EL ALMA EN UNA TARDE

 

Me miraste a los ojos, limpiamente,

con ese tenue azul conque me miras,

dibujaste en el aire las espiras

de tu verdad desnuda, transparente.

 

Y borraste del aire las mentiras

y pintaste en los ojos una fuente

cegadora de todo lo indigente,

bastión de mis engaños y mis iras.

 

No me ofrezcas el alma en una tarde,

date cuenta que un instante arde

igual que un fuego fatuo, la arboleda;

 

guarda un poco del alma en tu vereda,

vuélvete menos franca, más cobarde,

si das entera el alma, ¿qué te queda?

DE IMPROVISO

 

Qué difícil resulta abandonar

la imagen que nos dio la primavera,

qué penoso arriarse la bandera,

hacer una maleta y renunciar.

 

Qué difícil pararse en la escalera,

escoger el momento y acabar,

qué fácil es pasarse sin pensar

que ha llegado la hora y que no espera.

 

Nos queremos hacer tan prorrogables

que inventamos excusas infumables

y engañamos al tiempo si es preciso;

 

pero claro y rotundo es el aviso:

se fue la juventud: imperdonable

que siempre se nos vaya de improviso.

VOY A HABLARME

 

Voy a hablarme a mí mismo y a decirme,

en una improvisada confidencia,

que tapé con la mano la conciencia

para así no escucharla maldecirme.

 

Que ese falso camino de experiencia

que ahora tanto me pesa y quiere hundirme,

me lo fui haciendo sólo por asirme

a una acomodada indiferencia.

 

Voy a hablarme a mí mismo y a contarme

esta historia que quiero receterme

como una milagrosa medicina;

 

voy a hablarme a mí mismo y a jurarme

que aún hay tiempo, que puedo levantarme,

que el camino no hace al que camina.

ACASO MIEDO

 

A pensar una arruga fugitiva

por la ruta del paso decadente,

a otra cana, cruzándose insolente

como causa solemne y decisiva...

 

Al impulso que brilla por ausente,

a la fuerza incoherente y primitiva

que en el paso anterior estaba viva

y parece agotarse en el presente...

 

A la frase habitual del "ya no puedo",

a la carta inferior conque me quedo,

a bajar suavemente los peldaños...

 

a ese estúpido paso de los años

le tengo prevención, acaso miedo,

y no puedo alejarlo con engaños.

 

AHORA MISMO

 

Yo no sé lo que tuve antes de ti,

si algo tuve aquel tiempo, lo olvidé,

yo no sé tras de ti lo que tendré,

qué reserva el futuro para mí.

 

De lo que estoy seguro, bien lo sé,

es que en este momento estás aquí

con lo poco o lo mucho que te di

y lo mucho o lo poco que te dé.

 

Y no quiero pensar en lo restante,

no quiero remontarme a través

del tiempo que hay detrás o que hay delante;

 

sólo sé que te quiero y eso es

ahora mismo, lo único importante,

por encima del antes y el después.

 CERRAR LA MALETA

 

Me están fallando ya la mayoría

de las cosas que van alrededor,

parece que se apaga el resplandor

de la luz que otras veces me seguía.

 

Se me pinta de gris aquel color

que ayer era esperanza y fue mi guía,

hoy la curva desciende, hoy es día

de rezar letanías sin fervor.

 

De cerrar la maleta y despedirse,

de escaparse de todo, de evadirse,

de inventar otro nuevo derrotero;

 

hoy es día de hacer otro sendero,

porque todo me falla y hay que irse,

porque todo me falla, yo el primero.

EN LA FARSA

 

Yo siento que camino lentamente,

cada vez más exhausto y más borroso,

y hasta siento el pasado doloroso

por ser siempre más claro que el presente.

 

Mi lento caminar parsimonioso,

mi lánguido pasar, inconsistente,

hoy sigo por seguir, indiferente,

recorriendo el camino silencioso.

 

Y a fuerza de callar me siento extraño,

como si nada de esto va conmigo,

como estando de más en este engaño...

 

y me siento otra vez mudo testigo

de esta burla continua que hace daño,

de este absurdo sendero donde sigo.

 RESIDENCIA

 

Hallarás esa puerta bien cerrada

por aquello del tiempo y de la nada,

y el jardín más espeso, más frondoso,

como bosque cerrado y misterioso.

 

Llegarás, sin pensarlo, ante la entrada

y tu paso se hará más sigiloso,

te impondrá el sombrío y silencioso

envoltorio que sirve de portada.

 

Pensarás en cruzar esos umbrales

o volver a los tuyos, naturales,

dudarás entre el hielo y la llama...

 

entrarás finalmente hasta mi cama

salpicando de luces y de ayudas

esas sombras antiguas de mis dudas.

PRISIONERA DEL ALMA

 

Compañera de antiguas irrealidades

entre medias de cuentos y de verdades,

unas veces en sombras, anochecida,

otras veces haciendo de Sol y vida.

 

Prisionera del alma y del pensamiento,

deshauciada en el aire, herida al viento,

rota a fuerza de sueños que a veces tiene

y que están por venir, pero no vienen.

 

Mal que bien se mantiene firme y erguida

en un rincón del alma, medio escondida,

en mitad del camino de la añoranza;

 

y aunque a veces parece que se suicida

resucita al momento, casi enseguida...

la esperanza es así, siempre esperanza.

POR ESPERAR

 

Sé que en la orilla de cualquier río,

en los azules de cualquier mar,

en los murmullos y el vocerío

aún tú me esperas, por esperar.

 

Detrás del tiempo, en el vacío

de largas noches de caminar,

sé que me esperas, pasado mío,

sé que me esperas, por esperar.

 

Piensas que puedo aún volver

hasta los bosques de nuestro andar,

hasta los valles de nuestro ayer...

 

pero el camino me fue a robar

lo que yo quise y no pudo ser

y que aún espero... por esperar.

COMO ES COSTUMBRE

 

Acaso como mudos desertores

del tiempo, que los ata a otra vivencia,

me vuelven a buscar con insistencia

en fila, uno a uno, mis temores.

 

Y yo, igual que ayer, con la experiencia

de saber esconderme los errores,

volveré a desterrar los invasores

que intentan penetrar en mi conciencia.

 

Mas ellos son mi yo, forman mi vida

igual que hace camino cada paso,

igual que hace paisaje cada cumbre;

 

y sé que seguiremos la partida,

y sé que beberemos en el vaso

hasta que dolerá, como es costumbre.

AQUELLA DEL FINAL

 

En esa hora tranquila del momento

cuando a solas se queda el sentimiento,

miré pasar las penas y sabía

que aquella del final era la mía.

 

Sombría, aquella pena parecía

seguirme con la noche y con el viento,

y sobre mi cabeza pretendía

querer anochecer mi pensamiento.

 

Y yo volví a perderla y alejarla

haciendo de mí mismo, pirueta,

cabriola, torbellino, marioneta...

 

mas supe que aunque pude rechazarla,

la pena, cualquier noche, volvería,

porque no era de nadie, sólo mía.

 GUERRA DE TERNURA

 

 

Quiero hacerme en tu cuerpo caminante

por recorrer tu piel de enredadera,

quiero ser de tu ayer abrazadera

y en el mar de tus dudas, navegante.

 

Quiero atarme a la sombra de tu vera

y subirte la fiebre en un instante

para hacerte el amor como el amante

que puede darte todo lo que esperas.

 

Quiero hacerte una guerra de ternura,

envolverme en tu cuerpo, en tu espesura,

sentir cómo te mueves, cómo lates...

 

quiero hacer veinticuatro disparates

por esa piel que enciende mi locura

y matarte después...o que me mates.

PALIDAS CENIZAS

 

Nos hartamos de hacernos ilusiones,

de ilustrar el temor y disfrazarlo,

de empezar y acabar por intentarlo,

de cambiar sentimientos por razones.

 

Nos echamos en cara, sin pensarlo,

aquellas reprimidas decepciones,

la costumbre desgasta las pasiones

y termina al amor por desarmarlo.

 

Las llamas poderosas de la lumbre

que ardía en lo más alto de la cumbre,

se trocaron en pálidas cenizas;

 

lo que fuera bastión de certidumbre

se cayó contra el suelo y se hizo trizas

devorado de tiempo y de costumbre.

EL FONDO DEL ESPEJO

 

Cuando el día apunte a tu mirada

y no llegue a sacar ningún reflejo,

cuando mires al fondo del espejo

y el espejo apunte hacia la nada,

 

cuando aquella ilusión se quede lejos

y agonice de tan necesitada,

cuando crezca en tu mente la llamada

de ti mismo mirándote tan viejo...

 

 cuando el mundo se vuelva vagabundo

y no existan razones en el mundo

que le den aliciente a tu recinto,

 

sentirás el cansancio del pasado,

pensarás que también te han engañado

y no podrás salir del laberinto.

COMO UN PRESO

 

Acaso algún silencio me sobraba

surgiendo por detrás de las razones,

acaso no se abrieron los balcones

a la luz que el cristal me reflejaba.

 

Acaso me faltaron ilusiones,

acaso fue la duda quien estaba

barriendo uno a uno mis rincones

con un "siempre empezó" y un "nunca acaba".

 

Acaso fue por esto o fue por eso,

en el paso inicial o en el ocaso,

acaso fue en el ir o en el regreso...

 

el caso es que detrás surgió el fracaso

y se vino conmigo, como un preso

siguiéndose a sí mismo en cada paso.

VIEJO CAMINO

 

Necesito de ti, saber que vives

y que no estás tan lejos que no acudas

a una llamada mía, tan posible,

a una urgencia de besos y de ayudas.

 

Necesito de ti, aunque la bruma

vaya borrando, a veces, tus confines,

te difumine el tiempo, la rutina

de perdernos sin metas y sin límites.

 

Necesito de ti, saber que estás

más allá de la sombra y del quizás,

esperando no sé, ni qué ni cuándo...

 

pero que no estás lejos, que vendrás

a encenderme una luz, iluminando

nuestro viejo camino una vez más.

 

TU CUADRO

 

Caía el Sol, el aire dormitaba

en el regazo tibio de la tarde,

un pájaro amarillo desgranaba

esa canción que no aprendió de nadie.

 

Caía el Sol, sin prisa, y le dejaba

un paisaje dorado a aquel paisaje,

un perro que ladró, un niño estaba

reclamando la mano de su madre.

 

De pronto se volvieron peregrinos

el aire y el paisaje y el camino

a tu cuadro, colgado en la pared...

 

y quise entrar al cuadro en ese instante,

porque lo hiciste tú, ser el papel

donde un trozo de ti me dibujaste.

PUNTO Y APARTE

 

Se te fueron cayendo por el suelo,

rosario de perlitas, una a una,

las viejas ilusiones de la cuna,

las rotas ambiciones del anhelo,

 

y te quedaste sola, sin ninguna,

aquella madrugada, cuando el cielo

miró bajo la noche de tu pelo

y descubrió dos lágrimas de luna.

 

Yo no quiero, no puedo consolarte,

estoy lejos de ti, como si fuera

reliquia del ayer, punto y aparte;

 

yo no puedo ayudarte aunque quisiera

porque tú eres principio y yo después,

porque estás al derecho y yo al revés.

PREGUNTAS

 

Adentraste el perfil de tu mirada

por aquel intrincado vericueto,

llevabas el silencio y el respeto

al final de tu rápida escalada.

 

Y según desvelabas el secreto

te hiciste navegante de la nada,

aquello te asustó y en retirada

volviste hasta el principio de tu reto.

 

Y dejaste de hacerte las preguntas,

y se fueron marchando todas juntas

a revolver en otro dormitorio;

 

y se llenó de paz tu calendario,

porque a veces pensar es el sudario

que nos baja de un salto al purgatorio.

 

 

                                                                                      © 1983 Javier de Lucas