QUIMICA Y TABACO
1- INTRODUCCION
Nicotina, alquitrán, monóxido de carbono, benzo-a pireno, óxido nitroso, cianuro de hidrógeno, y hasta cuatrocientas sustancias, muchas de ellas tóxicas, relacionan el humo del tabaco con la Química, que en los últimos años, y a través de exhaustivos análisis en prestigiosos laboratorios de todo el mundo, demuestran que el consumo del mismo, tanto para el fumador activo, como para el pasivo, ocasiona efectos devastadores sobre la salud. La Química ha demostrado fehacientemente la malignidad del humo del tabaco: ya ha cumplido con su obligación científica. Ahora le toca el turno al sentido común, que en esta ocasión, como en muchas otras, choca contra unos colosales intereses económicos.
Todo empezó el 28 de octubre de 1492, cuando Colón y sus hombres arribaron a las costas de Cuba, y lo que más les llamó la atención de sus habitantes fue observar que expulsaban humo por la boca procedente de unos cilindros de hojas secas, que no eran otra cosa que tabaco. Su consumo se asociaba a fines mágicos, religiosos y también medicinales.
La planta del tabaco, la "Nicotiana Tabacum", de cuyas hojas se obtienen diferentes opciones destinadas al consumo humano (cigarrillos, cigarros puros, picadura de pipa, rapé, tabaco de mascar, etc.). Se cree originaria de la zona del altiplano andino, aunque cuando Colón llegó a América, ésta ya se había extendido por todo el continente, y la mayoría de su población ya mantenía una relación más o menos intensa con dicha sustancia.
Los conquistadores, a su regreso, junto a otros productos, como la patata o el maíz, trajeron también el tabaco y cómo no, el hábito de su consumo.
En Francia, el consumo del tabaco fue introducido entre la nobleza al recomendárselo el embajador de Francia en Portugal, Jean Nicot (a quien debe su nombre científico Nicotiana) a la reina Catalina de Médicis, como alivio a sus fuertes jaquecas. Su consumo se puso de moda entre las clases acomodadas debido a esta atribución de propiedades curativas, casi milagrosas, aunque no como cigarro, sino en forma de polvo, el "rapé". Este halo medicinal facilita su expansión, al tiempo que surgen las primeras prohibiciones de su uso; sin embargo no fueron suficientes para frenar el paulatino auge del mercado del tabaco.
A raíz del descubrimiento de la máquina de fabricar cigarrillos durante la Revolución Industrial, el consumo de tabaco efectúa un salto cualitativamente considerable, propagándose con un mayor ímpetu a partir de la 1ª Guerra Mundial (1914-1918). Desde la 2ª Guerra Mundial, a raíz de las transformaciones sociales que la siguen, se evidencia la incorporación de la mujer a su consumo hasta llegar a nuestros días. Ya entrado el siglo XXI, en muchos países de los considerados desarrollados, son muchas más las adolescentes mujeres fumadoras que hombres.
Desde hace siglos, han sido numerosos los partidarios y los detractores de este producto, de forma que la documentación que podemos encontrar al respecto es muy abultada, especialmente desde el siglo XVI hasta la actualidad. En los primeros tiempos se ensalzaban sus propiedades terapéuticas, las posibilidades de aclimatación y cultivo..., siendo en la última mitad del siglo XX cuando proliferan los estudios epidemiológicos que pondrán de manifiesto los efectos nocivos del tabaco, tema sobre el que la literatura impresa es especialmente abundante.
En esta progresiva expansión del uso del tabaco,
las industrias tabaqueras han tenido un elevado protagonismo, puesto que fueron
las principales promotoras de la universalización de su consumo, obteniendo
excelentes beneficios y erigiendo auténticos imperios económicos, que, en los
últimos años, se sienten amenazados en muchos países a causa de la legislación
restrictiva de su publicidad y consumo, al tiempo que deben hacer frente a
notorios pleitos multimillonarios, interpuestos por fumadores que han visto
quebrantada su salud como consecuencia directa de su consumo. Basta recordar el
impacto producido por el Vicepresidente de Investigación y Desarrollo de la
Brown and Williamson Corporation, Jeffrey Wigand, que expulsado de su empresa,
en 1993, lo reclaman al año siguiente como consejero técnico por el destacado
periodista Lowel Bergman para esclarecer unos documentos de la compañía Philip
Morris. Sus afirmaciones ante la prensa y la justicia constituyeron un factor
clave en el enjuiciamiento de las empresas tabaqueras que, como consecuencia,
obligaron a pagar 360.000 millones de dólares a las personas damnificadas a
causa del consumo de tabaco.
2- ¿QUÉ ES EL TABACO?
El tabaco es una planta que pertenece al género Nicotiana, familia botánica de las Solanáceas. Destaca por su considerable altura, por sus grandes hojas y hermosas flores. Es la única planta de la naturaleza capaz de sintetizar en sus hojas la nicotina y luego conservarla en sus hojas secas.
Hay muchas clases dentro del género Nicotiana, pero sobresale por su mayor interés comercial, la Nicotiana tabacum; de ésta existen diferentes variedades según su apariencia, tamaño y cualidades, de ahí que cada tipo de tabaco necesite un clima y tierra determinados.
A lo largo de su historia, el tabaco no siempre se ha consumido de la misma forma, sino que el modo de uso fue variando según las diversas modas vigentes.
En Europa, se propagó inicialmente el tabaco en polvo, otorgándole propiedades saludables. En el siglo XVIII se tomaba aspirado por la nariz (esnifado); era famoso por su finura el de la Fábrica de Tabacos de Sevilla, pero posteriormente fue sustituido por el "rapé" francés y por el groso florentín. Para su uso se acompañaba de una tabaquera de donde se inhalaba directamente, o bien se echaba un poco en la mano, aspirándolo a continuación por vía nasal, siendo indicativo de vulgaridad el inspirar grandes cantidades de una sola vez. Su consumo decae definitivamente a finales del siglo XVIII.
El consumo del cigarro puro data del siglo XVII, se ve incrementado de manera significativa en el siglo XIX, y era signo de elegancia y poder económico. En sus inicios, el cigarrillo tan sólo era consumido por las clases humildes; el ritual que acompañaba a su liado se consideraba una excusa para tomarse un descanso en el trabajo: de ahí su interpretación como una forma de perder el tiempo. La modalidad de consumo de tabaco en pipa existió desde épocas remotas, sin embargo en Europa no comenzó hasta el siglo XVI, pero es en el siglo XIX cuando cobró auge entre las minorías selectas de las artes y las letras.
En la actualidad, en los comienzos del nuevo milenio, nos encontramos ante una nueva amenaza para nuestra salud, el tabaco sin humo, denominado por sus fabricantes "tabaco ecológico" o "cigarrillo limpio" por ser menos contaminante; sin embargo, lo cierto es que son igualmente nocivos para el organismo, y el grado de adicción generada produce el mismo efecto que el tabaco normal. Entre estas consecuencias negativas encontramos: tos y expectoraciones matutinas, cansancio prematuro, mal aliento, decoloración en dedos y dientes, abrasión y daño dental, pérdida de olfato y gusto, envejecimiento de la piel facial, recesión de las encías, incremento del riesgo de cáncer de boca, laringe, garganta y esófago, aumento asimismo del riesgo de padecer infarto de miocardio.
Sin embargo, el consumo de este tipo de tabaco tiende al alza ya que no se considera un producto socialmente indeseable; por otra parte, ha sido fuertemente promocionado por medio de importantes campañas publicitarias que lo asociaron a un buen rendimiento deportivo y a una mayor virilidad, como las presentadas a continuación: "For Wind" y "For Ligth" de Fortuna, refiriéndose a actividades naúticas deportivas e incluso, patrocinios de equipos olímpicos; "El sabor de la aventura" de Camel, relacionada con actividades de montaña y contacto con la naturaleza; "Equípate para descubrir Malboro Country", vinculada a las múltiples faenas típicas del vaquero americano, o "Heavy metal, trash, drum & bass, techno, punk", aparentemente, "¿te gusta el ruido?" de Malboro, vinculadas a competiciones de motociclismo y automóviles.
En la lucha por detener su consumo, se han tomado diferentes medidas; algunos países prohibieron su importación, venta y consumo; otros exigieron poner advertencias de su peligrosidad en los paquetes, como: -Fumar mata-, -Fumar puede matar-, -Fumar daña gravemente su salud y la de las personas que están a su alrededor-, entre otras, y un tercer grupo de países, entre los que se encuentra España, no se han pronunciado, o muy tímidamente, al respecto.
El Estado lleva a cabo una política ambivalente.
Por un lado tiene sustanciosos ingresos derivados de los impuestos con los que
se gravan los tabacos, y por otro lado está recriminando los gastos sanitarios
derivados del consumo de dichos productos; sin embargo la diferencia inclina la
balanza hacia los ingresos, de ahí tal vez, la escasez de políticas
conjuntas en todo el territorio nacional para prevenir el hábito de fumar,
dejando una cierta autonomía a los ayuntamientos y otros agentes sociales para
que sean ellos los que a su criterio gestionen este tipo de
programas.
2.-2- COMPONENTES DEL TABACO
El humo del tabaco
contiene más de cuatrocientos componentes; los más importantes se plasman a
través del siguiente cuadro:
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A pesar de que en los últimos años se ha producido un significativo descenso del consumo de tabaco, todavía es alarmante el porcentaje de fumadores existentes entre la población adulta, porcentaje que se ve incrementado, si consideramos el número de adolescentes fumadores.
Hace poco más de 10 años, la proporción de
adolescentes hombres fumadores era considerablemente mayor que el de mujeres
fumadoras de las mismas edades; en la actualidad estas proporciones se han
invertido, incrementándose el número de mujeres fumadoras frente al de hombres. Estos cambios tendrán repercusiones notorias en
los próximos años, cuando se compruebe cómo aumenta la cantidad de muertes de
mujeres por enfermedades relacionadas con el consumo de esta
sustancia.
2.-3- EFECTOS SOBRE EL ORGANISMO
Muchas y muy variadas son las enfermedades relacionadas con el tabaquismo, numerosos los estudios de investigación que nos conducen a la vasta literatura publicada sobre el tema, principalmente en los últimos años; tanto que a estas alturas, nadie pone en duda ni cuestiona los nocivos efectos del hábito de fumar sobre nuestra salud y la de los que nos rodean. Actualmente, pruebas evidentes han demostrado que la tasa de mortalidad es superior en fumadores que en no fumadores. La Organización Mundial de la Salud habla de 1,2 millones de muertes en Europa como consecuencia de las enfermedades relacionadas con el tabaco3.
Entre las enfermedades
ligadas con el consumo de tabaco destacan:
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Todos estos efectos repercuten a largo plazo, ya que el tabaco actúa lentamente. Sin embargo, hay una serie de síntomas que ya comienzan a notarse a los pocos años de empezar a fumar. Y serán estos síntomas a corto plazo, en los que debemos hacer hincapié para prevenir el tabaquismo en los adolescentes y jóvenes, puesto que los efectos a largo plazo se perciben como algo muy lejano. Entre las principales consecuencias a corto plazo se encuentran:
-Fatiga prematura.
-Mayor riesgo de anginas.
-Aumento de constipados.
-Tos y expectoraciones.
-Pérdida de apetito.
-Alteraciones del ritmo cardíaco.
-Color amarillento de dedos y dientes.
Tampoco olvidemos que la exposición cotidiana al humo del tabaco en lugares poco ventilados en personas no fumadoras, puede provocar:
-Irritación en los ojos.
-Dolor de cabeza.
-Estornudos.
-Tos.
-Faringitis.
-Afonía.
-Empeoramiento de la sintomatología en cuadros alérgicos, asmáticos y cardiovasculares.
-Incremento del riesgo de padecer enfermedades coronarias.
-Aumento del peligro de
sufrir cáncer de pulmón.
3- TABACO, PUBLICIDAD Y SALUD
La publicidad constituye un arma tremendamente efectiva en los cambios sociales de conducta. Hoy día su poder de comunicación es tal que se convive con ella de modo natural en cualquiera de los soportes de la información existentes como prensa, revistas, vallas, buzoneo, radio, cine, televisión, internet, etc...por lo tanto, en la actualidad es frecuente encontrarse con una amplia gama publicitaria sobre el tabaco, aunque comprobamos como la legislación va frenando el acceso a medios, principalmente la televisión.
El investigador Pierce, perteneciente al Centro de Cáncer de la Universidad de California (USA), ha destinado varios años estudiando la correlación establecida entre la publicidad de las tabaqueras y el incremento del consumo de tabaco entre adolescentes. Comenta al respecto que "la evidencia señala a la publicidad del tabaco como responsable de alentar a los jóvenes adolescentes a que empiecen a fumar".
Pierce destacó como la industria tabaquera ha promovido a lo largo de sus campañas publicitarias la percepción de atributos beneficiosos (falsos atributos), como control de peso, sensación de libertad, así como la idea de que las consecuencias para el organismo son muy lejanas, haciendo creer a los adolescentes que no se convertirán en adictos o que podrán dejar de fumar antes de que aparezcan las consecuencias. Plasmamos algunos eslóganes publicitarios que evidencian lo dicho: “¿Perderme algo bueno? Ponte al día” o ”¿Dejar de disfrutar? Ponte al día” o “¿Conformarme con poco? Ponte el día” de Winston; “Fortuna. Abierto 25 horas” de Fortuna.
Las compañías tabaqueras destinan su publicidad a expandir su mercado entre aquellos sectores con mayores posibilidades de incremento: niños y mujeres. Así observamos campañas publicitarias que describen el tabaco como algo divertido, sofisticado, moderno; como un medio para conseguir autoimagen positiva o como la clave para la autoaceptación de sus iguales. Resulta familiar encontrarse diversidad de anuncios donde sus mensajes transmiten que fumar equivale a sentirse adultos, como estandarte de independencia y madurez.
Asimismo es corriente que se acompañen de valores como vida, salud, libertad, independencia, amistad, amor, alegría, compañerismo, actualidad, solidaridad, tolerancia. Presentamos algunas muestras de ello: “¿Tengo pinta de angelito?” o “¿Tengo pinta de renunciar al placer?” de Winston; “Un señor…Farias o “La nueva generación Farias” de Farias; “La vida es dura…Tu tabaco no tiene por qué serlo” de Nobel; “Enciende la noche” o “Una leyenda a tu alcance” de Pall Mall; “Suavecito. Sabor latino” de Ducados; “Compartir tu alegría” o “Conéctate al sabor que une al mundo” de L&M; “Yo Benson Red. ¿Y tu tribu qué fuma?” de Benson.
Ante las restricciones impuestas al tabaco en los países desarrollados, las compañías tabaqueras enfocan sus objetivos hacia países en vías de desarrollo, en los que la legislación es más permisiva; adoptando en ellos estrategias y métodos poco adecuados ya que en otras zonas desarrolladas están prohibidos, como es el nivel de nicotina, alcanzando en estos países hasta 3,2 miligramos por cigarrillo, cuando en los países industrializados el nivel máximo permitido de esta sustancia es de 1,4 miligramos por cigarrillo. Desde hace años el sector tabaquero es consciente de los daños ocasionados por el tabaco, tanto en las personas fumadoras como en las no fumadoras, al respirar de modo conjunto el humo. Ante las tensiones creadas entre los ciudadanos, se hizo famosa en 1995 la polémica publicidad de una empresa de tabaco que pretendía defender ambas partes; así rezaba su mensaje, “Cortesía &Tolerancia. Soluciones de sentido común para fumadores y no fumadores. ¿Dónde trazar la línea?. Philip Morris Europe S.A. Deje que prevalezca el sentido común”. Aún así, Jules Maaten, responsable de coordinar la legislación en el Parlamento Europeo, declaró: “A pesar de las terribles consecuencias para la salud, sí creo que la gente tiene derecho a fumar, pero esta legislación servirá para contrarrestar la imagen atractiva del tabaco”.
Y cómo no recordar también la impactante publicidad informativa-preventiva, protagonizada hace ya unos años por el popular entrenador del Fútbol Club Barcelona y recién estrenado el gran susto de su vida, un infarto. Con el siguiente testimonio se convirtió en el famoso más autorizado para reflejar los peligros del tabaco: “Soy Johann Cruyff y, en mi vida he tenido dos grandes vicios: fumar y jugar al fútbol. El fútbol me lo ha dado todo en la vida. En cambio, fumar casi me la quita”.
Del mismo modo, las medidas restrictivas ante la publicidad de tabaco pasan más desapercibidas cuando se desvían hacia diversos eventos como:
-Promoción de grandes actos deportivos: campeonatos y competiciones.
-Celebraciones musicales y culturales: conciertos, exposiciones, películas.
-Modelos y escenas sociales a través del cine, la televisión y otros medios de comunicación.
-Distribución de muestras publicitarias gratuitas en variadas ocasiones: recitales, concursos, aniversarios, homenajes, premios.
El abandono del tabaco entre la población adulta, es actualmente una tendencia en aumento. Así mismo, cada año mueren muchas personas a consecuencia de enfermedades derivadas del consumo de tabaco, lo que hace que continuamente se pierdan clientes para las industrias tabaqueras; de ahí que éstas tengan la necesidad de captar por todos los medios nuevos adictos a esta sustancia y, a ser posible, cuanto más jóvenes mejor.
Por tanto, la cantera para cubrir sus carencias y expectativas económicas, la encuentran en la juventud, que cada vez se inicia a edades más tempranas en el uso del tabaco, y si logran que se enganche, será un futuro cliente para los próximos 20 ó 30 años. Otro foco de atención en su captura de futuros consumidores, son las mujeres, para quienes hace tan sólo unas décadas, el hecho de fumar una mujer en público era socialmente mal considerado, rechazado e incluso en ocasiones vetado. Hoy día, las compañías tabaqueras tratan de vender una imagen de mujer liberada e independiente, con capacidad de realizar cuanto se propone, y todo ello unido al consumo de cigarrillos; así son comunes expresiones como: “¿Tengo pinta de prepararte el desayuno?”o “¿Tengo pinta de querer un toque femenino?” de Winston.
Hacemos también mención a aquellas controvertidas campañas publicitarias, destinadas a estos sectores de población, cuyos mensajes pretendían sensibilizar para la colaboración de acciones altruistas, esto es: “For 0,7 ¿Y tú te apuntas?. Con Fortuna das el 0,7 % a proyectos humanitarios” o “For 0,7. Un poco de muchos significa mucho”, de Fortuna.
A pesar de las conocidas campañas de prevención vigentes, desde organismos institucionales, que alertan sobre los efectos negativos que para la salud tiene el hábito de fumar, se constata cómo durante las últimas décadas, los adolescentes empiezan a fumar a edades más tempranas y dentro del sector femenino su consumo se ha incrementado significativamente, tanto que el número de mujeres fumadoras actualmente supera al de hombres con este hábito. Al respecto, comenta Cabrera Infante en su sugerente obra literaria, -Puro Humo-:
“Hoy, aquellos que prohíben el tabaco, igual que quienes prohibieron el
alcohol en los años veinte, crean nuevos transgresores. Éstos son, en su
mayoría, jóvenes, es decir jóvenas. Es, de hecho, una demostración de
independencia irreverente tanto hacia el padre como al predicador que hoy en día
las jóvenes fumen más que nunca. Todavía más: lo hacen en todos lados:
en casa, en el trabajo y, principalmente, en la calle”.
Y es posible que en los próximos 20 años la salud de esta remesa de mujeres "liberadas" les empiece a pasar factura, y como consecuencia, evidenciar cómo también ellas encuentran la muerte a causa de enfermedades derivadas del consumo de tabaco. De ahí la necesaria intervención psicopedagógica con carácter preventivo donde participen conjuntamente las familias, educadores y demás agentes sociales.
Desde el año 1989, la Organización Mundial de la Salud10 (O.M.S.) conmemora el 31 de mayo como el Día Mundial sin Tabaco. En el año 2002, dicha Institución ha lanzado el lema “Por tu salud. Muévete” y como retos a cumplir sostiene la importancia de inculcar en las personas estilos de vida saludables, evitando por tanto todos aquellas sustancias y actitudes que peligren su salud, incluyendo por tanto la prevención del consumo del tabaco.
Fumar no sólo es un hábito; fumar debemos considerarlo una forma de drogadicción, puesto que cumple con todos los requisitos: existe tolerancia, dependencia, síndrome de abstinencia... la sustancia responsable de todo esto es la nicotina.
Cuando hablamos de tolerancia, hacemos referencia a la necesidad de aumentar la dosis con el transcurso del tiempo y lograr así el mismo nivel de "satisfacción".
La dependencia hace referencia a la necesidad de tomar la dosis correspondiente de esa sustancia para mantener ese placer. En el tabaquismo tenemos que hablar de dos tipos diferentes de dependencia: una dependencia física, provocada por la nicotina y es la responsable del síndrome de abstinencia; y una dependencia psicológica, mucho más difícil de superar que la anterior y que está basada en los procesos de condicionamiento propios de cada fumador. Cada fumador asocia el consumo de un cigarrillo a condiciones para él "especiales", de modo que a lo largo de su vida, el cigarro es compañero inseparable en cada uno de los lugares, momentos y circunstancias significativas, y todos ellos casi inalcanzables sin su compañía. Es decir, la mayoría de las conductas y sentimientos del fumador se vinculan de modo directo al cigarrillo, que termina siendo imprescindible. Sobre este fiel binomio continúa plasmando el mencionado escritor su desgarradora experiencia:
“¿…los Ducados han
permanecido a mi lado, año tras año, día a día, minuto a minuto? ¿De qué
poderosa materia estaban hechos esos diablillos como para irme convenciendo de
que eran amiguetes cuando, de hecho, eran mojones en mi camino hacia el
desastre?. Son
más poderosos que cualquier droga, pues mientras me convertían en adicto, en
obseso, en esclavo, me hacían creer que me estaban ayudando. Pero ¿a qué? Los
problemas, cualesquiera que fuesen, seguían existiendo aunque los disfrazase
tras una cortina de humo. Más aún: generaban un nuevo problema, que no era sino
el reconocimiento de mi irresponsabilidad. Si no fumaba caía en la
desesperación; si fumaba me desesperaba por ceder. Y a fe que intenté dejarlo
por todos los medios aconsejados: libros de ayuda, acupuntura, ondas
electromagnéticas, parches de nicotina, pastillas, boquillas…Sólo que faltaba lo
más importante: la decisión verdadera, asumida, de querer dejarlo realmente. Los
cojones que Tabacalera me había arrebatado” (Terenci Moix).
El fumador habitúa a su organismo a funcionar con un determinado nivel de nicotina en sangre (nicotinemia). Cuando el nivel de nicotina desciende debajo de un determinado umbral, aparece el síndrome de abstinencia que le lleva a fumar nuevamente. Este síndrome de abstinencia está formado por una serie de síntomas, tales como: ansiedad, irritabilidad, insomnio, fatiga, dolor de cabeza, sudoración, dificultad de concentración, aumento de apetito, etc...
La acción conjunta de la dependencia física y la psicológica, hacen que el hecho de "dejar de fumar" sea especialmente difícil, puesto que si bien el cuadro sintomatológico anteriormente citado dura aproximadamente 15 días, no es tan fácil suprimir la dependencia psicológica; para ello, servirá de gran ayuda el entrenamiento en habilidades sociales y un apoyo humano de expertos en este campo.
3.-2- EMPEZAR A FUMAR, ¿POR QUÉ?
El hábito de fumar es un aprendizaje. De modo constante y asiduo, niños y niñas, a lo largo de su infancia, aprenden a identificar el tabaco con el mundo adulto, a través de sus padres, profesores, amigos,... personas significativas de su vida, o también mediante modelos sociales que les llegan a través de los distintos medios de comunicación: prensa, cine, televisión, publicidad o internet.
La adolescencia, es un momento evolutivo complejo, cuyos protagonistas quieren entrar en el mundo adulto. Por considerarse una etapa de rebeldía y de búsqueda de su propia identidad, se convierte por lo tanto en un momento crítico para el inicio en el consumo de sustancias adictivas.
Variados son los factores que incitan al adolescente a consumir cigarrillos: curiosidad, presión de grupo, costumbres, satisfacción, etc….sobran testimonios de ello que, como educadores, no debemos pasar por alto. Un ejemplo, el de Alberto, con quince años: “La adolescencia es muy excluyente y si no te metes en el círculo de los que fuman y de los que beben te sacan del grupo. Eso te obliga” y el de Laura: “Pero el tabaco también es una droga. Sabes que te puede provocar cáncer, luego has tenido información, y sigues fumando.
El adolescente, como ya reseñamos, se encuentra en un momento en el que está construyendo su personalidad, y por tanto, necesita resolver por sí mismo los desafíos y retos de su entorno. El afán de experimentación y la averiguación propia de su etapa, le llevará a afrontar situaciones, que si no consigue superarlas, puede suponer un importante riesgo ante vivencias con el alcohol, el tabaco y otras drogas, o la sexualidad. Por consiguiente, al hilo de lo dicho, compartimos los juicios emitidos por el sociólogo Javier Elzo: “…los adolescentes actuales son más pretendidamente autónomos, en comparación con los adolescentes de otras generaciones. La creación de sus sistemas de valores, de sus cosmovisiones, sus normas, se hacen mucho más a través de la experimentación -sobre todo a través de la experimentación en el grupo de amigos-, que bajo el modo de la reproducción incluso crítica de lo transmitido por la escuela, las iglesias, los partidos políticos, los sindicatos o los medios de comunicación social".
En este afán por hacerse adulto, el adolescente necesita sentirse integrado, aceptado en su clan de iguales, y la conducta mantenida por su grupo en relación con el tabaco, va a influir de forma importante en nuestros jóvenes, puesto que en este momento de búsqueda de identidad, el sentimiento de pertenencia al grupo, la ostentación de rasgos definitorios, ayudarán a canalizar la inseguridad propia de su etapa evolutiva. En este caso, la asertividad reafirma su pertenencia al grupo.
La publicidad, por otra parte, es un elemento de probada significación, como ya hemos antedicho, ya que va dirigida a la captación de ese sector voluble a través del patrocinio de su producto, al que le atribuyen una serie de propiedades y valores que son altamente deseables por nuestros jóvenes: libertad, seguridad, confianza en sí mismo, autonomía personal, amistad, madurez, popularidad, placer, aventura, etc…
No menos importante es el ambiente familiar en el que el niño es socializado, puesto que el adolescente que ha crecido en una familia donde sus progenitores y los hermanos mayores fuman, verá el acto de fumar como una conducta normal, como algo perteneciente a la vida adulta, es decir, ese mundo que tanto anhela alcanzar.
En nuestra cultura, fumar el primer cigarrillo, pillar la primera borrachera, experimentar de forma prematura en la esfera sexual, etc...son rituales que representan el acceso simbólico al escenario adulto. No descartamos aquellas ocasiones, aunque cada vez más escasas, donde los adolescentes son inducidos o encubiertos, de modo inconsciente, por los propios progenitores. Las repercusiones de lo expresado pudieron comprobarse, como en otras situaciones similares, en la actual y conocida serie televisiva "Cuéntame", donde en uno de sus capítulos, tuvimos la ocasión de observar a un padre cómo invitaba, por primera vez, a un cigarrillo a su hijo mayor tras haber aprobado el acceso a la universidad, mientras mantenían una conversación "de hombre a hombre". Ante ello, consideramos la necesaria sensibilidad y prudencia de los medios de comunicación hacia este tipo de conductas.
Una vez iniciado en el consumo de cigarrillos, el
adolescente amplía el campo para experimentar nuevas situaciones que se
acompañan de un mayor número de conductas y sentimientos, hasta que el
cigarrillo se convierte en un mediador entre el individuo y la realidad,
constituyendo un elemento imprescindible en la vida de la persona, y es cuando,
llegados a este punto, podemos hablar de dependencia, tanto física como
psicológica.
4- TABACO Y CINE
En los últimos años, se ha ido formando entre la población de los países más desarrollados una toma de conciencia sobre la importancia de poner en marcha estilos de vida sanos y saludables, una tendencia que se viene cristalizando en esta última década con diferentes leyes, programas, etc...encaminados a mejorar nuestra calidad de vida. Entre éstos queremos señalar y hacer hincapié en este ensayo, los siguientes: las restricciones y prohibiciones del consumo del tabaco en los lugares de trabajo, locales y transportes públicos… y su publicidad. A este elenco también se ha unido la industria cinematográfica, que si bien a lo largo de su historia estuvo especialmente unida al tabaco, en la actualidad muchos han sido los productores y directores de cine que no permiten fumar a los actores en el rodaje de las películas.
La industria del tabaco ha utilizado el cine como un medio de difusión y publicidad de sus productos, esto es, la publicidad encubierta e incluso la subliminal, que aunque está amparada por la Ley General de Publicidad (1988), se observan situaciones ilegales. De hecho, la simbiosis tabaco-cine ha sido muy fuerte, apreciándose un gran número de escenas ligadas al humo del cigarrillo, y en las que este producto significaba algo más que un poco de nicotina en los pulmones, como por ejemplo, el encender un cigarrillo antes de tomar una decisión importante o de resolver algún tipo de problema, etc...En estos casos, el mensaje subliminal sería que el tabaco ayuda a pensar; que fumar en un momento de estrés o de tensión nerviosa tiene un efecto relajante; que el chico o chica duros que fuman, influirán fuertemente en la juventud, dando muestras de capacidad de iniciativas y poder de decisión.
Asimismo, la imagen de algunos grandes actores y actrices de la gran pantalla como Humphrey Bogart, Robert Mitchum, Yul Brinner, Steve McQueen, todos ellos fallecidos de un cáncer de pulmón a consecuencia del consumo de tabaco; o como la de Bette Davis, Groucho Marx o Marilyn Monroe, se encuentran fuertemente unidas, todavía hoy después de muertos, al humo del cigarrillo. De la misma forma, muchos de estos personajes, debido a su fama, fueron utilizados por las compañías tabaqueras como gancho en la publicidad de diferentes marcas de cigarrillos ya que han sido grandes hitos a lo largo de su historia.
Como ejemplos significativos tenemos, dentro de la galería de estrellas del séptimo arte, a Ava Gadner publicitando los cigarrillos Winston; a Barbara Stanwyck anunciando el tabaco de la marca L&M; a John Wayne, con la famosa frase “Fumar Camel es un placer”; a Kirk Douglas, Joan Crawford y Ronald Reagan opinando acerca de las características del tabaco Chesterfield; y a Lucile Ball promocionando los pitillos de Philip Morris, entre otros. De igual modo, hacemos mención a la publicidad elaborada para Winston y su ya clásico eslogan “El genuino sabor americano” vinculado a inolvidables mitos e imágenes cinematográficas como los Hermanos Marx en “Una noche en la ópera”; Marilyn Monroe en “Con faldas y a lo loco” (1959); Rodolfo Valentino en “El hijo del Caíd” (1926); Clark Gable en “Lo que el viento se llevó” (1939); James Dean en “Rebelde sin causa” (1955); Elvis Presley, en “El rock de la cárcel” (1957); Popeye en “Popeye el marino” (1929); Humphrey Bogart en “Casablanca” (1942) o Gary Cooper en “Sólo ante el peligro” (1952).
En la actualidad, también nos podemos encontrar con alguna publicidad de estos productos haciendo alusión a escenas o ambientes cinematográficos, cuyos protagonistas semejan a aquellos inolvidables divos. Así son los ejemplos de la marca de cigarrillos Lucky Strike que nos llevan a películas al estilo de “Jerónimo”, “Bailando con lobos” o “El último mohicano”; o bien otras como “El padrino”, “Oficial y Caballero” o “La fuga de Alcatraz”. Asimismo, en ocasiones la marca Winston introduce en su publicidad imágenes que evocan a intérpretes como Bogart y Marilyn Monroe en las míticas películas ya citadas, “Casablanca” y “Con faldas y a lo loco”, respectivamente.
Igualmente, hemos observado en el cine como ese elemento de satisfacción y placer que es el fumar un cigarrillo, puede convertirse en una aterradora arma de causar el mal e infringir tortura y dolor. En numerosas ocasiones este medio nos ha mostrado el tormento al que se puede someter a una persona que es quemada con un cigarro. Ejemplos fehacientes de ésto son "Historias de O" de Just Joeckin (1975), "Red Scorpion" de Joseph Zito (1989) y "Los Timadores" de Stephen Frears (1990). Prototipos cinematográficos que no se alejan demasiado de la realidad, si nos detenemos ante la variedad de titulares de prensa u otros medios de comunicación como niños, mujeres, ancianos u otras personas indefensas... han sido objeto de malos tratos por sus padres, madres, maridos, parejas, etc...provocados por el fuego de cigarrillos.
Otra muestra cinematográfica a considerar, dentro del Programa Educativo Cine y Salud, promocionada desde el Plan de Galicia sobre Drogas es “Smoke” de Wayne Wang (1995), basada en el “Cuento de Navidad de Auggi Gren” de Paul Auster. En ella se narra la historia de distintos personajes solitarios neoyorkinos que terminan conviviendo en un ambiente de tabaco. O también la película, “El caso Winslow” de David Mamet (1999), donde, entre otros temas, la mujer busca un espacio hacia la igualdad de oportunidades y para ello, adopta costumbres similares al hombre, como la de fumar.
Otra realidad donde el cine asumió un papel primordial, fue al exponer la dificultad que entraña el abandono del hábito de fumar y la dependencia que éste genera. A través de representativas películas, se ha puesto de manifiesto el sacrificio que supone el hecho de "dejar de fumar". Por citar algunos títulos, nos encontramos en primer lugar con "Un mes de abstinencia" de Norman Lear (1970), donde se comprueba la importante modificación de conductas que experimentan los habitantes de un pequeño pueblo por dejar de fumar durante un mes, a costa de conseguir un premio. Otras películas que describen las dificultades que conlleva el abandonar el hábito de fumar son, "Los ojos del gato" de Lewwis Teague (1985), y "Un par de colegas" de Glenn Jordan (1990).
También han sido numerosas las muestras cinematográficas cuyo argumento nada tienen que ver con el problema del tabaco, pero de forma indirecta han manifestado el gran esfuerzo que supone renunciar al hábito del tabaco. Una prueba de ello la ofrece la película "Aterriza como puedas" de David y Jerry Zucker (1980), cuyo personaje interpretado por Lloyd Bridges afirma a lo largo de todo el film: "He elegido un mal día para dejar de fumar".
No podemos, por otra parte, dejar de reconocer que el cine ha aprovechado el vicio del tabaco como un recurso, y posiblemente siga recurriendo a él, pero en menor medida, ya que como arte es un reflejo de la realidad, y como tal, se siente cada vez menos favorable hacia este hábito. No obstante, resulta expresiva la reciente película de José Luis Garci, “You´re the one” (Una historia de entonces), donde la mayoría de sus personajes fuman de forma exagerada, durante toda la película ambientada en la España de los años cuarenta. Sobre esta marcada intencionalidad, su director matiza lo siguiente: “…he pretendido con este film presidirlo por una luz como de enfermedad, una luz de tuberculosis. Lograrlo fue una tarea ardua. La historia está llena de gente que sufre, gente con cicatrices, por eso necesité una luz enferma”.
Familiares de John Wayne, junto con otros grandes de Hollywood, después de su muerte, han acusado el perjudicial efecto del tabaco en la industria cinematográfica. Esta denuncia se está tramitando en los tribunales de Los Ángeles y se solicita una cantidad, aún sin determinar, por los daños y perjuicios promocionados por la industria del tabaco en Hollywood. Los denunciantes también atacan a la empresa tabaquera por utilizar el cine para aumentar el consumo de cigarrillos. Sobre lo dicho, tenemos que señalar que desde el 26 de junio de 1997, las tabacaleras aceptaron cancelar los pagos por lo que se consideraba como publicidad encubierta en las películas.
En los últimos tiempos, bajo el amparo de algunas leyes, ha surgido una cruzada antitabaco en la televisión y en el cine. De modo persistente, películas y programaciones televisivas no dejan de poner de manifiesto los efectos negativos de este hábito.
Series actuales como “Compañeros”, se hacen portavoces de los efectos nocivos que para nuestra salud tiene la costumbre de fumar, y en algunos de sus capítulos no desaprovechan la oportunidad de recalcar la dificultad que entraña la deshabituación del "vicio", y la dependencia que el tabaco genera. Para ello descartan las moralejas y se inclinan por presentar escenas de desasosiego y tensión, típicas de los fumadores en situaciones de renunciar a dicho producto. Valga el siguiente testimonio:
"Todos los fumadores somos iguales!
-¿No has salido a mitad de la noche a buscar tabaco?
-¿No has dejado una reunión por la mitad porque sentías la imperiosa necesidad de fumar un cigarrillo?
-¡Eso no es
libertad!"
A lo largo de esta serie citada, el cigarrillo sirve para hacer hincapié en los efectos nocivos que produce y en los inconvenientes que acarrea el abandono del hábito de fumar.
Merece mención un film reciente, "El Dilema"
dirigido por Michael Mann (1999), con un argumento basado en un hecho
real, donde se narran los problemas que padece el periodista Lowell Bergman (Al
Pacino) para invitar a su programa de TV, denominado "60 minutos", a Jeffrey
Wigand (Rusell Crowe) ex-jefe de investigación de la Brown & Williamson, y
cuyas declaraciones obligaron a las industrias tabaqueras a pagar
indemnizaciones millonarias a fumadores enfermos y familias de
fallecidos.
5- MITOS, CREENCIAS Y CONFUSIONES SOBRE EL TABACO
Consideramos oportuno dedicar un espacio a la leyenda creada alrededor del tabaco y aprovechar la ocasión para aclarar algunas cuestiones confusas al respecto. Para ello, hacemos representativas algunas manifestaciones sociales plasmadas en las siguientes líneas. Intentamos además con cada una de ellas provocar la reflexión, así como la búsqueda de decisiones válidas y la capacidad de actuación hacia los problemas relacionados con el consumo de tabaco. La clarificación de estas dudas por medio de la aplicación de estrategias de intervención pedagógica nos conducirán al encuentro de estilos de vida más saludables.