tienes abierta el alma en una herida
por la que se te escapan los ardores,
has jugado y perdido la partida
y son tus juegos hoy de sinsabores.
Estás buscando en vano una guarida
abrigo en el otoño de tus flores,
arañando los bordes de tu vida,
perdiéndote en el ruido y los clamores.
Eres mujer estéril sementera
de instintos que se apagan cada tarde
en tu cuerpo febril de enredadera;
eres grito sin voz, eres alarde
de aquella deslumbrante primavera,
primavera sutil pero cobarde.
NIÑA DEL BARRIO
Pasó la niña como una guirnalda
de los abriles de su andar valiente,
pasó la niña, despertó a la gente
con el revuelo de su roja falda.
Y por sus años, que rondaban veinte,
y por sus ojos como la esmeralda,
nos hizo a todos estirar la espalda
por ver su cuerpo desfilando enfrente.
Ni un comentario se escuchó a su paso,
hubo un silencio que marcó respeto,
y en cada uno se guardó un secreto...
luego volvimos a la barra, al vaso,
era la niña de aquel barrio muestra,
era de todos, de la gente, nuestra.
CERCO A LA LUNA
Puse cerco a la luna, cuarto creciente
sobre pálida noche color de luna,
y en aquella mirada, ardiente y bruna,
se escapó la esperanza, como una fuente.
Y aunque fue sólo una, tan sólo una,
fue creciendo enseguida, omnipresente,
se rompió mi silencio y de repente
me encontré caminando sobre la luna.
Menos mal que fue poco, duró un segundo,
pero en un solo instante puso mi mundo
del revés, boca abajo, alborotado;
así que di la vuelta, huí del cerco
que puse aquella noche, infiel y terco,
y me volví a mi vida, acobardado.
DARNOS Y PEDIRNOS
Quizás fuera mi aliento compañero
de aquellas sombras tuyas en la almohada,
quizás fuese, alguna madrugada,
cobijo a tu silencio mi "te quiero".
Tal vez aquella noche en que la espada
del miedo atravesó tu cuerpo entero,
te sirviese, quizás, de varadero,
una mirada mía en tu mirada.
Después, en otra noche, cuando encuentre
subiendo por la curva de tu vientre
un grito desgarrado por mi ayuda,
volveremos a darnos y a pedirnos,
volveremos a amarnos y a sentirnos
unidos en la sombra y en la duda.
VUELVE
Vuelve del odio donde te metiste
sin darte cuenta apenas, vacilante,
vuelve del odio donde a cada instante
te vas hundiendo más y te perdiste.
Vuelve del miedo que cambió el semblante,
aquella faz risueña que tuviste,
vuelve del pozo, de la noche triste,
vuelve del odio, mira hacia delante.
No te complazcas más en tus errores,
en aquella marchita primavera
que tanto reclamaste y no te dieron;
vuelve del odio que secó tus flores,
vuelve de aquellos que quedaron fuera,
de los cobardes, de los que perdieron.
EN EL ALAMBRE
Alrededor del ruido del enjambre
con el peso liviano de la carga,
hay momentos propensos a la amarga
sensación de marchar por el alambre.
Por un hilo desnudo que se alarga
encima del cemento y del estambre,
ser muñeco de trapo y de raigambre
esperando con miedo la descarga.
Peró quién nos eleva y quién nos hunde,
pero quién nos humilla y nos confunde
y nos pone un alambre por alfombra;
qué espectáculo triste ver la sombra
de uno mismo, temblando vacilante,
esperando caer a cada instante.
DESPACIO
Qué despacio se aleja del sonido
el incierto silencio de una espera,
qué despacio llegó la primavera
emergiendo con fuerza del olvido.
Cómo tarda en volver lo que quisiera
que nunca se me hubiese confundido,
cómo se hace rogar ese latido
que esperaba salvarse de la hoguera.
Qué despacio acepto un imposible,
destierro una razón insostenible,
completo torpemente una mirada...
en esta sensación de encrucijada,
qué despacio me entrego al infalible
camino que me lleva hacia la nada.
SEMILLA DE FRACASO
Sobre un tierno suspiro, disparate
emergiendo al cobijo del acaso,
sembramos la semilla del fracaso
en medio de un florido escaparate.
Y en ti, con la premura de tu paso,
y en mí, sin la esperanza del rescate,
creció la circunstancia del empate
en gotas que colmaban cada vaso.
Seguro que aún alienta en tu mirada
promesas y ambiciones de escapada,
valor y calidad que no te encuentro;
si perdemos la brújula y el centro,
es absurdo quedarse con la nada
por querer resolverlo desde dentro.
DESTINO VAGABUNDO
Qué esperanzas bajamos esta noche
para hacer llevadera la aventura,
qué careta poner a la amrgura
por borrar su estructura de fantoche.
Qué barniz colorido de ternura,
qué silencio callándole al reproche,
qué sarta de mentiras, qué derroche
de inventos por cambiar de vestidura.
Si todo sigue igual, si ese momento
que hicimos cada uno, nuestro mundo,
no puede derrumbarse en un segundo,
qué trágica derrota es este cuento,
qué impotente destino vagabundo
habitual del temor y el desaliento.
DESEO
Quisiera interferir por esa gama
de aséptico, impávido y armónico
cerebro estructurado, electrónico,
y hacer cortocircuito en tu programa.
Con todo ese ritual tan anacrónico
que debe arder tan bien, hacerlo llama,
cantarte una canción sobre la cama
con sonido dual estereofónico.
Borrate del apunte y del informe,
quitarte de un tirón el uniforme
desnudando tu cuerpo con mis besos;
desenredar tus nudos más traviesos,
hacerte una mujer con este enorme
deseo que me cala hasta los huesos.
LAS PALABRAS
A veces las palabras se envilecen
en rápido y continuo recorrido
y se quedan varadas, sin sentido
de como se amontonan y se crecen.
Y se tiñen de gris en el olvido
cuando huecas y vanas, languidecen,
y ni expresan, ni cuentan, ni convencen
en el torpe pregón de su latido.
Pero a veces recobran nuevamente
su mágico papel de ser el puente
por donde desgranar el sentimiento;
dependen del motivo, del momento,
de quien las interpreta y quien las siente,
del que sabe trtarlas con talento.
DECIDLE
Decidle si la veis por ese mundo
que puso entre los dos como frontera,
que no recuerdo ya ni como era,
que no pensé un olvido tan profundo.
Decidle que ahora vivo con cualquiera,
que el amor es furtivo y vagabundo,
que comienza y termina en un segundo
y su huella es fugaz, perecedera.
Que no sufra por mí, que no se inquiete,
que yo sigo jugando en el tapete
las bazas que me quedan todavía;
que ya no está su nombre en mi poesía
desde que se marchó, se cumple ahora,
un año, un mes, un día y una hora.
MOTIVO
Un poema esconde algún secreto,
un secreto se esconde en la poesía,
quizás una sencilla nadería
o un algo de muchísimo respeto.
Y siempre lo ha de haber: yo no podría
escribirte ni un módico cuarteto
sin un motivo nítido y concreto
que plasme en el papel la sintonía.
Así que está en tu mano y me remito
a esperar tu mirada como un rito
que me haga navegar, ávido inquieto;
entonces será fácil ese reto
de ponerme a escribir como un bendito
un soneto después de este soneto.
DIFERENCIAS
Fueron otros caminos los primeros,
volaban en el aire otras esencias,
arañaban el alma otras creencias
envueltas en estados verdaderos.
Estos campos que habitan mis vivencias,
que despliegan al paso sus senderos,
son campos de ciudad, invernaderos
donde todo se viste de apariencias.
No creo que ese árbol que me guarda
sea algo más que la réplica bastarda
de aquel de antes de ayer, majestuoso;
no creo que ese río silencioso,
a pesar de lo verde de su orilla,
sea algo más que una sucia alcantarilla.
© 1984 Javier de Lucasr de Lucas